A pesar de tener su origen en Estados Unidos, la celebración del Black Friday en España ya se ha convertido en toda una tradición. Todos los años, a finales de noviembre, los escaparates de los comercios se engalanan para atraer, intentando ofrecer el mejor descuento, al mayor número posible de compradores. Una práctica que también se ha trasladado a Internet. Y que los españoles siguen año a año. De hecho, el Estudio de intención de Consumo realizado por IPG Mediabrands asegura que casi uno de cada dos españoles (el 47%) piensa comprar durante este Black Friday. Además, el 24% planea gastarse más de 200 euros. Y es que muchos optan por aprovechar esta fecha —que en muchos comercios se amplía a hasta una semana de descuentos— para realizar sus compras de Navidad a un precio más económico. Sin embargo, lo que muchas de esas personas desconocen es lo que se produce en la trastienda del Black Friday: empleo precario y, en ocasiones, explotación.
No es una novedad. De hecho, UGT ya lo advirtió en la edición del año pasado. Según denunció el sindicato, el Black Friday "oculta un pésimo modelo laboral y económico" Black Fridayporque presenta un "paradigma laboral robotizado". Y el máximo exponente de esto es Amazon que, según UGT, "devalúa el factor trabajo, entendiéndolo como un mero coste y no como un activo social o corporativo". "Esta forma de concebir el trabajo y los trabajadores se ejemplifica con su actitud de permanente conflicto con sus empleados, a causa de su desdén por el diálogo social, su tacañería salarial y el exceso de temporalidad", criticó la organización.
Un conflicto que se hizo explícito en el pasado Black Friday. Los trabajadores de la compañía protestaron con una huelga que, según los sindicatos, tuvo un seguimiento del 90% durante las primeras horas de la mañana. Cifras que, no obstante, fueron rechazadas por la empresa. Este año no habrá paro, pero sí protesta. CGT y CCOO han convocado a los más de 2.000 trabajadores del centro logístico de la empresa en San Fernando, en Madrid, a una concentración en protesta por la falta de respuesta de la empresa a sus reivindicaciones, entre las que se encuentra la vuelta a un convenio propio.
No obstante, y aunque Amazon sea el ejemplo paradigmático, lo cierto es que la calidad del empleo que se crea en estas fechas es, cuanto menos, mejorable. Y no es poco el que se crea. Basta con hacer una breve búsqueda en Internet para comprobar que, de cara a esta fecha tan señalada por los comercios —sobre todo por las grandes cadenas—, se multiplican las ofertas de puestos de trabajo. El problema son las condiciones de los mismos. Muchos de ellos, no obstante, se alargan hasta finalizar la campaña de Navidad, aunque eso no implica, ni mucho menos, que su calidad mejore.
Los dos grandes sindicatos, UGT y CCOO, lo denuncian. Lola Santillana, secretaria de Empleo y Cualificación profesional de CCOO, admite que, "a nivel empleo, el Black Friday supone una precariedad absoluta". Lo hace, explica, "porque los contratos que se hacen son de muy corta duración, muchos de ellos incluso por horas, y, por tanto, con una absoluta desprotección" de los empleados. Gonzalo Pino, secretario de Política Confederal de UGT, coincide con ella. "Todos los empleos que se crean de cara al Black Friday son precarios y temporales, no hay ni un sólo contrato indefinido", denuncia. "Aprovechan esa semana y se produce una súper contratación que venden como una creación de empleo excepcional, pero la realidad es que hacen contratación de un tipo de empleo que es totalmente coyuntural", añade.
USO, por su parte, también lo ha denunciado. A través de un comunicado, la secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral del sindicato, Sara García, ha denunciado que este día conlleva "unas prácticas empresariales y comerciales que lo único que generan es inestabilidad, altas tasas de rotación con contratos de horas o días y que sólo sirven para maquillar la tasa de paro, pero que esconde un aumento de la pobreza y un uso torticero de la legislación laboral española". Tal y como informa la organización, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe), si se compara el número total de contratos eventuales por circunstancias de la producción firmados en el mes de noviembre entre 2013 y 2018, se observa que ese tipo de contratación experimentó un crecimiento de un 67,79%.
Una contratación de grandes empresas que afecta, sobre todo, a las mujeres
Tanto Santillana como Pino coinciden también en que este tipo de contrataciones las realizan las grandes empresas que, de hecho, son las que más se aprovechan de esta temporada, lastrando al pequeño comercio. El Black Friday, señala Pino, "favorece a las grandes cadenas, que se comen a los pequeños comerciantes, para los que es imposible competir". "Los responsables de esas contrataciones son las grandes empresas", añade Santillana, que advierte también de que muchas veces los trabajadores ni siquiera firman un contrato.
¿Y quiénes son estos trabajadores? En su mayoría mujeres, asegura Pino. Y, sobre todo, jóvenes. Coincide, por tanto, con el perfil de empleado que suele sufrir una mayor precariedad.
Pero más allá de las complicaciones que la precaridad supone a la hora de poder alcanzar un nivel y unas condiciones de vida dignas, a los sindicatos también les preocupan las consecuencias que este tipo de empleo tiene sobre la salud de los trabajadores. Más que nada, dice Pino, porque las personas que acceden a este tipo de empleos suelen soportar las horas que decida su empleador, lo que "va en contra de su salud". "La precariedad y la temporalidad afecta a la salud de los trabajadores", insiste. Y es algo constatado. Según las organizaciones en defensa de los trabajadores, la reforma laboral aprobada por el PP en el año 2012 aumentó la precariedad. Y desde entonces los accidentes laborales no han dejado de aumentar.
CCOO publicó un informe de cara al Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra el día 28 de abril. Los resultados son muy claros. Si en 2012 el número de accidentes laborales registrados con baja sumaba 471.223, en 2018 la cifra ascendió a 602.316, un aumento del 27,8%. Más específicamente, el crecimiento es igualmente rotundo en cuanto a los accidentes en jornada: de 408.537 en 2012 a 520.037 en 2018, un 27,29% más. Respecto a los accidentes graves y los mortales, los primeros pasaron de 3.738 en 2012 a 4.939 en 2018 (un 32,1% más) y los segundos ascendieron de 452 en 2012 a 652 en 2018 (44,2% más).
Por eso, desde USO hicieron un llamamiento a las personas que consigan firmar un contrato en estos días. Lo que quieren, dicen, es "que se informen de sus derechos, que vigilen que se cumplen sus horarios, que se respetan las horas de descanso" y que las condiciones de trabajo y seguridad son las adecuadas. "Aunque esos días los productos estén de rebajas, los derechos laborales y de seguridad y salud nunca deben estarlo", sentencia el sindicato.
Ver másMás compras 'online' y menos contrataciones: el 'Black Friday' del covid mantiene el "frenesí consumista" y la precariedad laboral
Los defensores de los consumidores también alertan
No obstante, los trabajadores no son los únicos en peligro de sufrir un fraude con motivo de la celebración del Black Friday. Las organizaciones en defensa de los consumidores también alertan de que las ofertas podrían no existir. La Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España (Adicae) denuncia que los consumidores sufren "una campaña de incitación al consumismo". Por eso, la organización ha convocado performances como método de protesta en 30 ciudades españolas. Con esta acción pretenden, dicen, "concienciar al consumidor".
"Adicae denunciará un consumo exacerbado que solo beneficia a las grandes empresas en detrimento de los pequeños comercios", señala la organización que, además, recuerda que hay que "planificar bien las compras y adquirir aquello que realmente se necesite y no caer en la compra compulsiva". Un tipo de consumo probablemente incitado por el "bombardeo publicitario y las estrategias empresariales que provocan la confusión del consumidor". "Es importante tener en cuenta que los establecimientos, al ser una promoción puntual, no están obligados a poner el precio anterior del producto como sí lo tienen que hacer en los periodos de rebajas", advierte Adicae.
A pesar de tener su origen en Estados Unidos, la celebración del Black Friday en España ya se ha convertido en toda una tradición. Todos los años, a finales de noviembre, los escaparates de los comercios se engalanan para atraer, intentando ofrecer el mejor descuento, al mayor número posible de compradores. Una práctica que también se ha trasladado a Internet. Y que los españoles siguen año a año. De hecho, el Estudio de intención de Consumo realizado por IPG Mediabrands asegura que casi uno de cada dos españoles (el 47%) piensa comprar durante este Black Friday. Además, el 24% planea gastarse más de 200 euros. Y es que muchos optan por aprovechar esta fecha —que en muchos comercios se amplía a hasta una semana de descuentos— para realizar sus compras de Navidad a un precio más económico. Sin embargo, lo que muchas de esas personas desconocen es lo que se produce en la trastienda del Black Friday: empleo precario y, en ocasiones, explotación.