“En Egipto mostrar tu opinión es un crimen”

En Egipto informar pasa factura. Maikel Nabil Sanad, bloguero y activista egipcio, lo sabe. Apadrinado por Reporteros Sin Fronteras, asistió este jueves a la presentación en Madrid del Informe Anual 2013 de la Libertad de Prensa. Sus críticas contra el Ejército le llevaron entre rejas. Tras ser acusado de "insultar al Ejército", "publicar informaciones falsas" y "alterar el orden público", se convirtió en el primer preso en el país por expresar su opinión después de la caída del régimen de Mubarak en 2011. 

Trabajar como periodista en la región no es fácil. "La primera dificultad es saber qué información es real –explica Nabil en declaraciones a infoLibre–; hay mucha propaganda moderada por el Estado y, en algunas ocasiones, controlada por los partidos políticos en Egipto". En este entramado de rumores e intereses "la mejor manera de obtener datos verídicos es recurrir a fuentes civiles e independientes, y esto es muy peligroso", explica. 

A la dificultad de saber qué es real y qué es ficticio, se suma la censura que ejerce el Gobierno sobre cualquier información que concierna al Ejército. Hablar de los reclutamientos militares, de los servicios de inteligencia nacionales, publicar los nombre de oficiales, escribir negativamente sobre la industria o la economía del país es un crimen en Egipto. Nabil lo sabe de primera mano. "Cuando escribí mi artículo en 2011 sobre un tema que concernía directamente a los militares era consciente de que podía ser encarcelado e hice mi elección: la gente tenía que conocer lo que estaba sucediendo", explica. Condenado a tres años de cárcel y detenido en cinco ocasiones por mostrar públicamente su opinión, el bloguero ejemplifica la falta de libertad de expresión e información que se vive el país árabe. 

"En Egipto mostrar tu opinión es un crimen. Es un problema legal que no cambió con la llegada de los Hermanos Musulmanes, es la misma ley que existía con Mubarak e incluso en tiempos de la monarquía", describe el activista. Si bien la ley no ha cambiado, sí lo han hecho las formas de aplicarla: "Con el nuevo régimen se creó una nueva Constitución que parecía buena, sin embargo, es tan horrible como las leyes que la precedían: criticar al presidente, al Parlamento, a gobernantes extranjeros como Bashar al-Assad o Ahmadineyad es ahora considerado un crímen por el que los periodistas son encarcelados". 

Los medios digitales se han convertido en la única alternativa a la propaganda que plaga las páginas de la prensa tradicional. Por experiencia, Nabil sabe que Internet es la vía más notable para huir de la censura. Mientras, los periódicos, radios y televisiones, cada vez más institucionalizados, ven ligado su futuro a los intereses del Ejército, que sustenta la máxima autoridad tras el golpe de Estado que derrocó al Gobierno de Morsi. "Algunos periódicos están tratando de ser más independientes, más sinceros, y cubrir los acontecimientos con fidelidad –explica el activista–, pero hay elementos contra los que no pueden luchar: un estado dictatorial". 

Las declaraciones de Nabil se sustentan con hechos muy cercanos en el tiempo: "La mañana de este jueves un diario egipcio tuvo que paralizar su impresión por publicar un reportaje sobre el ministro de Defensa". Y es que, en muchas ocasiones, los miembros del Servicio de Inteligencia egipcio retiran artículos, los modifican, o paran la impresión de un periódico. "Los medios –señala– tienen que retirar informaciones porque es la única manera de que estos sobrevivan y sus trabajadores puedan conservar su trabajo que, también, es su vida". 

La censura, la propaganda, la deformación de la realidad, los rumores, todo ello pone en peligro la calidad de la información y la legitimidad de sus profesionales. Los conflictos que se suceden en los países árabes se caracterizan por el exceso de información "diferente y contradictoria".  "Saber qué información es real y cuál no conlleva un gran esfuerzo –subraya el bloguero–, sólo con un conocimiento previo de lo que sucede en el país, estas capacitado para intuir y saber qué es cierto". Pero, a pesar del trabajo y el esfuerzo de los periodistas, hay muchas lagunas en la información.

Como señala el Informe Anual de la Libertad de Prensa en el Mundo de 2013 de Reporteros Sin Fronteras (RSF), el periodismo no vive su mejor momento. Los 75 periodistas asesinados y casi 200 encarcelados durante el último año dan pistas sobre la magnitud del problema que viven los profesionales de la información. Cifras que toman forma y color gracias a las voces como la de Nabil Sanad, quien gracias al apoyo de RSF pudo escapar de Egipto y continuar batallando por un país más libre y más democrático, a pesar de hacerlo lejos de sus raíces. 

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