La rivalidad entre el Real Madrid y el Barça puede que arranque en lo deportivo pero se extiende lejos del césped de los estadios y alcanza el ciberespacio y más allá. Competir por todo, como hacen ambos equipos, parece un capricho infantil, pero lo cierto es que llega a determinar millonarias decisiones empresariales e incluso alimenta estrategias judiciales.
El 28 de marzo de 2017 el Real Madrid tenía 96.217.000 seguidores en Facebook. El FC Barcelona, 98.029.000. Es decir, 1.812.000 más que el club de Florentino Pérez. El Barça estaba así a punto de conseguir los 100 millones de seguidores, precisamente el principal objetivo madridista: “Llegar antes que el Barça o al menos llegar horas después que ellos”, lo define el responsable de redes sociales del club. El plan era alcanzar esos 100 millones en agosto, pero la victoria de los culés sobre el Paris Saint-Germain, con una remontada que la prensa glosó como “antológica” –6-1, con tres goles en los últimos ocho minutos, y tras haber perdido 4-0 en París–, les hizo crecer “como si de una final de la Champions se tratase” –eran aún los cuartos–, en la red de Mark Zuckerberg. Además, explica el community manager a los directivos del club en un correo, “en los últimos cinco días han hecho campañas de captación de unos 200.000 seguidores diarios”, cuando hasta entonces su media era de 17.000. Así lo revelan los documentos de Football Leakscompartidos por la revista Der Spiegel con la red European Investigative Collaborations (EIC), a la que pertenece infoLibre.
De forma que el responsable de redes sociales teme que el Barça sólo tarde nueve días en lograr los 100 millones de seguidores, en lugar de los seis meses previstos con el ritmo normal. Según sus cálculos, los blaugranas estaban gastando entre 7.000 y 9.000 euros al día para conseguir la cifra mágica. Por ese motivo, dice a sus superiores que para alcanzarles en 48 a 72 horas necesitaría una inversión de entre 250.000 y 300.000 euros. “Pueden darse cuenta y reaccionar si tienen presupuesto”, apunta para justificar tales cantidades.
No hay tiempo que perder. El director general, José Ángel Sánchez Periáñez, concede el máximo, 300.000 euros, tras pedir autorización a Florentino Pérez. No pueden esperar a la decisión del comité de compras, asegura. La agencia contratada es la estadounidense SocialCode, que desde el pasado mes de octubre ha pasado a llamarse Code3.
A la una y media de la madrugada del 1 de abril, la directora adjunta Begoña Sanz Orea envía la nota de prensa, en inglés y en castellano, que el club ha preparado. “Creemos que llegamos [a los 100 millones de seguidores] por la mañana y que será un sprint entre el Barça y nosotrossprint”, apura. También hay una segunda nota redactada para el caso de que el Real Madrid quede subcampeón en la carrera de Facebook. Pero en la competición digital ocurrió lo mismo que tantas veces en el mundo real: no pudo ser. El Barça consiguió antes los ansiados 100 millones de seguidores y lo hizo público el 2 de abril. En su nota, presumía de haber sumado 3,6 millones de nuevos seguidores desde la remontada ante el París Saint-Germain. Ese mismo día, Sánchez Periáñez remite al presidente de la Fundación Real Madrid, Manuel Redondo, un correo donde adjunta un enlace a la noticia con un texto de una sola palabra: “Tarde”. Cien millones apenas unas horas después del Barça.
Cristiano Ronaldo pidió a la jueza que le investigaba por fraude fiscal el expediente completo abierto por la Agencia Tributaria a Leo Messi.
A día de hoy, sin embargo, el Real Madrid, que no ha querido responder a las preguntas que le ha formulado infoLibre al respecto, ha adelantado en Facebook, y por mucho, al Barça: tiene 110,39 millones de seguidores por 102,87 millones los culés. Si se les suman los fans de Twitter –35,9 millones– e Instagram –95 millones–, los merengues superan los 241 millones de seguidores en esas tres redes sociales. El Barça aglutina a 212 millones con los 93,1 millones de Instagram y 16,1 millones de Twitter. Cifras, en cualquier caso, muy por encima de clubs como el Manchester, que no pasa de 136,7 millones de seguidores en las tres redes.
87,3 millones por una Liga de Campeones
Pero la vigilancia a la que se someten ambas empresas afecta igualmente a los grandes números. Y no sólo en los millones de los fichajes más caros. También en las cuentas de resultados. Nada más hacer públicas las cifras de la temporada 2017/2018, el director financiero del club blanco hace un informe de urgencia que incluye los ingresos, los gastos de personal y el beneficio del ejercicio del Barça. Entonces, el resultado bruto de explotación fue negativo, unos 20 millones de euros, por culpa de los 48 millones que el Barça tuvo que provisionar debido al pleito con Neymar.
En realidad, los técnicos del Real Madrid estudian con mucho detenimiento los resultados de su mayor competidor deportivo. Y elaboran los consiguientes informes, a los que ha tenido acceso Football Leaks. En ellos se puede comprobar que el Barça tiene el doble de socios que el Real Madrid: casi 18 millones los blaugranas en 2017/2018 por 8,5 millones los merengues. También ingresa el doble en taquilla, al menos hasta esa temporada. En la 2016/2017 el Barça sumó 66,6 millones euros y preveía cobrar 72,9 millones en la siguiente. El Real Madrid ganó 39,7 millones de euros por ese concepto en 2016/2017 y presupuestó 36,9 millones en 2017/2018.
Eso sí, los blancos le sacan más rendimiento a su área VIP, el famoso palco del Bernabéu: 45,3 millones les rindió en 2016/2017. El Barça sólo pudo ingresar de la suya 18,9 millones ese año. Por el contrario, de los tours, eventos y restaurantes del Camp Nou el club catalán obtiene casi el doble –53 millones de euros– que el Real Madrid de su estadio –24,9 millones–. La diferencia de ingresos, explican los blancos, se debe a que el Barça tiene más visitantes que el Real Madrid, dos millones el primero por sólo 1,2 millones el segundo, y al alquiler de la tienda de Nike. Por el contrario, de las giras y amistosos sacan más dinero los merengues, unos dos millones más.
Entre 2015 y 2017, además, el Real Madrid superó ampliamente al FC Barcelona por sus ingresos en la Liga de Campeones. Ganó 82,2 millones de euros en la temporada 2015/2016 y 87,3 millones en la siguiente, gracias a que ganó el título ambos años, mientras que el Barça no pasó de cuartos. Otro tanto ocurre con los ingresos comerciales, la parte del león. En 2016/17 los merengues facturaron 251,5 millones de euros en patrocinios, merchandising y publicidadmerchandising, por 222,6 millones los culés. En cambio, ganan más los blaugranas con la televisión, 153,6 millones de euros, mientras los blancos se quedan en 142 millones. En total, el volumen de negocio del Real Madrid ascendía en 2016/2017 a 674,6 millones de euros. El del Barça, a 649,4 millones.
Pagos a agentes: 25 millones el Barça, 32 millones el Madrid
En el capítulo de gastos, el informe elaborado por el Real Madrid destaca los pagos que el FC Barcelona hace a los agentes de los futbolistas, un capítulo controvertido desde que Hacienda puso su atención en ellos. Según los cálculos de sus competidores, el Barça abonó una media de 25 millones de euros a los representantes de sus jugadores, mientras que los blancos dedicaban a este capítulo 32 millones. Es decir, 96 millones en tres años. Mientras que los blaugranas incluyen estas cantidades en el apartado de gastos de personal, con los sueldos de los jugadores, el Real Madrid las contabiliza como inversiones. Hay que recordar que Hacienda ha investigado y denunciado a un buen número de jugadores de ambos equipos por cobrar parte de su sueldo como comisión de los agentes, para que éste no tributara por IRPF –por tanto, al tipo máximo– sino sólo por el IVA que se descontaba al intermediario –a un tipo más bajo–. Pese a las condenas judiciales a los jugadores, el litigio fiscal y legal sigue dirimiéndose en los tribunales económico administrativos, adonde han recurrido los clubes.
En general, el Barça gastó más que el Real Madrid en esos tres años en oficinas internacionales –Nueva York y Hong Kong– y en proyectos de innovación. Los culés también tenían entonces mayores costes financieros. En cambio, el Real Madrid gasta más en su televisión. También invierte más en personal, 406,1 millones de euros en la temporada 2016/2017, frente a los 395,4 millones del FC Barcelona. De esa cifra, 320,1 millones corresponden al primer equipo de fútbol; es decir, las estrellas del Madrid se llevan el 78,8% del presupuesto de personal del club. En el Barça el porcentaje es similar, un 76,6%. Además, sólo en primas, los culés pagaron 178 millones de euros en tres temporadas, mientras los merengues desembolsaron 114 millones.
Sin embargo, los madridistas se felicitan por tener una plantilla mucho menor que la del Barça e incluso que otros de sus rivales europeos. En total, el club de Florentino Pérez cuenta con 776 empleados, de los cuales 379 no son personal deportivo. El Barça, en cambio, tiene 1.104 trabajadores, 477 no deportivos. El Bayern de Múnich posee en nómina 800 empleados administrativos, el Manchester United y el Liverpool superan los 700. También se vanaglorian los blancos de que su plantilla tiene la mayor productividad, con una ratio de ingresos por empleado de 1,77 millones de euros. En cualquier caso, el aumento del gasto de personal en el Real Madrid ha sido espectacular desde 2007: un 46% el no deportivo y nada menos que un 147% el deportivo. En una década, los ingresos del club crecieron bastante menos, un 89%.
Como resultado de todo lo anterior, los blancos tienen unos beneficios de 29,2 millones de euros de media durante los tres años de referencia, por 22,2 millones el Barça. Pero, destaca el informe merengue, el resultado de los blaugranas está “distorsionado” por el traspaso de Neymar en 2017 –140 millones de euros–, por lo que en realidad habrían tenido unas pérdidas antes de impuestos de 100 millones de euros.
Según apunta, además, mientras los catalanes han triplicado sus inversiones en jugadores desde 2015 hasta 2018, hasta alcanzar los 237 millones de euros esa última temporada –una media de 197 millones en ese periodo–, los madrileños optaron por la contención, con una media de 102 millones y un máximo de 127,2 millones para la temporada 2016/17, de acuerdo con los documentos de Football Leaks.
En resumen, el Real Madrid se precia de poseer una dimensión económica “mucho mayor” que la del FC Barcelona, medida a través del tamaño de su balance: 1.075 millones de euros frente a 760 millones de su competidor. También presume de tesorería, puesto que la de los culés está “inflada” en 100 millones por la prima de Messi, la misma cantidad en que estaría infravalorada la deuda de los blaugranas. Y destaca que su patrimonio neto es cuatro veces mayor que el del Barça. “El Real Madrid”, concluye, “tiene más valor, es más solvente y tiene una mayor autonomía financiera que el Barcelona”.
Las comparaciones también se hacen con las respectivas secciones de baloncesto. A diferencia del fútbol, ambas pierden dinero. De hecho, indica el informe, sus números rojos se cubren con los beneficios de sus hermanos mayores. En 12 años, desde 2006 hasta 2018, el Real Madrid de baloncesto ha perdido una media de 21,6 millones anuales, con unos ingresos medios de sólo 8,9 millones. En el Barça, la pérdida alcanza los 22,5 millones de media, con unos ingresos medios de 6,2 millones. Los técnicos del club blanco atribuyen sus menores números rojos a que explotan mejor el pabellón de baloncesto y a que ingresan más por marketing. Pero también destacan el aumento de pérdidas sufrido por los dos equipos desde 2013, debido al mayor gasto de ambos en jugadores.
El informe pone igualmente su atención sobre el impacto que, dicen sus autores, tuvo la renovación de Lionel Messi en las cuentas del club catalán de 2017: un coste salarial que cifran en 70 millones de euros al año.
“Creo que ha habido ánimo de defraudar”
Cuando Football Leaks empezó a publicar en enero de 2018 que Hacienda estaba investigando los pagos del FC Barcelona a la Fundación Messi, los directivos del Real Madrid muestran su incredulidad. “Sinceramente, cuesta creer que, en mitad del lío de Messi, Neymar y el FC Barcelona con Hacienda, todavía estuvieran actuando de esta forma, especialmente el Barcelona. Realmente es incomprensible (o bien la “noticia” no es tal). ¡Es tan burdo que no puede ser cierto!”, se sorprende José Ángel Sánchez en un correo electrónico a su equipo. Su director financiero aporta la clave técnica, tras calificar de “muy grave” el hecho de que el club culé abonara parte del salario del jugador argentino a través de su fundación familiar para evitar que éste tributara íntegramente por el IRPF. “Eso no es como lo de los agentes, donde Hacienda ha cambiado claramente el criterio”, subraya, “creo que ha habido ánimo de defraudar”. “Aportar esas millonadas a la fundación personal de un empleado, vinculando incluso las aportaciones a su desempeño profesional, es un salario como una casa, antes, ahora y siempre”, zanja Julio Esquerdeiro.
El director financiero se refiere a la cláusula de los contratos con la fundación que vinculaban las supuestas donaciones del Barça –es una institución sin ánimo de lucro dedicada a proyectos benéficos– a los premios otorgados al jugador. Si Messi ganaba el FIFA Balón de Oro, el club pagaba a la institución 750.000 euros más, por ejemplo.
En junio de 2017 los funcionarios de la Agencia Tributaria habían comenzado a investigar las facturas fiscales de la Fundación Leo Messi, a la que el FC Barcelona había pagado 12,7 millones de euros en donaciones entre 2010 y 2016. Los inspectores sospechaban que esos importes eran, al igual que los ingresos al agente, parte de los rendimientos del trabajo del deportista, por lo que también deberían tributar en el IRPF al tipo máximo, el 45%. En el caso del astro argentino, el club no sólo pagó esas cantidades a la Fundación Leo Messi, sino que a lo largo de esos mismos años también satisfizo un total de 11,14 millones de euros a su representante, según los cálculos que los abogados de Cuatrecasas realizaron para el Barça –10,48 millones según la contabilidad del club–. Cuando abrió esa segunda investigación, el Tribunal Supremo ya había confirmado hacía un mes la sentencia de la Audiencia de Barcelona que condenó al jugador argentino a 21 meses de prisión por tres delitos contra la Hacienda pública. A su progenitor le rebajó la pena de 21 a 15 meses como cooperador necesario.
Ronaldo pidió el expediente de Messi al juzgado
La hipersensibilidad que preside las relaciones de Barça y Real Madrid se contagia inevitablemente a sus jugadores. Sus máximas estrellas, Cristiano Ronaldo y Leo Messi, compartieron experiencias con Hacienda. Los dos fueron inspeccionados y denunciados por la Agencia Tributaria, también condenados por los tribunales por delito fiscal a varios años de prisión y fuertes multas. Ambos llegaron a acuerdos con la Fiscalía que les evitaron ir a la cárcel. En abril de 2018, el abogado de Cristiano Ronaldo, José Antonio Choclán, pidió al Juzgado de Instrucción número 1 de Pozuelo de Alarcón (Madrid), encargado de la denuncia por delito fiscal contra el jugador portugués del Real Madrid, el expediente administrativo que elaboró la Agencia Tributaria y terminó con la condena a Leo Messi.
¿Para qué? Para que la jueza, argumenta Choclán, pudiera “comparar el criterio técnico mantenido por la Inspección de la Agencia Tributaria en el caso Leo Messi” caso Leo Messi”con el utilizado por Cristiano Ronaldo en la declaración del IRPF. Un criterio, precisa el abogado, que debería ser “idéntico”. Pese a esa unidad de criterio, la defensa del futbolista portugués alegaba que la Agencia Tributaria había “calificado de modo dispar” los contratos y la renta obtenida con ellos por Messi y por Ronaldo. La comparación nunca se llevó a cabo. El juzgado rechazó la petición porque consideró que la prueba “no era útil” para el procedimiento. Y Cristiano Ronaldo fue condenado a 23 meses de prisión y a una multa de 18,8 millones de euros por cuatro delitos fiscales cometidos entre 2010 y 2014: había eludido el pago de 5,7 millones de euros a Hacienda por sus derechos de imagen.
La rivalidad entre el Real Madrid y el Barça puede que arranque en lo deportivo pero se extiende lejos del césped de los estadios y alcanza el ciberespacio y más allá. Competir por todo, como hacen ambos equipos, parece un capricho infantil, pero lo cierto es que llega a determinar millonarias decisiones empresariales e incluso alimenta estrategias judiciales.