El retraso de las ayudas UE: 140 escritores esperan desde enero que Cultura pague su estancia en el extranjero

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De los 70.000 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que la Unión Europea concede a España hasta 2026 para reactivar la economía sacudida por la pandemia, un millón tenía como destino sufragar las estancias en el extranjero de escritores españoles. Es una convocatoria del Ministerio de Cultura por la que se han otorgado ayudas a la “movilidad internacional” de autores literarios, también traductores e ilustradores. La condición es que hayan publicado al menos una obra. Se les subvenciona para que investiguen y preparen la próxima en instituciones de otros países durante dos meses como máximo. Entre los proyectos aprobados se encuentran los presentados por autores consagrados como Espido Freire y Felipe Benítez Reyes, jóvenes talentos como David Aliaga y Laura Casielles, la poeta gallega Yolanda Castaño, o el cántabro Juan Gómez Bárcena, premio Ojo Crítico en 2014.

La selección se llevó a cabo el año pasado. De los 261 solicitudes presentadas, fueron 140 las escogidas. Así quedó establecido en la propuesta de resolución definitiva que la Dirección General del Libro publicó en internet el 22 de diciembre de 2021. Las ayudas deberían haber empezado a pagarse en enero de 2022. Sin embargo, a fecha de 12 de abril, la resolución definitiva del ministerio no se ha producido ni, por tanto, se han pagado las ayudas. Las estancias deben realizarse antes del 31 de diciembre de este año. Y ya se han consumido cuatro meses. La convocatoria deja claro que no se pagarán hasta que Cultura notifique al beneficiario la concesión.

infoLibre ha hablado con una decena de los 140 seleccionados en la propuesta de resolución definitiva. Ninguno ha recibido la notificación. De modo que algunos han tenido que aplazar su salida al extranjero porque no podían sufragarse el viaje y la estancia. Otros se han marchado pagando los gastos de su propio bolsillo para no perder reservas de avión y hotel. Y los hay que están pensando en anular el viaje si no reciben enseguida noticias del ministerio y no pueden posponer la estancia a 2023. La subvención, según explica el ministerio en su página web, “se hará efectiva mediante pago anticipado, una vez dictada cada resolución de concesión”. Tras haber sido gastada, el beneficiario debe justificar la ayuda, con facturas y otros comprobantes de pago, como mucho tres meses después de haber acabado la estancia en el extranjero.

Cuando se anunciaron las milmillonarias ayudas europeas, una de las advertencias de expertos e instituciones se refería a la incapacidad de la Administración pública española para digerir un volumen tan enorme de dinero y hacerlo correctamente, en tiempo y forma. Por un lado, por la falta de personal técnico especializado, y por otro, por el freno que la burocracia podía imponer a un mecanismo que necesitaba ser ágil para ser efectivo. La queja de que las ayudas no están llegando o llegan con demasiada lentitud es constante. El caso de las subvenciones de Cultura puede servir de ejemplo de las dificultades que sufre el sistema.

Antes del verano

Los autores llevan desde enero reclamando la resolución definitiva del proceso. Según explican a este periódico, la respuesta del ministerio siempre es que se publicará “inmediatamente”. “Primero decían que a mediados de enero; después, a mediados de febrero… ahora dicen que estemos atentos a la web”, explica uno de los afectados. Felipe Benítez Reyes, premio Nacional de Poesía en 1996 por Vidas improbables y premio Nadal en 2007 por su novela Mercado de espejismos, no ha esperado a que llegara la ayuda y ya se encuentra en Lisboa, donde prepara su investigación sobre Fernando Pessoa. Se lo podía permitir, explica, y no quería perder las reservas hechas.

A Alejandro Luque, en cambio, no le ha quedado más remedio que aplazar sus dos meses en Nueva York, programados para principios de año, y posponerlos hasta el próximo otoño. Periodista y escritor, autor de La defensa siciliana, quiere trabajar en la Universidad de Nueva York sobre el escritor cubano exiliado Edmundo Desnoes y confía en que la institución no le ponga problemas para hacerlo entrado el año.

En el caso de Adriana Schlittler, poeta y fotógrafa sevillana nacida en Brasil, el golpe ha sido mayor. Tenía programada una estancia en las islas Galápagos en febrero para preparar un proyecto sobre ornitología, que supone un gran desembolso económico y ha debido suspender al no haber cobrado aún la ayuda. Es profesora de latín y griego en un instituto de Sevilla, por lo que, además, debía pedir un mes de permiso sin sueldo para irse. “Afortunadamente, no lo hice, porque, si me lo dan, no puedo decir que no o quedarme un mes en casa”, lamenta. A ella le aseguraron a principios de año, cuando llamó al ministerio, que la resolución definitiva estaría lista “en lo queda de enero”. No se fio y no sacó los billetes de avión ni pidió el permiso no retribuido a la Junta de Andalucía. Ahora sólo puede retomar el proyecto en octubre, el único mes en que es posible hacer la investigación ornitológica que precisa.

En el caso de otro escritor que prefiere no dar su nombre, el viaje debería haber sido en enero, pero por motivos de salud tuvo que aplazarlo. “Ahora me han dicho que resolverán antes del verano”, asegura. Otro tenía prevista su estancia en el extranjero para mayo y, en vista del retraso en el pago, iba a atrasarla hasta septiembre, pero por “incompatibilidad laboral” va a terminar renunciando a la subvención. También hay quienes tienen programada la salida para el verano y temen que el retraso se prolongue y les impida el viaje. Alejandro Luque se pregunta si será posible dejar un proyecto para 2023, aunque la convocatoria deja claro que la estancia en el extranjero debe realizarse este año, del que ya se han consumido cuatro meses.

Desde 1.400 hasta 9.800 euros

El Ministerio de Cultura no ha concedido el millón de euros de la convocatoria, sino 746.932,56 euros. Las ayudas van desde 1.400 hasta 9.800 euros como máximo. InfoLibre ha preguntado al departamento que dirige Miguel Iceta por estas ayudas y niega que exista ningún retraso. “Es el tiempo que se necesita para tramitar la resolución definitiva”, explica un portavoz. “El procedimiento se ha realizado siguiendo los trámites ordinarios habituales para garantizar la transparencia y control”, indica. Pero también precisa que hay que tener en cuenta que éste “ha coincidido en los tiempos con el cierre de un ejercicio presupuestario y la apertura del nuevo ejercicio”. Cultura niega también que algún recurso esté demorando la resolución definitiva o exista algún problema con el dinero. Pero algunos de los escritores consultados por este periódico dicen que, en sus múltiples llamadas al ministerio estos meses, les han mencionado que el problema no estaba en Cultura, sino en otros departamentos. “Yo creo que es sencillamente un problema de liquidez”, precisa uno de ellos.

La tramitación de los miles de expedientes para conceder las ayudas constituye un auténtico órdago para la capacidad de gestión de las administraciones públicas. La falta de personal técnico cualificado ha obligado al Gobierno a recurrir, como en otras muchas ocasiones, a los conocidos como “medios propios”: empresas públicas a las que hace “encargos” o “encomiendas”, para suplir la carencia de plantilla. Así, sólo en tareas de apoyo y asistencia técnica para gestionar las ayudas para la recuperación, el Gobierno se va a gastar al menos 133,12 millones de euros. De ese monto, corresponden al Ministerio de Cultura 6,5 millones, que servirán para que Tragsatec, la filial de la pública Tragsa, les ayude a tramitar los proyectos financiados por la UE. 

De los 70.000 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que la Unión Europea concede a España hasta 2026 para reactivar la economía sacudida por la pandemia, un millón tenía como destino sufragar las estancias en el extranjero de escritores españoles. Es una convocatoria del Ministerio de Cultura por la que se han otorgado ayudas a la “movilidad internacional” de autores literarios, también traductores e ilustradores. La condición es que hayan publicado al menos una obra. Se les subvenciona para que investiguen y preparen la próxima en instituciones de otros países durante dos meses como máximo. Entre los proyectos aprobados se encuentran los presentados por autores consagrados como Espido Freire y Felipe Benítez Reyes, jóvenes talentos como David Aliaga y Laura Casielles, la poeta gallega Yolanda Castaño, o el cántabro Juan Gómez Bárcena, premio Ojo Crítico en 2014.

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