crecimiento económico
La venganza de los 'PIGS': la salida de esta crisis favorece al sur de Europa mientras Alemania cae en recesión
Alemania, finalmente, ha entrado en recesión técnica. En un escenario inconcebible hace pocos años: a la locomotora europea se le ha gripado el motor y está en decrecimiento tras los continuos golpes que la coyuntura global ha asestado a su economía. Empezó siendo el atasco en las cadenas de suministros mundiales, que lastró a su industria, y continuó con la crisis energética desencadenada tras las sanciones europeas a Rusia, país del que dependía energéticamente y que le suministraba grandes cantidades de combustibles fósiles a bajo coste. Paralelamente, los países del sur, más apoyados en el sector servicios, se recuperan con más rapidez, encabezados por Grecia.
Alemania, cuyo PIB retrocedió un 0,5% en el cuarto trimestre de 2022, ha anunciado este jueves que ha revisado su dato de nulo crecimiento del primero de 2023: también retrocedió un 0,3%, lo que le aboca a la "recesión técnica". La revisión del dato, de apenas tres décimas, no cambia la situación económica de Alemania, pero la caída le hace perder el PIB del nivel previo a la pandemia, que ya había recuperado, y le sitúa ahora por debajo de España, que, por muy poco, tampoco lo ha recuperado aún.
“Creo que es una coyuntura, pero podría ser aprovechada por los países del sur”, explica el profesor Antoni Cunyat, que imparte Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya. “Los países del sur tienen debilidades económicas, pero es cierto que nos ha afectado menos la guerra. Es una oportunidad para sentar las bases para un crecimiento más sólido y sostenido”, añade el profesor.
“El mejor desempeño de los países del sur es coyuntural, habrá que ver cómo sigue”, coincide Antonio Sanabria, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid: “Hay varios riesgos a los que se enfrentan estos países, empezando por la sequía o las altas temperaturas en verano. Estas podrían alejar a los turistas si siguen siendo tórridos, como el pasado”, explica.
Alemania, con el motor gripado
“Hay dos elementos que explican la situación alemana”, explica Antonio Sanabria. “La pandemia provocó que las exportaciones de vehículos empezara a resentirse, con el atasco en las cadenas de suministros globales. La crisis energética posterior le ha afectado aún más. También ha sufrido su industria en términos de costes, lo que ha provocado que en el primer trimestre se haya revisado su producción industrial a la baja. El segundo factor es que el consumo interno tampoco ha sido favorable. Ambos elementos explican la recesión técnica”, añade.
La entrada a la recesión técnica no transforma radicalmente para peor la situación económica de Alemania: la revisión de tres décimas no suponga que su economía vaya entrar en un círculo vicioso negativo. “No cambia mucho a lo que había antes. Hace unos trimestres conseguía un crecimiento ligeramente positivo y ahora es ligeramente negativo. Al coincidir dos negativos, es conocido técnicamente como 'recesión'. Los analistas e inversores internacionales lo que ven es su tendencia y la dinámica de su economía, y eso no ha cambiado. Por ejemplo: sus exportaciones, su industria, su producción, su consumo, sus costes, sus pedidos…”, añade Sanabria.
“Alemania es una economía dependiente de su industria”, añade el profesor Cunyat. “Es algo que no ocurre en Grecia, Italia o España: somos más economías de servicios. Después de la pandemia, el turismo se ha recuperado rápidamente: la gente tenía ganas de viajar. Si vamos un poco más allá, en Alemania ya se deberían de haber producido determinados ajustes para que se recuperara, pero parece ser que no y que el golpe que ha sufrido es mayor del que se creía”, explica.
Uno de los puntos fuertes de la economía europea en su conjunto es la fortaleza del empleo. Pero no todos los países se han recuperado igual: aunque es cierto que España aún no ha recuperado las horas que se trabajaban en el cuarto trimestre de 2019, está un 1,6% por debajo de ese nivel. Alemania está un 3,8% por debajo. Otros países del sur están también peor que España: Portugal un 6,4% por debajo e Italia, un 2,2%. Francia es la única de las economías importantes que sí lo ha superado, y está un 1,5% por encima.
“Si el empleo no se recupera en Alemania y con una situación de inflación al alza, esto ayuda a que el consumo de este país se pueda resentir más todavía, porque afecta a la renta de los hogares”, explica Antonio Sanabria. “Habrá que analizarlo con más detalle, pero es probable que se deba al mal desempeño de la industria alemana”, añade el profesor.
Una salida de crisis muy diferente para los ‘PIGS’
Portugal, Italia, Grecia y España tienen unas previsiones de crecimiento inauditas, si comparamos esta salida de los múltiples shocks que ha sufrido la economía, respecto a la crisis financiera. Los PIGS, que es como se conocía peyorativamente a estas economías europeas por el acrónimo en inglés ["cerdos"], ahora encabezan los rankings de crecimiento económico, mientras el motor alemán sigue echando humo.
Según la última previsión de la Comisión Europea de la primavera de 2023, Portugal y Grecia crecerán en 2023 un 2,4%; España, un 1,9% e Italia, un 1,2%. Frente a estos países, Alemania se espera que crezca un pírrico 0,2%. Francia, un 0,7%. España, que es uno de los escasos países de la UE que aún no ha recuperado el nivel de crecimiento previo a la pandemia, está previsto que cruce ese umbral este trimestre. Si estas previsiones se cumplen, tanto en 2023 como en 2024, España y el resto de países sureños crecerán más que el socio alemán.
Todo, sin embargo, está en el aire. “Que no haya sustillos, un banco que quiebre…”, observa Antoni Cunyat. La incertidumbre económica es total y el escenario podría cambiar en cualquier momento. La pandemia fue destructiva para la actividad turística de los países del sur, pero sin embargo, sus economías se han defendido mejor del impacto económico derivado de la invasión de Ucrania.
“En España ha sido muy novedoso el tirón de las exportaciones”, añade Cunyat. “Tenemos saldo positivo en la balanza comercial. Siempre hemos sido un país más importador que exportador. Creo que el diferencial de la inflación ha sido clave: siendo la misma moneda, España ha ganado competitividad frente al resto de países europeos. También creo que el sector exportador está ahora mucho más fuerte que en períodos anteriores. Creo que es un elemento que no se destaca lo suficiente, siempre hablamos de lo malo de la economía española, como el déficit o la deuda”, añade.
“La excepción ibérica ha conseguido amortiguar mejor los vaivenes del precio del gas”, añade el profesor Sanabria. “También porque España tiene una mejor estructura y puede recibir fácilmente desde diferentes países. Hay un tercer elemento, y es el gran impulso que está dando España a las energías renovables, no tanto a la eólica, sino a la solar. Por estos tres motivos, España ahora tiene una ventaja competitiva energética con Alemania. ¡Quién lo iba a decir!”, añade Sanabria, en referencia a que uno de los puntos fuertes de la economía alemana era precisamente la competitividad que le procuraba su enorme acceso a la barata energía rusa.
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Cunyat considera que es buen momento para que las economías del sur aprovechen el tirón del crecimiento, del consumo y del empleo para resolver los problemas históricos de sus economías: “En España veo dos pasos muy positivos. Uno ha sido la reforma laboral, que ha reducido mucho la temporalidad. Por otro, el reciente acuerdo entre sindicatos y patronal. Esto último es importante, porque uno de los mayores peligros de la economía española es una oleada inflacionista de segunda ronda, y el acuerdo hace prever que la inflación volverá a unos valores más normales”. Este acuerdo garantiza subidas salariales del 4% en 2023 y del 3% en los dos años siguientes, pareja con las previsiones de inflación.
En datos de abril, solo Italia tiene una inflación por encima de la alemana: un 8,7% y 7,6% respectivamente. El resto de países del sur tienen un crecimiento de precios más contenido, empezando por España (3,8%), seguida de Grecia (4,5%) y Portugal (6,9%). Francia crece a un 6,9%. La media de la eurozona fue en abril de un 7%.
“Que los árboles no nos hagan dejar de ver el bosque”, añade Cunyat. “Estamos en la senda correcta, pero hay que seguir. Hagamos medidas para solucionar los problemas estructurales de la economía española. Hay que dar muchos pasos. España tiene que resolver su problema respecto a la productividad, que es muy inferior a la alemana. Es un hecho determinante para garantizar un crecimiento a largo plazo. No nos durmamos en los laureles”, remacha el profesor.