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El paro sigue bajando, pero el empleo empieza a mostrar síntomas de agotamiento

Noviembre ha sido otro mes anómalo para un mercado laboral alborotado durante la recuperación de la pandemia y amenazado por la incertidumbre de la inflación y la crisis energética. Como se viene dibujando a lo largo de los últimos meses, las afiliaciones a la Seguridad Social se están ralentizando y el pasado noviembre se redujeron, aunque muy poco. Apenas fueron 155 menos que en octubre. Cuando en un mes de noviembre normal –antes del coronavirus– se destruye empleo en un volumen considerable: 47.449 cotizantes se perdieron en 2018 y 53.114 en 2019.

Aun así, este año el golpe al empleo ha venido de la mano de la hostelería, que ha retrasado un par de meses el cierre de la campaña alta turística y de ocio. Ha perdido 101.752 afiliados, un 7,22% respecto al mes anterior. También ha sido Baleares, con 80.387 cotizantes menos, la comunidad autónoma que más puestos de trabajo ha destruido en noviembre, lo que permite inferir las causas de la atonía del empleo en noviembre. Por el contrario, la educación, al igual que en octubre, ha ayudado a sostenerlo, con 27.670 nuevos afiliados, el sector de actividad que más ha aumentado la ocupación en el último mes.

Sin embargo, el paro ha sumado un mes más de buen comportamiento, con un descenso de 33.512 trabajadores menos registrados en las listas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). El Ministerio de Trabajo destaca que es la segunda mayor bajada en un noviembre de los últimos 10 años, si se exceptúa el de 2021, y que la cifra total de parados, 2,88 millones, también es la menor en un noviembre desde 2007, en plena burbuja inmobiliaria.

Además, el desempleo registrado ha caído en todos los sectores, sobre todo en los servicios, donde hay 25.083 personas sin trabajo menos. Por esa misma razón –los servicios son el sector más feminizado–, ha bajado más el paro entre las mujeres, 19.199 menos, que entre los hombres, 14.313 menos.

El número de contratos también se ha reducido, lo que viene ocurriendo desde que entró en vigor la reforma laboral, debido al acusado descenso de los contratos temporales y su sustitución por indefinidos. Se han firmado 1,42 millones de contratos, un 29,54% menos que hace un año y un 6,5% menos que en octubre. El 43,2% son indefinidos: 615.236, una cifra que más que duplica la de noviembre de 2021, antes de la reforma laboral, aprobada un mes después, pero que también son un 11,7% menos que en octubre. Esa caída es mayor que la sufrida por los contratos temporales, que sólo se han reducido un 2,15% respecto a octubre.

Tanto el Ministerio de Trabajo como el de Seguridad Social subrayan la “estabilidad en el empleo” que reflejan los datos de noviembre y que atribuyen a la reforma laboral. El 73,7% de los contratos que se firmaron en la construcción son fijos, el sector que mayor volumen nuevo de empleo indefinido registra. Ambos departamentos comparan las cifras de este mes con el promedio de los contratos registrados entre 2017 y 2019, cuando en la construcción los indefinidos no llegaban al 11%, y entre 2017 y 2021, cuando los menores de 30 años con contrato fijo no superaban el 47% y ahora se ha elevado hasta el 76%, dos millones de trabajadores.

Del total de contratos indefinidos, el 34,6% son fijos discontinuos, cuyo número sigue disparado desde que entró en vigor la reforma laboral –se multiplica por seis la cifra de los registrados en noviembre de 2021–. Los indefinidos a tiempo parcial se han duplicado respecto a hace un año. Es en ambos tipos de contrato hacia donde parece que se ha trasladado el empleo temporal que antes suponía el 90% de la contratación cada mes. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha defendido este mismo viernes el contrato fijo-discontinuo porque da “flexibilidad” a las empresas y una cierta “estabilidad” a los trabajadores. “Si se quita este contrato, tendríamos un problema real de paro en España”, asegura, informa Europa Press. Los contratos temporales firmados este último noviembre son un 53,4% menos que en el mismo mes de 2021.

Decrece el ritmo del empleo

En conjunto, la Seguridad Social cuenta con 20,319 millones de afiliados, por lo que desde enero se han creado 480.044 empleos y 825.000 desde agosto de 2021, cuando se superó el número de cotizantes anterior a la pandemia. No obstante, se empieza a evidenciar una desaceleración en el empleo: el aumento de cotizantes en noviembre es de un 2,69% si se compara con el mismo mes de 2021, el menor crecimiento interanual desde abril de 2021. Noviembre es el primer mes en que el ritmo interanual de afiliaciones se sitúa por debajo del 3%. La creación de empleo llegó a su máximo interanual en abril de este año, con un 5,06%, pero desde entonces no ha dejado de caer. Pese a esa ralentización, el Ministerio de Seguridad Social adelanta que, con los datos de los 11 primeros meses, el aumento de la ocupación para todo 2022 se acercará al 4%, “el mayor ritmo de crecimiento de los últimos años”, asegura.

Por comunidades autónomas, Madrid es donde más crece la afiliación en cifras absolutas –34.134 nuevos cotizantes–, seguida de la Comunidad Valenciana –21.064– y Andalucía –12.881–. Donde más empleo se pierde, además de Baleares –un 14,4%–, es en Castilla y León –aunque a considerable distancia de las islas, 5.489 afiliados menos–. El paro subió también en Baleares, pero sólo en 1.587 personas, Castilla y León –1.554 desempleados más– y otras siete comunidades más, todas ellas con alzas inferiores al millar de personas. Pero bajó en 15.330 trabajadores en la Comunidad Valenciana y en 11.169 en Andalucía.

El número de trabajadores en ERTE crece un 13,8%

Por lo que se refiere a los ERTE, ha crecido el número de trabajadores bajo este mecanismo de protección pública un 13,8% respecto a octubre. Ascienden a 22.763 trabajadores, de los cuales 20.310 está acogidos a un ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. Es en este tipo de ERTE donde se está concentrando el aumento, con un alza mensual del 17%, superior por tanto a la media.

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UGT ha destacado que los datos del paro del mes de noviembre vuelven a constatar que “la reforma laboral funciona”, aunque el sindicato también advierte de que, de seguir la negativa de la patronal a aplicar subidas salariales dignas, continuará con el clima de conflicto que comenzó tras el verano. Además, ha reclamado políticas activas más eficaces para acabar con el paro de larga duración. CCOO habla de “datos récord de empleo”, que también atribuye al “impacto positivo” de la reforma laboral, y aplaude que se haya reducido el número de contratos y la rotación necesarios para “dar estabilidad al empleo”.

Por su parte, USO alerta ante ese descenso del número de contratos firmados y destaca que, aunque se registran más indefinidos que hace un año, “están marcados por la temporalidad y la parcialidad”. A su juicio, la nueva temporalidad “se disfraza de contratos fijos discontinuos” y de fijos a tiempo parcial. “Estos contratos sirven para reducir el paro pero no mejoran ni actúan sobre los problemas estructurales que arrastra el mercado laboral en España”, ha resaltado el secretario general del sindicato, Joaquín Pérez.

La patronal de las empresas de trabajo temporal, Asempleo, reclama datos estadísticos que recojan “con precisión” los cambios que ha traído la reforma laboral. “Es muy difícil entender la dinámica de nuestro mercado laboral”, asegura. Para Asempleo, se aprecian ya “claras evidencias de desgaste”, como el aumento del paro del colectivo sin empleo anterior, los parados de muy larga duración y el “nulo crecimiento” de la afiliación a la Seguridad Social.

Noviembre ha sido otro mes anómalo para un mercado laboral alborotado durante la recuperación de la pandemia y amenazado por la incertidumbre de la inflación y la crisis energética. Como se viene dibujando a lo largo de los últimos meses, las afiliaciones a la Seguridad Social se están ralentizando y el pasado noviembre se redujeron, aunque muy poco. Apenas fueron 155 menos que en octubre. Cuando en un mes de noviembre normal –antes del coronavirus– se destruye empleo en un volumen considerable: 47.449 cotizantes se perdieron en 2018 y 53.114 en 2019.

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