La gran banca española batió récord de beneficios en 2023, ejercicio en el que ganó 26.088 millones de euros, la mayor cifra de su historia y 20 veces más de lo abonado por el impuesto que impulsó el Gobierno para el sector. Y la tendencia ha continuado en 2024: en el primer trimestre del año se ha embolsado 2.954 millones, lo que supone un 40,8% más, según un informe elaborado por la consultora Neovantas.
En ese dibujo de situación falta otra pieza: las plantillas están sin convenio colectivo desde enero y sus representantes sindicales no entienden “por qué les están haciendo una OPA hostil a los trabajadores que los han llevado a obtener esas ganancias históricas”.
En la órbita de la Banca operaban al cierre de 2022 en torno a 83.000 trabajadores, de acuerdo a los datos que maneja CCOO. Se suman, dentro del sector financiero, a los alrededor de 55.000 del área de Ahorro y a los 17.000 de las Cooperativas de Crédito. Mientras estos dos últimos colectivos ya cuentan “con un convenio que los ampare”, los primeros empleados asisten a cómo las negociaciones entre los sindicatos y la patronal, la Asociación Española de Banca (AEB), “se arrastran desde hace meses, sin ningún resultado”.
¿Dónde está el principal escollo? Javier de Dios, responsable del Sector Financiero de CCOO, lo explica: “Los trabajadores de Banca tienen el salario de convenio y hay cierta parte de la plantilla a la que las entidades financieras por lo que llaman ‘meritocracia’, que es discrecionalidad, según nosotros, otorgan unos complementos. Esas mejoras voluntarias, cuando sube el salario base por el convenio en la negociación colectiva, se absorben y compensan, con lo que los trabajadores siguen teniendo el mismo salario final. Nuestro caballo de batalla es al menos modular esa cláusula, si no se puede suprimir al cien por cien”.
Elena Díaz, presidenta de FINE, coincide en el diagnóstico. “El problema es la absorción y compensación de los incrementos. Tenemos a personas con los sueldos congelados desde hace muchísimo tiempo y creemos que todo el mundo tiene derecho a ver cómo se eleva su salario en la línea en la que se ha incrementado la vida, que ha sido mucho y en muy poco tiempo. Ese es el escollo. Nos ofrecen algo que no está claro. En Ahorro, por ejemplo, el convenio se ha firmado sin absorción ni compensación. Tenemos una cláusula de garantía y los trabajadores han visto, en mayor o menor medida, cómo sus salarios se han adecuado más o menos al coste de la vida. Y en Cooperativas de Crédito lo mismo. Aquí no podemos ser menos”, lanza.
Con todo, De Dios apunta que en las últimas reuniones con la patronal han logrado “abrir la vía” para que la ABE “entienda que, aunque sea transitoriamente para este convenio, se aplique algún tipo de cláusula de garantía con el fin de que las personas que tienen esas mejoras, puedan notar alguna subida. Se ha planteado que al menos opere para dos años, pero no nos han aclarado en qué porcentaje lo están considerando ni algunas otras cuestiones”, asevera.
Díaz no comprende “por qué se está dilatando el proceso y jugando a avanzar tan lentamente. No tiene ninguna justificación, sobre todo porque no estamos abriendo el convenio en canal. Tenemos dos precedentes de firma, Ahorro y Cooperativas de Crédito, que son convenios parecidos”, por lo que la patronal “ya conoce de sobra cuáles son nuestras prioridades”, indica. No sabe tampoco el motivo por el que las mesas negociadoras “se agendan cada dos semanas -la próxima reunión será el 10 de julio- y el tiempo se agota”. “En FINE tenemos prisa -enlaza- en la medida en la que creemos que la situación que están viviendo las plantillas es bastante crítica, como la del resto de la sociedad”. Se preguntan “cómo es posible que el sector con mayores beneficios, sea tan reticente con algo que se está firmando, ya no sólo en convenios vecinos, sino en los de otras áreas de actividad que se han renegociado y no están teniendo tantos problemas en las subidas, pese a no haberse beneficiado en igual medida de la situación económica”. “La plantilla aún no ha visto reflejado nada más que pérdidas en sus bolsillos", remata la presidenta de FINE.
Una propuesta por definir y que "se queda corta"
A los sindicatos, la propuesta de la patronal, que algunas fuentes de la negociación interpretan que está dispuesta a una subida salarial acumulada durante tres años de hasta el 11%, mientras para otras “no está claro el porcentaje”; se “les queda corta” y “tiene aspectos" por desenredar. “Están racaneando en el convenio a sus empleados quienes menos tendrían que hacerlo”, defienden, por lo que no descartan “protestas de todo tipo”. Avisan de que no aceptarán "un órdago" y de que, si no hay acuerdo antes del verano, porque las partes no sean capaces de “pulir” una propuesta de consenso, “nos veremos abocados a entrar otra vez en conflictividad en otoño”. “No la queremos”, apostilla De Dios en concreto, “pero no nos quedan más herramientas. Porque las plantillas se merecen mejoras”, recalca.
“Si la patronal sólo atiende las peticiones de los trabajadores a través de movilizaciones y huelgas, se van a encontrar con un otoño caliente”, advierten desde UGT. “Es un convenio básicamente salarial. Están acostumbrados a mover la parte que ellos denominan por meritocracia como quieren. No sabemos ni a quién dan ni cuánto”, lamentan fuentes de esa organización sindical. Las mismas que añaden que, se les ha ofrecido que, “si no se pueden hacer cambios ya en 2024, por presupuestos o por las razones que sean, se pacten para los dos años más de vigencia del convenio”.
Para los accionistas sí hay, para los trabajadores no
“Remunerar a los accionistas y a los miembros de los consejos de administración les parece fenomenal -proclaman-, pero a los trabajadores no se les puede premiar por el esfuerzo que han hecho. Hemos estado ahí en la pandemia, que además fuimos servicio obligatorio, en otros convenios anteriores nos hemos ajustado el cinturón porque había una crisis y ahora, que están ganando dinero a espuertas, dicen que no hay para nosotros”. Las fuentes de UGT sondeadas relatan que “en la última mesa” de negociación, “el portavoz de la patronal dijo ‘queremos un convenio justo y equitativo para ambas partes y acorde a los beneficios del sector’. Dónde está eso en lo que están ofreciendo. Y ya ha pasado medio año y ahí seguimos”, concluyen.
Otras fuentes sindicales se quejan, además, de que algunos de los principales bancos “encima están aumentando de forma desproporcionada los objetivos” a cubrir por parte de las plantillas “incluso en la etapa en la que la mayoría disfruta de sus vacaciones” o “están obligando a determinados trabajadores a vender de todo a sus clientes”, censuran. “Con esta patronal es siempre la ley del embudo, para mí lo ancho y para ti lo agudo. Llueve sobre mojado desde hace demasiado tiempo”, ponen punto final de forma gráfica desde los sindicatos.
A la luz del informe Evolución salarial 2007-2023, realizado por la consultora ICSA Grupo en colaboración con la escuela de negocios Eada, mientras un empleado de Banca cobró el pasado ejercicio 28.816 euros, un mando intermedio habría recibido en torno a los 49.040, y los directivos 94.124 euros. Ello sin contar los sueldos "estratosféricos", desde la mirada sindical, de algunos integrantes de los consejos de administración.
La gran banca española batió récord de beneficios en 2023, ejercicio en el que ganó 26.088 millones de euros, la mayor cifra de su historia y 20 veces más de lo abonado por el impuesto que impulsó el Gobierno para el sector. Y la tendencia ha continuado en 2024: en el primer trimestre del año se ha embolsado 2.954 millones, lo que supone un 40,8% más, según un informe elaborado por la consultora Neovantas.