Francia
Emmanuel Macron se compromete a "reconciliar a los franceses"
François Hollande abandonó este domingo el Palacio del Elíseo simbolizando así el final de su etapa como presidente de Francia, marcada por su escasa popularidad y la amenaza terrorista, para dar paso a su sucesor, Emmanuel Macron, que se impuso el pasado hace una semana a la ultraderechista Marine Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales, informa Europa Press.
El ya ex presidente recibió sobre las 10.00 (hora local) al líder de En Marche! en la escalinata del Elíseo para mantener una reunión de unos 30 minutos en la que, entre otras cosas, le hizo entrega de los códigos nucleares de Francia, uno de los pocos países con arsenal atómico autorizado.
Hollande salió por la entrada principal junto a Macron y caminó por una alfombra roja, en medio de una gran ovación de los apostados en la explanada del Elíseo, que su sucesor acompañó con aplausos, hasta llegar al coche que le sacó del que ha sido su hogar durante los últimos cinco años y le trasladó a la sede del Partido Socialista (PS), donde fue recibido con una pancarta con su imagen en la que podía leerse "Gracias". Desde allí, siguió la ceremonia de investidura.
El nuevo presidente
Emmanuel Macron, un ex banquero de 39 años, se ha convertido así en el presidente más joven de la historia de Francia. Elque en su momento fuera ministro de Economía de Hollande fue proclamado vigésimo quinto presidente de la República de Francia en una solemne ceremonia celebrada en el Salón de Festejos del Palacio del Elíseo por boca del presidente del Consejo Constitucional, Laurent Fabius, que confirmó los resultados electorales.
"Este día, domingo 14 de mayo, y en este preciso momento, toma posesión de sus funciones. Nuestras felicitaciones más sinceras", anunció Fabius que, citando al vizconde de Chateaubriand, le aconsejó: "Para ser un hombre su país debe ser un hombre de su tiempo".
A continuación, el nuevo presidente galo recibió los atributos propios del cargo: la Gran Cruz y el Gran Collar de Gran Maestro de la Orden Nacional de la Legión de Honor, que le entregó el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Benoit Puga.
Macron, en un discurso de investidura de unos diez minutos, se mostró consciente de "la gravedad del cargo" y prometió servir con "honor", en base al "espíritu de esperanza y de concordia" con el que, según dijo, fue elegido.
Recuperando el mensaje central de su campaña, señaló como prioridad la "renovación democrática" de Francia, garantizando que "los ciudadanos tengan voz y sean escuchados" y que "todas las élites" asuman su "responsabilidad" en esta tarea. "Debemos recuperar el sentido profundo, la dignidad de lo que nos une: servir de forma justa y eficaz a nuestro pueblo", instó.
Macron se impuso como primera tarea "reconciliar a los franceses", tras un debate político excesivamente bronco que socavó la ya maltrecha imagen de la clase política gala y que debilitó especialmente a los partidos tradicionales. "El pueblo francés siempre ha mostrado su espíritu de concordia", recordó.
Además, se propuso "amplificar todo aquello que haga de Francia un país donde poder vivir sin tener miedo" para devolver a los franceses la "confianza" en su país y en sus instituciones. "Será un trabajo lento y exigente, pero es indispensable", sostuvo.
En el plano internacional, se propuso convertir a Francia en "ejemplo del mundo" porque aún "sigue siendo una potencia". "El mundo y Europa, hoy, más que nunca, necesitan a Francia, y necesitan a una Francia fuerte que sepa inventar el futuro. El mundo y Europa necesitan que los franceses demuestren lo que todos juntos hemos aprendido: la valentía de la libertad", afirmó.
Macron pretende "corregir los excesos del mundo" recuperando las banderas de "la libertad y los derechos del hombre" para "construir una paz verdadera" y, en clave regional, lograr "una Europa más democrática, más política", para que sirva de "instrumento de nuestra soberanía". "La Europa que necesitamos debe se refundada, relanzada, para que pueda protegernos", aseveró.
El nuevo presidente, que rindió un breve homenaje a sus antecesores, prometió "estar a la altura" de los "desafíos" del momento, tanto dentro como fuera de las fronteras francesas, y no ceder ante "lo fácil". "Viva Francia", concluyó.
Últimas palabras de Hollande
Ya en la sede del PS, Hollande pronunció el que fue su discurso de despedida, en el que defendió su legado de los últimos cinco años, asegurando que deja al país en "un estado mucho mejor" de cómo se lo encontró cuando llegó al Palacio del Elíseo.
"He querido venir aquí para reencontrarme con los recuerdos y con las caras", dijo a los militantes congregados. "Estoy vinculado a vosotros, como vosotros estáis vinculados a mí, por nuestra historia común. Sin vosotros, no habría tenido nunca la oportunidad de gobernar Francia", apuntó.
Hollande hizo un breve repaso de sus cinco años de Gobierno que, según recalcó, han estado marcados por "hechos terribles que han llenado al país de estupor", en alusión a la cadena de ataques terroristas que ha sufrido Francia en los últimos años, el más reciente unos días antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
Se mostró "satisfecho" porque, a pesar de ello, ha dejado Francia "en un estado mucho mejor" de cómo se la encontró en 2012, a la salida de Nicolás Sarkozy de la Presidencia de la República y con el país y toda Europa sumidos en una grave crisis económica.
Hollande destacó que ha conseguido reconducir la situación económica –"he hecho todo lo que he podido para que Grecia siguiera en la UE"–, ha propiciado "avances sociales" como el matrimonio homosexual y ha impulsado el "histórico" Acuerdo de París sobre cambio climático.
Por eso, no ha dudado de que "el nombre del socialismo durará y perdurará" para las "generaciones futuras", a pesar de la crisis en la que está sumido por el batacazo electoral. "Debemos ser ejemplares en la acción y permanecer unidos en el movimiento", pidió a los líderes y militantes del PS, al que algunos dirigentes han dado ya por "muerto".
Además, hizo un llamamiento a los socialistas para que acompañen al nuevo presidente con "espíritu de triunfo", porque "gobernar Francia es una gran responsabilidad", ya que es visto en todo el mundo "como el país de la libertad y del progreso". "Ahora se abre una nueva página de nuestra historia", proclamó.
Hollande no ha desvelado de forma clara cuál será su futuro o si la retirada de la política es definitiva. "¿Cómo puedo ser útil a mi país? Es esta cuestión la que voy a responder ahora, reflexionando, trabajando, produciendo e interviniendo cuando me parezca útil", declaró en su último acto.
Primer acto oficial
Tras tomar posesión del cargo, Macron protagonizó su primer acto oficial como presidente. Lo hizo con un recorrido ceremonial por los Campos Elíseos para llegar al Arco del Triunfo y visitar la Tumba del Soldado Desconocido, donde depositó una corona de flores.
Una vez concluida la ceremonia de investidura, que se prolongó durante una hora, emprendió la subida por los Campos Elíseos en un camión militar de ACMAT, la filial de Renault para vehículos militares, aunque el acto se retrasó un poco debido a la lluvia que caía sobre París.
Macron completó el recorrido con un gesto relajado, sonriente, abandonando de una vez por todas el semblante serio que ha mantenido desde el pasado 7 de mayo, cuando ganó las elecciones presidenciales. El nuevo jefe de Estado, saludó a las cientos de personas que se agolparon a ambos lados de la ruta.
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El hecho de que haya escogido un vehículo militar para presentarse a los franceses como 25º jefe de Estado fue interpretado como un guiño personal de Macron al poderío bélico de Francia, ya que normalmente se suele hacer en un descapotable civil y el ACMAT se reserva para el 14 de julio.
Ya en el Arco del Triunfo, volvió a pasar revista a las tropas y a escuchar la Marsellesa antes de dejar una corona de flores en la Tumba del Soldado Desconocido. "Siempre estaré a vuestro lado en el servicio a Francia y a nuestro pueblo", escribió en el libro de firmas.
Se espera que Macron, que ya ha designado a su equipo para el Elíseo, nombre al primer ministro y al Gobierno el lunes, si bien la continuidad del Ejecutivo está condicionada a la decisión que tome el Parlamento surgido de las elecciones legislativas del próximo junio, que podrían dar lugar a una nueva cohabitación.