Oriente Próximo
Arabia Saudí pide tiempo para estudiar la petición rusa de alto el fuego en Yemen
El representante permanente de Arabia Saudí ante Naciones Unidas, Abdulá al Moalami, solicitó este domingo tiempo para estudiar la petición de alto el fuego en Yemen que presentó Rusia ante el Consejo de Seguridad y decidir cómo influye en la operación internacional que lidera Riad contra los rebeldes huthi.
Al Moalami se hizo eco así de la preocupación en Arabia Saudí sobre el papel de Rusia en el conflicto, al ser Moscú aliada de Irán, de quién se sospecha que está prestando apoyo a los rebeldes chiíes yemeníes.
En este sentido, la propuesta de Rusia no hace demandas a los huthi para que abandonen las hostilidades o permitan el regreso al poder del actual presidente, Abd Rabbu Mansur Hadi, actualmente exiliado precisamente en Riad.
"Siempre hemos proporcionado las facilidades necesarias para que llegue la asistencia humanitaria y hemos cooperado en todo momento con todas las peticiones para la evacuación de civiles", hizo saber en declaraciones recogidas por Gulf News.
Por contra, Cruz Roja Internacional denunció ayer que no tiene constancia de estos permisos. De hecho, más de 40 toneladas de ayuda y un equipo médico permanecen a la espera de entrar en Yemen, pendientes de recibir el beneplácito de los saudíes.
Diálogo coordinado por un actor "no agresivo"
Los rebeldes huthis, por su parte, se muestran partidarios de una negociación con Arabia Saudí siempre y cuando cesen los bombardeos de la coalición internacional liderada por Riad y el diálogo sea coordinado por un actor "no agresivo".
El portavoz, Salé al Sammad, explicó en un correo electrónico remitido a Reuters que en cualquier caso los yemeníes rechazan la imposición de un presidente impuesto por los saudíes, en referencia a Abd Rabbu Mansur Hadi, para quien el propio Al Sammad trabajaba como asesor. Hadi huyó del país tras la ofensiva de los huthis sobre Adén, último reducto de las tropas leales al Gobierno.
"Mantenemos nuestra postura sobre el diálogo y exigimos que prosiga a pesar de todo lo que ha ocurrido, sobre la base del respeto y el reconocimiento mutuo", afirmó Al Sammad.
"No tenemos más condición que que se detenga la agresión y que nos sentemos a dialogar durante un periodo de tiempo concreto (...) y que el diálogo pueda estar supervisado por un actor internacional o regional que no tenga una postura agresiva con el pueblo yemení", añadió. © 2015 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los contenidos de esta web sin su previo y expreso consentimiento.
Al Sammad manifestó además el deseo de los huthis de que las conversaciones se retransmitan al pueblo yemení "para que puedan saber quién está obstruyendo" el diálogo. Por el momento las conversaciones de paz patrocinadas por la ONU se encuentran suspendidas.
En cuanto a las ambiciones de los huthis, Al Sammad desmintió que quieran controlar el sur de Yemen, con un extendido sentimiento separatista, sino que su objetivo es combatir a Al Qaeda. El este del país se encuentra bajo control de grupos islamistas afines a Al Qaeda en la Península Arábiga. "Los hijos del Sur gobernarán sus propios asuntos y tendrán un mayor protagonismo en la nueva escena política", aseguró.
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El grupo terrorista se vio obligado a retroceder este domingo después de que fuerzas tribales les arrebatasen el puerto de Mukalla, en el este del país, según confirmaron fuentes oficiales recogidas por Europa Press. Los combatientes de las tribus yemeníes decidieron entrar en la ciudad para restaurar el orden después de que Al Qaeda irrumpiera en la cárcel local para liberar por la fuerza a más de 200 presos, entre ellos uno de sus líderes y asaltar varios bancos.
En cuanto a la participación de Irán en el conflicto yemení, el portavoz huthi aprovechó el correo para desmentir las informaciones. "Incluso si hubiera un apoyo iraní, tal como dicen, no es excusa para esta agresión flagrante", argumentó.
El 25 de marzo la coalición liderada por Arabia Saudí comenzó a bombardear a las milicias huthis y a sus aliados, las fuerzas leales al expresidente Alí Abdulá Salé, con la intención de que Hadi pueda regresar a Yemen y mantenerse en el poder. Según el balance de la ONU, más de 500 personas han muerto y 1.700 han resultado heridas debido a la violencia en las dos últimas semanas.