Abuso policial
El forense que realizó la autopsia a George Floyd reafirma que su muerte fue un homicidio
El médico forense que realizó la autopsia de George Floyd, Andrew Baker, ha vuelto a confirmar este viernes que clasifica la muerte del afroamericano "como un homicidio". Las declaraciones del experto han sido lo más destacado del décimo día del juicio contra Chauvin por la muerte de Floyd, que se celebra en el juzgado del condado de Hennepin, en Mineápolis, donde tuvieron lugar los hechos.
El argumento principal de la defensa es que el deceso se produjo a causa del fentanilo y la metanfetamina que se halló en el cuerpo de Floyd, así como por su enfermedad cardiaca, pero el experto ha indicado este viernes que, aunque estas fueron factores que contribuyeron a su muerte, no pueden considerarse la causa directa, según informa CNN y recoge Europa Press.
Junto a Baker, también ha testificado este viernes la patóloga forense, Lindsey Thomas, quien ha estado de acuerdo con el médico forense y ha declarado que "la causa principal de la muerte fue asfixia o falta de oxígeno".
También, esta testigo ha considerado decir que "no hay otra evidencia que sugiera que hubiera podido morir esa noche, a excepción de las interacciones con los agentes policiales", las cuales ha indicado que fueron "la sujeción y compresión del cuello". Este viernes ha sido el final de una semana de testimonios de expertos médicos y policiales que testificaron que Chauvin usó fuerza excesiva contra Floyd.
El asesinato de otro hombre negro por la policía de EEUU desata una nueva ola de protestas en Mineápolis
Ver más
Floyd, ciudadano de raza negra de 46 años, murió el 25 de mayo de 2020 tras quejarse de que no podía respirar por tener la rodilla de Chauvin en su cuello, una secuencia que fue grabada en vídeo. La respuesta policial se originó porque Floyd realizó un pago con un billete falso de 20 dólares.
Chauvin fue expulsado del Cuerpo de Policía poco después y puesto en libertad bajo fianza una vez imputado por asesinato y malos tratos. Otros tres agentes se enfrentan a cargos de complicidad a la hora de cometer el supuesto crimen. Todos ellos serán juzgados en agosto. El suceso desató en 2020 una ola de protestas contra la violencia policial y el racismo en todo Estados Unidos.