Elon Musk sueña con el triunfo de la extrema derecha en Alemania
Elon Musk se ha autoinvitado a participar en la campaña para las elecciones parlamentarias alemanas del 23 de febrero. El multimillonario lo ha hecho con dos mensajes en su red social X. “Sólo la AfD puede salvar Alemania”, escribió la semana pasada, haciendo suya la causa del partido ultraderechista Alternativa para Alemania.
Y tras el atentado del coche que embistió contra el mercadillo navideño de Magdeburgo el viernes por la noche, en el que murieron al menos cinco personas, calificó al canciller socialdemócrata Olaf Scholz de “idiota incompetente” por no haber neutralizado antes al autor del ataque, un médico saudí.
El propietario de Tesla publicó su mensaje de apoyo a la AfD reenviando el vídeo de una activista escéptica del clima, Naomi Seibt, que criticaba la posición de Friedrich Merz, el candidato conservador que encabeza las encuestas y que se niega por el momento a formar coalición con la AfD después del 23 de febrero.
Es la primera vez que Elon Musk, que también es asesor de Donald Trump, apoya a la AfD desde el anuncio de las elecciones parlamentarias anticipadas. Pero como recuerda Politico, Musk ya se había preguntado, con engañosa ingenuidad, en junio: “¿Por qué hay una reacción tan negativa hacia la AfD? No paran de hablar de él como un partido de extrema derecha, pero las políticas que defienden, de las que he oído hablar, no parecen extremistas”.
Como era de esperar, la candidata a canciller de la AfD, Alice Weidel, se apresuró a dar las gracias a su “querido Elon” en un vídeo publicado en X. El ex ministro de Finanzas liberal Christian Lindner, decepcionado, aunque partidario de “menos Estado” como Musk, instó al multimillonario: “La AfD está en contra de la libertad, de la empresa, y es un partido de extrema derecha. No te precipites sacando conclusiones desde lejos».
Por su parte, el ex comisario europeo Thierry Breton se mostró indignado ante un caso de “injerencia extranjera” por parte del “principal influencer mundial de X y posible miembro de la futura administración americana”. En un editorial, Der Spiegel también denunció la injerencia del “hombre que sueña con ser presidente del mundo”.
En el diario Die Tageszeitung, la periodista Svenja Bergt escribe que “la agitación y la política de derechas son sólo una herramienta” para Musk, que “quiere el poder, y hacer que el Estado-nación sea incapaz de actuar”, por ejemplo para regular la inteligencia artificial o proteger el medio ambiente. Le recuerda que la “gigafactoría” de Tesla en Brandemburgo, que produce uno de los modelos de la compañía, sigue siendo objeto de fuertes críticas por la preocupación que suscita el medio ambiente.
En el Parlamento Europeo, las posiciones de la AfD –que en 2023 debatió la posibilidad de expulsar a millones de ciudadanos de Alemania, y uno de cuyos líderes dijo a principios de 2024 que no todos los SS “eran criminales”– son tan escandalosas que el partido italiano de la postfascista Giorgia Meloni, al igual que el Agrupación Nacional de Jordan Bardella, han optado por constituir grupos separados.
¿Un regalo para el partido de Farage?
Pero la ofensiva de Musk en el debate alemán no es la única. El pasado 16 de diciembre, Elon Musk recibió en la residencia privada de Donald Trump en Mar-a-Lago (Florida) a Nigel Farage, uno de los británicos promotores del Brexit en 2016, cuyo partido de extrema derecha Reform UK amenaza con eclipsar a los tradicionales tories, que están en pleno proceso de reconstrucción de su partido.
El encuentro reavivó las especulaciones de que Musk había donado "hasta 100 millones de dólares" al partido de Farage en un intento de desestabilizar al gobierno del laborista Keir Starmer. En una entrevista concedida el domingo al Financial Times, el tesorero de Reform UK, Nick Candy, confirmó que Musk figuraba entre los millonarios interesados en financiar el partido, con el fin de impulsar una “disrupción política jamás vista en Gran Bretaña”.
En agosto de 2024, cuando estallaron los disturbios racistas en el Reino Unido tras la instrumentalización de un ataque con cuchillo en el oeste de Inglaterra, Musk intervino para tensar el ambiente y decir lo que pensaba de Starmer, a quien percibía como partidario de la izquierda woke: “La guerra civil es inevitable”, profetizó. El año anterior, el sudafricano ya había rehabilitado en X al ultraderechista antimigrante Tommy Robinson, fundador de la Liga de Defensa Inglesa.
Tras el viaje de Farage a Estados Unidos, aumentaron en Londres los llamamientos para que el Gobierno reforme las normas de financiación de los partidos políticos, en particular poniendo un tope a las donaciones procedentes del extranjero. En Alemania, ese debate no será necesario, pues en ese país los ciudadanos de países no miembros de la UE pueden donar un máximo de 1.000 euros.
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En el mapa europeo, Elon Musk también goza de una sólida relación de confianza con Giorgia Meloni, que se refiere a él como un "preciado genio" y le invitó en 2023 a participar en Atreju, el festival organizado por la extrema derecha italiana que se celebra cada año a las afueras de Roma. Pero a diferencia de Alice Weidel o Nigel Farage, Meloni ya está en el poder, convirtiéndose en presidenta del Consejo a finales de 2022 gracias al canibalismo de las fuerzas tradicionales de la derecha.
Traducción de Miguel López