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El Real Madrid ingresa 10 millones al año de la industria del juego tras descartar un veto por los “riesgos reputacionales”

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El juego no tiene buena reputación. Mueve cantidades extraordinarias, en España cada día más, pero su crecimiento despierta recelos por su conexión con la ludopatía, el amaño de partidos y la proliferación de las casas de apuestas en los barrios más pobres de las ciudadesla proliferación de las casas de apuestas en los barrios más pobres de las ciudades. En 2019 las apuestas deportivas presenciales movieron 2.252 millones de euros, según las cifras del anuario de Cejuego, la patronal española del sector, a los que hay que añadir la mitad de los 2.917 millones del juego en internet. En total, por tanto, el volumen de apuestas supera los 3.710 millones de euros. El crecimiento de este mercado ha sido espectacular: un 81% el presencial y un 248% el onlineonline. Simultánea a ese estallido ha sido su presencia publicitaria. En 2019 las empresas del juego dedicaron el 27,2% de sus beneficios a promocionarse, 203,66 millones de euros.

Se trata de un sector a cuya agresividad publicitaria no han querido escapar los clubes de fútbol, siempre ávidos de patrocinio. De hecho, sólo la Real Sociedad, entre los clubes de Primera División, ha renunciado expresamente a lucir los nombres de las casas de apuestas en sus camisetas. Incluso sometió la cuestión a referéndum de sus socios en diciembre de 2018. El 86% votó no.

Hasta 2019 el Real Madrid mantenía acuerdos de patrocinio al menos con cinco empresas de apuestas diferentes, que se traducían en unos ingresos anuales de 10 millones de euros, según la cifra que manejaba el propio club entonces. Una cantidad nada desdeñable. Lo que no significa que el club de Florentino Pérez no sea consciente de los riesgos reputacionales que supone asociar sus camisetas blancas a las empresas de juego. De hecho, el problema ha estado sobre la mesa de los gestores del club, como revelan los documentos de Football Leaks compartidos por la revista Der Spiegel con la red European Investigative Collaborations (EIC),a laque pertenece infoLibre.

Las tres opciones

“Merece la pena que el club tome una posición al respecto de este sector por su incidencia social y reputacional”, opinala directora general adjunta, Begoña Sanz Orea. Y propone a su superior, José Ángel Sánchez Periáñez, tres opciones en un correo de junio de 2018. La primera, maximizar los ingresos buscando más operadores en otros territorios. En la actualidad, el club mantiene contratos que cubren, además del territorio nacional, Rusia, el mercado asiático, africano (Ghana) y latinoamericano. Pero le faltan el europeo excepto Reino Unido y Estados Unidos.

La segunda: “Nos vamos saliendo del sector y lo situamos dentro de los sectores vetados”. Se trataría de no renovar los contratos vigentes a medida que se fueran extinguiendo, añade.

Y la tercera, consolidar un máximo de dos acuerdos, uno para el fútbol y otro para el baloncesto, a fin de “minimizar los riesgos reputacionales”.

En 2018, el Real Madrid tenía un contrato con Codere de 3,2 millones de euros anuales, que se extendía hasta 2021 y le permite cubrir Italia y parte del mercado latinoamericano. Como patrocinador del equipo de baloncesto contaba hasta 2020 con Betfair, 675.000 euros al año. Y acababa de firmar con BetGhana, a razón de 2,3 millones el primer año y 2,5 millones los dos siguientes, y con Manbetx, en Asia excepto India, Australia, Pakistán y Bangladesh, a cambio de 2,3 millones para empezar, 2,4 y 2,5 millones en 2020 y 2021.

También había pactado con Betcart para los mercados portugués, británico y de Oriente Próximo, por 1,2 millones de euros anuales hasta junio de 2020. Finalmente, negociaba con Betway y con Bwin, para atender a los apostantes europeos y estadounidenses, sendos contratos de dos años por unas cantidades que oscilaban entre 3,8 y 6,5 millones de euros. Había enviado sus propuestas a ambas empresas y se encontraba esperando una respuesta en septiembre de 2018, según los documentos a los que ha tenido acceso este periódico. En julio de 2020 el Real Madrid cambió a Manbetx por KOK Sports en el mercado asiático. Y este mismo enero ha firmado con Fonbet para cubrir las apuestas en Rusia, Bielorrusia y Kazajistán. Es decir, dos años después de expresar ciertos escrúpulos por el perjuicio reputacional de las empresas de juego, el club ha suscrito dos acuerdos más con este tipo de firmas. Ganó, pues, la primera de las opciones sugeridas por la directora general adjunta.

Aunque el pasado noviembre el Gobierno publicó un real decreto que puede suponerle al Real Madrid un cambio de política. La norma obliga a los clubes a cancelar los contratos de patrocinio que mantengan con empresas de apuestas en territorio español antes del 31 de agosto. Lo que afectaría a Codere, precisamente su principal socio del sector. Pero no al resto, al grueso de su negocio con las empresas del juego, que operan fuera de España.

El Real Madrid no ha querido responder a las preguntas que le ha hecho infoLibre sobre sus contratos con las empresas de apuestas.

El conflicto legal con Codere y Bwin

Con Bwin, una empresa austriaca que opera en España a través de una sociedad gibraltareña, Bwin Party Services Limited, el Real Madrid tuvo una larga relación, que comenzó en 2007. Hasta 2013 su nombre lucía en las camisetas del primer equipo. Desde esa fecha y hasta el verano de 2016 siguió siendo patrocinador del club, con un contrato de cuatro y 4,5 millones de euros cada una de esas dos temporadas.

Pocos meses después, los blancos firmaron con Codere, que se convirtió en la casa oficial de apuestas del club. Enterraba así una historia que hasta entonces había sido conflictiva. En 2011, la empresa española demandó al Real Madrid y a Bwin por competencia desleal. Alegaba que los austriacos hacían publicidad ilícita con el club aprovechando el vacío normativo existente entonces –la Ley del Juego se aprobó en mayo de ese año–. Y pedía a los merengues que dejaran de lucir el nombre de Bwin en sus camisetas, después de sacar a colación que la empresa austriaca no pagaba impuestos en España.

La reclamación fue rechazada tanto por el juzgado de lo Mercantil primero como por la Audiencia Provincial de Madrid después, en septiembre de 2015, por lo que Codere recurrió ante el Tribunal Supremo en enero de 2016. Diez meses tarde, al tiempo que firmaba con el Real Madrid su primer contrato de patrocinio, Codere y el club suscribieron también un acuerdo transaccional por el que daban por cerrado el litigio. El Supremo terminó inadmitiendo el recurso de la empresa de juego en abril de 2018.

En 2019, la compañía que creó la familia Martínez Sampedro y hoy se halla en manos de los fondos de inversión Silver Point y Prudential renovó su acuerdo con el Real Madrid hasta 2021.

Todos los contratos con las casas de apuestas forman parte del perímetro de negocio incluido en el acuerdo que el Real Madrid firmó en 2017 con el fondo de inversión Providenceacuerdo que el Real Madrid firmó en 2017 con el fondo de inversión Providence. El club está obligado a impulsar sus patrocinios para devolver al fondo los más de 200 millones que éste le proporciona. Prescindir de los suscritos con las empresas de juego se convierte pues en un lujo que no se puede permitir. Sólo en el ejercicio 2018/2019 Providence se llevó 227.000  euros del contrato con Codere, 30.000 del firmado con Betfair, 2,23 millones de BetGhana y 2,03 millones de Manbetx, según consta en los informes entregados al comité conjunto que vigila el acuerdo y que figuran entre los documentos de Football Leaks.

De acuerdo con esos documentos y tal como ha publicado este periódico, el Real Madrid firmó en 2017 un contrato con la filial en Luxemburgo de Providence Equity Partners que le aporta 200 millones de euros en cuatro años, unas cantidades que proceden, a su vez, de los hóldings que el fondo de inversión posee en el paraíso fiscal de las Islas Caimán. El club era consciente desde el primer momento de los riesgos reputacionales y fiscales que corría suscribiendo un acuerdo con un fondo que utiliza esa estructura societaria, pero aun así siguió adelante con el contrato. De hecho, sus directivos habían alertado a la cúpula merengue de que la Agencia Tributaria podía considerar un “fraude ley” la interposición de una sociedad instrumental –la luxemburguesa– cuyos beneficiarios últimos están radicados en un paraíso fiscal para “obtener una ventaja fiscal”.

Además, el Real Madrid negoció con el fondo un proyecto para que éste gestionara el negocio digital del club, una plataforma para vender contenidos premium que no llegó a prosperar. El contrato con Providence le impide intervenir en la gestión del club, pero sí debe recibir toda la información sobre los contratos de patrocinio del Real Madrid, porque de ellos obtiene el fondo sus retribuciones. Para aumentar los ingresos por este concepto, Providence propició el fichaje de un superdirectivo canadiense, David Hopkinson, al que pagaba 1,12 millones de euros anuales. Sin embargo, el ejecutivo abandonó el club el pasado mes de septiembre, tras sólo dos años de trabajo y sin alcanzar sus objetivos.

El juego no tiene buena reputación. Mueve cantidades extraordinarias, en España cada día más, pero su crecimiento despierta recelos por su conexión con la ludopatía, el amaño de partidos y la proliferación de las casas de apuestas en los barrios más pobres de las ciudadesla proliferación de las casas de apuestas en los barrios más pobres de las ciudades. En 2019 las apuestas deportivas presenciales movieron 2.252 millones de euros, según las cifras del anuario de Cejuego, la patronal española del sector, a los que hay que añadir la mitad de los 2.917 millones del juego en internet. En total, por tanto, el volumen de apuestas supera los 3.710 millones de euros. El crecimiento de este mercado ha sido espectacular: un 81% el presencial y un 248% el onlineonline. Simultánea a ese estallido ha sido su presencia publicitaria. En 2019 las empresas del juego dedicaron el 27,2% de sus beneficios a promocionarse, 203,66 millones de euros.

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