El príncipe de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, autorizó la creación de un comando secreto cuya misión era silenciar opositores al régimen, y que actuaba al rededor del mundo vigilando, secuestrando y torturando disidentes. Este grupo, según publica este lunes el diario The New York Times, empezó a operar más de un año antes de la retención y el asesinato del periodista Jamal Jashogi en la embajada saudí de Estambul.
Tal y como se desprende de la lectura de informes clasificados por parte de funcionarios de la Inteligencia estadounidense, algunas de las misiones clandestinas fueron llevadas a cabo por los mismos miembros que asesinaron a Jashogi, lo que lleva a creer que el comando es relativamente reducido y que sus métodos se aplican de manera similar en todos los casos.
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El grupo especial, al que EEUU llama "Grupo Saudí de Intervención Rápida" pudo haber realizado al menos una docena de operaciones de esta índole desde 2017. En algunos casos, aseguran, la intervención del comando se reducía a repatriar por la fuerza a saudíes que vivían en otros países, pero en muchos otros se habrían producido torturas.
El príncipe de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, autorizó la creación de un comando secreto cuya misión era silenciar opositores al régimen, y que actuaba al rededor del mundo vigilando, secuestrando y torturando disidentes. Este grupo, según publica este lunes el diario The New York Times, empezó a operar más de un año antes de la retención y el asesinato del periodista Jamal Jashogi en la embajada saudí de Estambul.