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La presión fiscal sobre los salarios sigue en España por debajo de los niveles prepandemia

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Los españoles destinan el 39,3% de su salario bruto a pagar IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social. Al menos ésa era la cuña fiscal de España en 2021 según el informe Taxing wages que ha publicado este marte la OCDE. Son apenas tres décimas más que en 2020, el año de la pandemia, pero aún se encuentra dos décimas por debajo de la que cargaba sobre los sueldos españoles en 2019.

Ese porcentaje sitúa a España en el puesto 16 de la lista de los 36 países de la OCDE, el club de los más desarrollados. Por encima, con presiones fiscales más elevadas, se encuentran los principales miembros de la UE. Bélgica es la nación donde sus trabajadores pagan más en el IRPF y las cuotas sociales, un 52,6%, seguida de Alemania, con 48,1%. En Francia se destina a ese fin un 47%, en Italia un 46,5% y en Portugal un 41,8%. Por debajo, además de Estados Unidos –28,4%– y Reino Unido –31,3%–, aparecen desde los países bálticos e Israel hasta Japón. En Colombia no se paga nada, en Chile sólo un 7% y en México un 19,6%. No obstante, España queda por encima de la media de la OCDE, el 34,6%, un porcentaje que ha crecido 1,4 puntos desde 2019, siete veces más que el promedio español, por tanto.

Si la clasificación atiende a los costes laborales, España baja aún más en la tabla, hasta el puesto 21. La OCDE los calcula en 57.802 dólares en paridad de poder adquisitivo –53.859 euros– de media, muy por debajo de Suiza, con los más caros –89.841 dólares—o Alemania –85.370–, Italia –68.848— y Estados Unidos –68.077 dólares–. También quedan incluso por debajo de la media de la OCDE, que es de 58.270 dólares.

De ese 39,3% de carga fiscal, 11,3 puntos corresponden al impuesto sobre la renta, 4,9 puntos son cotizaciones a la Seguridad Social por parte del trabajador y los 23 restantes a las que aporta la empresa. Tanto en el IRPF como en las cuotas de los trabajadores, España queda por debajo de las medias de la OCDE –13 y 8,2 puntos, respectivamente–, pero supera en 10,5 puntos la de las cotizaciones empresariales.

Los salarios no subieron en España

El informe de la OCDE evalúa el impacto de la pandemia sobre la cuña fiscal y los salarios, para llegar a la conclusión de que las medidas sobre el IRPF y las cotizaciones sociales fueron un “componente menor” en la respuesta que los gobiernos dieron a la crisis del coronavirus. El análisis del organismo internacional no incluye mecanismos públicos como los ERTE, tampoco las prestaciones de desempleo o las subvenciones para determinados sectores, pero sí las ayudas directas a las familias con bajos ingresos. En todo caso, las medidas contra el impacto económico y social del covid sí que hicieron bajar la carga fiscal sobre los salarios en 2020, asegura el informe. Los sueldos, no obstante, también se redujeron ese año, y lo hicieron incluso en más países de los que sufrieron su caída en la crisis financiera de 2008, destaca.

En el año de la recuperación, los salarios subieron, pero con grandes diferencias entre naciones. En España apenas se notó la mejoría. Por dos motivos. El primero, los salarios reales antes de impuestos y cotizaciones sólo aumentaron dos décimas. Mientras, en Dinamarca el alza fue del 2,2%, en Portugal del 2,4%, en Reino Unido del 2,5%. E incluso más en Francia, con un 3,3%, y en Italia, con un 3,7%. En Estados Unidos mejoraron un 1,1%, pero en Lituania y en Letonia se dispararon hasta el 7,1% y el 8,7%, respectivamente. El segundo, en España, al igual que en Bélgica, EEUU, Luxemburgo, Estonia, Israel y Turquía, el tipo impositivo subió más –un 1,8%– que la retribución real bruta –ese 0,2% antes citado–, por lo que cayeron los salarios reales netos.

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Fruto de las medidas de los gobiernos para amortiguar el impacto del covid, la carga fiscal para un trabajador soltero sin hijos que gana el salario medio español –28.632 euros– se alivió en dos décimas entre 2019 y 2021, muy poco si se compara con el 1,2% de Estados Unidos y Alemania, o el 1,4% de Italia. Pero lejos de países donde incluso aumentó, como Luxemburgo –1,7%– o Portugal –0,5%–. Para las familias monoparentales con un sueldo igual al 67% del salario medio, la presión fiscal se ha reducido en España tres décimas desde 2019, lo que la sitúa también muy lejos de, por ejemplo, Estados Unidos, donde cayó nada menos que un 10,2%. En ese país las medidas contra el covid se centraron en dar prestaciones directas a las familias con menores ingresos.

Al aumento de este tipo de ayudas, de un punto porcentual en su aportación a los costes laborales, atribuye la OCDE la caída de la cuña fiscal entre 2019 y 2021 en la mayoría de los países miembros, tanto para las familias monoparentales como para las que tienen un solo perceptor de salarios. De hecho, 33 de las 36 naciones analizadas concedieron prestaciones para familias monoparentales con dos hijos y salarios equivalentes al 67% del sueldo medio. En Polonia representaron el 31,7% de sus ingresos. De forma que, por ejemplo, la cuña fiscal fue negativa para estas familias en Chile, Nueva Zelanda, Colombia, Australia y Estados Unidos. En el IRPF, el tipo también fue negativo en siete países, uno de ellos España, con un -4,5%, gracias a las deducciones de 1.200 euros. Para parejas con dos hijos, el tipo impositivo fue negativo sólo en tres: Chequia, Eslovaquia y Alemania.

La OCDE también calcula cuánto dinero gana un trabajador con la carga fiscal que se le aplica en cada país: “el dinero que se lleva a casa”. Donde más, en Suiza, 69.359 dólares con paridad de poder de compra para un soltero sin hijas que gane el salario medio. En Reino Unido son 49.396 dólares. En España, la mitad que un suizo: 35.112 euros. Por debajo de la media, tanto de la OCDE como de la Unión Europea –35.773–. Claro que en México se queda en 12.554 dólares, el más bajo de la organización. Si la clasificación se hace con lo que se lleva a casa una pareja con dos hijos en la que sólo trabaje uno de sus miembros, Suiza también es la más generosa, con 80.283 dólares, seguida de Luxemburgo, con 71.239. España, de nuevo, se queda a la mitad, con 38.249 dólares. Una vez más, por debajo de la media de la OCDE –43.116– y de la UE –42.959–. Colombia y México son aquí también los más pobres, con 14.567 y 12.554 dólares.

Los españoles destinan el 39,3% de su salario bruto a pagar IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social. Al menos ésa era la cuña fiscal de España en 2021 según el informe Taxing wages que ha publicado este marte la OCDE. Son apenas tres décimas más que en 2020, el año de la pandemia, pero aún se encuentra dos décimas por debajo de la que cargaba sobre los sueldos españoles en 2019.

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