Entre Riad y Leganés hay, aproximadamente, 4.960 kilómetros en línea recta. En estas dos ciudades se ha disputado, en el inicio de 2024, la Supercopa masculina y femenina de fútbol organizada por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
La Supercopa de España es, desde 2020, el torneo más tempranero del año. Desde que Luis Rubiales, presidente en aquel momento de la RFEF, tuvo el antojo de reformar este tradicional campeonato, la Supercopa masculina se movió de agosto a enero y de España a Arabia Saudí. La femenina, en cambio, solo modificó sus fechas.
Con un contrato de 40 millones anuales, Rubiales y Sela, una empresa saudí encargada de organizar eventos deportivos, sellaron un pacto que llegará, como mínimo, hasta el año 2029. Diez temporadas en las que los aficionados no podrán ver a sus equipos disputar uno de los tres títulos españoles anuales.
En 2022, la Fiscalía Anticorrupción abrió diligencias de investigación por las presuntas irregularidades que habría cometido con el contrato para que la Supercopa de España se disputase en territorio saudí.
La "mala gestión” de la RFEF
Con mucho menos apoyo por parte de las instituciones se sitúa la Supercopa femenina. Este torneo, envuelto en constantes polémicas relacionadas con la falta de organización por parte de la RFEF, va rotando su sede oficial entre diferentes municipios de la geografía española como Las Rozas, Mérida y Leganés, últimas tres sedes.
En la final de la Supercopa 2023, las jugadoras del FC Barcelona, ganadoras de la Champions League, tuvieron que recoger las medallas de campeonas de una mesa sin que nadie les organizara una celebración. El vídeo de este momento dio la vuelta al mundo a través de las redes sociales y muchas asociaciones de jugadoras, como el sindicato Futpro, rechazaron las formas de la Federación.
Lucía Jiménez, periodista de Era Fútbol Femenino, uno de los medios especializados más seguidos sobre el fútbol femenino, detalla a infoLibre que "la dejadez es el principal problema de la Federación y el fútbol femenino es una parte de su trabajo a la que parece que no prestan la atención necesaria".
Según destaca Cristina Tubilla, fotógrafa y redactora del Diario La Escuadra, en reiteradas ocasiones, “la Federación hace las cosas demasiado rápido y mal. Hacen una mala gestión a la hora de anunciar las cosas y se le echa el tiempo encima”.
Estadios vacíos y una duda que se repite
La última edición del torneo, que finalizó el pasado sábado con una contundente victoria en la final del FC Barcelona por 7 a 0 frente al Levante UD, no quedó exenta de polémica. En la primera semifinal, entre Levante UD y Atlético de Madrid, las gradas de Butarque, campo del CD Leganés y sede de esta Supercopa, estaban prácticamente vacías. Apenas se vendieron más de 1.000 entradas, con un aforo total que supera las 12.000, lo que proporciona argumentos para aquellos que quieren sembrar la duda sobre la relevancia del fútbol femenino.
Jiménez cree que desde la Federación "hacen las cosas tarde y en el último momento. Nos enteramos de las fechas exactas de las semifinales una semana antes de las mismas". Además, añade que "la elección de los estadios es mala y se llevan las finales a lugares lejanos y pequeños por el miedo a no llenarlos".
“La Federación avisa con menos de un mes de antelación las fechas exactas y la ubicación de la Supercopa femenina y esto provoca que el aficionado no se pueda organizar”, destaca Cristina. Para ella, la clave para que el torneo tenga más público es la implicación de la propia Federación. “La RFEF puede ser más ambiciosa, pero tiene que saber gestionarlo bien, darle la publicidad necesaria y saber a qué se enfrentan”.
Tubilla aclara que la Federación aún está a tiempo de revertir la situación ya que “cuando lo han hecho bien, ha habido resultados”. La fotógrafa destaca el ejemplo de la Copa de la Reina del 2023, también disputada en el campo del Leganés, que se organizó con mucha más antelación y dio buenos datos de aforo. “En la final de aquella copa hubo lleno y hubo mucha más expectación que en la actual Supercopa”. A su vez, aclara que no todo fue perfecto en este campeonato: “a nivel institucional la organización por parte de la Federación no está bien. En la Copa de la Reina, la reina no fue. No había representación”.
Otra gran diferencia entre la Supercopa masculina y femenina es la cantidad de dinero que ha ingresado el ganador. Según el diario digital Relevo, el equipo comandado por Alexia Putellas y Aitana Bonmatí ha recibido 25.000 euros, unos 1.000 euros por jugadora aproximadamente, mientras que el Real Madrid masculino, ganador de la Supercopa en Arabia, se ha embolsado alrededor de 5 millones de euros. Por lo tanto, el conjunto masculino ha percibido 200 veces el premio del femenino.
El cambio en la selección y el futuro de la RFEF
Si hay algo que trastocó el presente del fútbol femenino en España -más allá del beso sin consentimiento de Rubiales a Jennifer Hermoso que desató una ola de solidaridad feminista- fue el gol de Olga Carmona en la final del Mundial en Sídney (Australia) el pasado agosto frente a Inglaterra. Aquel disparo de la jugadora del Real Madrid y la posterior consecución del título internacional cambió la visión de la sociedad respecto a este deporte.
“Con la selección española, tras ganar el mundial, el público ha ido en aumento”, destaca Cristina que además recuerda que, en diciembre, “la selección jugó en La Rosaleda, el campo del Málaga, y se vendieron más de 20.000 entradas”.
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En menos de dos meses, se conocerá el nuevo presidente de la RFEF. Pedro Rocha, sustituto de Luis Rubiales tras su dimisión, tiene todas las papeletas para ser elegido. Las intenciones con el fútbol masculino son conocidas, continuar con las políticas de Rubiales. En cambio, sus decisiones en base al femenino son rompedoras respecto al anterior presidente.
Según la redactora y fotógrafa, “Pedro Rocha ha empezado a hacer algunos movimientos a favor del fútbol femenino” como la destitución de Jorge Vilda, exentrenador de la selección femenina. Aun así, tiene la sensación “de que no va a cambiar mucho”.
"Con los éxitos del mundial, se han subido al carro, pero parece difícil pensar que la persona que llegue a la presidencia cumplirá algunas promesas necesarias para el fútbol femenino", finaliza Lucía añadiendo que el hito de la Copa del Mundo "es una oportunidad perdida para todos los seguidores del fútbol femenino" en cuanto a la posible mejora de las condiciones ya que, a corto plazo, no hay una solución viable porque "el problema ya viene de atrás, es un problema social: el machismo que hay en la sociedad".
Entre Riad y Leganés hay, aproximadamente, 4.960 kilómetros en línea recta. En estas dos ciudades se ha disputado, en el inicio de 2024, la Supercopa masculina y femenina de fútbol organizada por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).