Como suele ocurrir, fue un crimen lo que prendió la mecha. La tragedia tenía un nombre: Mahsa Amini. La muerte a golpes en Irán de la joven kurda a manos de la llamada policía de la moral, por no portar el velo como dictan las autoridades, sembró la indignación no solo en el país, sino en todo el globo. Esta semana, la rabia entra en las fronteras españolas: el martes se celebraron protestas en la Plaza Sant Jaume de Barcelona y ante el Congreso en Madrid. Este miércoles, las mujeres volverán a concentrarse frente a la Embajada de Irán en Madrid.
En la cita organizada en la capital catalana, brilló con luz propia el nombre de Malalai Joya. La activista consiguió entrar hace casi dos décadas en la Asamblea Nacional de Afganistán, donde tuvo la valentía de señalar a los criminales de guerra que ocupaban sus escaños y de poner nombre a los peligros que acechan a las mujeres que habitan un mundo atravesado por el fundamentalismo religioso. La activista abraza ahora las movilizaciones lideradas por las mujeres iraníes, quienes velo en mano arriesgan su vida para defender su dignidad. “Gracias por darme la oportunidad de participar en esta protesta de hoy en nombre del sufrido pueblo de Afganistán, en particular de las mujeres de mi país, para mostrar nuestra solidaridad con las valientes luchadoras por la libertad de Irán, en contra del verdugo y asesino régimen de la República Islámica”, ha introducido Joya en la Plaza Sant Jaume, ante la mirada atenta de cerca de 250 personas.
“En el combate contra los fanáticos religiosos durante más de cuatro décadas, hemos tenido un enemigo común llamado fundamentalismo religioso, igual que compartimos incontables víctimas y desolación”, ha dicho la exdiputada afgana. “Nos alegra que en Afganistán mujeres y hombres valientes y con conciencia tomaran las calles bajo la consigna ¡Pan, trabajo y libertad! y que hombres y mujeres con conciencia y valientes hagan lo mismo bajo la consigna ¡Mujer, vida, libertad!, en rebeliones encabezadas por mujeres. Nos inspiran y son una fuerte patada en la cara de los gobiernos fundamentalistas, misóginos y patriarcales, que siempre intentan limitar al máximo el papel de las mujeres y mantenernos en el cautiverio”, ha clamado.
El discurso de la activista ha estado marcado por una contundente crítica al papel estadounidense en Oriente Medio y Oriente Próximo. “No nos olvidemos de que el frente de resistencia de los fundamentalistas islámicos no representa a nuestros pueblos indefensos, porque ese frente es la otra cara de los talibán, el mismo pensamiento de los talibán con el maquillaje de la democracia estadounidense”, ha recordado este martes. “Para salvaguardarnos de los criminales fundamentalistas islámicos, no tenemos otra opción que la unidad y la lucha”, ha concluido.
En Madrid, la concentración frente a las escalinatas del Congreso ha sido organizada por la Asociación Iraní Pro Derechos Humanos y apoyada por colectivos como Amnistía Internacional. Los manifestantes han depositado fotografías en el suelo de hombres y mujeres reprimidas por el régimen iraní desde el estallido de las protestas.
“Esclarecer las circunstancias de su muerte”
Ver másLa muerte a golpes de una joven a manos de la ‘policía de la moral’ por llevar mal el velo convulsiona Irán
La arbitrariedad, la sensación de injusticia y el ensañamiento de las fuerzas del orden gestaron un grito unánime de condena en un país donde la protesta tiene altos costes. Las mujeres han coincidido en señalar al velo como herramienta de opresión y han sido muchas las que han dado el paso de deshacerse de él e incluso arrojarlo a las llamas del fuego. Cortarse el pelo ha sido también uno de los gestos simbólicos de mayor peso de las protestas. Pero el peligro no cesa: las manifestaciones que han colmado el país se han saldado con miles de detenidos y casi medio centenar de muertes. La primera periodista en dar la noticia del asesinato de la joven kurda, fue detenida este fin de semana.
Con la mirada puesta en Irán, la indignación corre como la pólvora. Diversas organizaciones feministas y del mundo de la cultura protestarán este miércoles a las 12 horas frente a la Embajada iraní en Madrid. Las instituciones no son ajenas al clamor: el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, pidió este lunes a las autoridades iraníes que respeten "el derecho de manifestación" de la población y rechazó "el uso desproporcionado de la fuerza" contra quienes se manifiestan. "Lo que queremos es que se esclarezcan las circunstancias de la muerte" de Amini y una vez esto ocurra los responsables de la misma respondan por sus actos, recalcó. La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha pedido una “investigación efectiva”, tal como exigen las Naciones Unidas. “Todas las mujeres que participan de las protestas en Irán deben saber que cuentan con nuestro respaldo ante las violaciones de derechos humanos. El feminismo está al frente en las luchas por la democracia”.
Países como Canadá y EEUU, pero también instituciones como la Unión Europea, ya han anunciado sanciones contra Irán. En Grecia, la Embajada iraní fue atacada con cócteles molotov y en Londres las protestas terminaron con un enfrentamiento entre manifestantes y policía. Lisboa, Milán y París también se han volcado en el apoyo a las mujeres iraníes.
Como suele ocurrir, fue un crimen lo que prendió la mecha. La tragedia tenía un nombre: Mahsa Amini. La muerte a golpes en Irán de la joven kurda a manos de la llamada policía de la moral, por no portar el velo como dictan las autoridades, sembró la indignación no solo en el país, sino en todo el globo. Esta semana, la rabia entra en las fronteras españolas: el martes se celebraron protestas en la Plaza Sant Jaume de Barcelona y ante el Congreso en Madrid. Este miércoles, las mujeres volverán a concentrarse frente a la Embajada de Irán en Madrid.