Un nuevo balance efectuado por un grupo de investigación ha elevado a 91.600 el total de fallecidos en la guerra de Yemen al incluir las cifras de los primeros meses de la intervención, en marzo de 2015, de la coalición liderada por Arabia Saudí, a la que responsabiliza de las muertes de más de 8.000 de los 11.700 civiles fallecidos por el fuego cruzado o ataques indiscriminados en la batalla entre el Gobierno y sus aliados saudíes contra la insurgencia huthi y sus asesores iraníes, según informa Europa Press.
La guerra de Yemen es considerada como la mayor catástrofe humanitaria del mundo, que ha arrastrado a uno de los países más pobres del planeta a un escenario de absoluta devastación, hambruna y brotes de cólera. Es considerada por los analistas como una "guerra por terceros", donde los dos grandes enemigos regionales, Arabia Saudí e Irán, libran un combate a través de su apoyo a los dos bandos en conflicto.
El informe, recabado por el Proyecto de Localización y Datos de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), incluye por vez primera las consecuencias de la intervención saudí al inicio de la batalla. En palabras de la directora ejecutiva de la organización, Clionadh Raleigh, estos nuevos datos "permiten un análisis completo de la violencia, y proporcionan un auténtico recuento de bajas por vez primera".
"Espero que estos datos sirvan para que la comunidad internacional los use a la hora de entender, supervisar y finalmente resolver el conflicto antes de que la situación acabe todavía más fuera de control", avisa.
El balance
ACLED ha registrado un total de 91.600 muertos por la guerra de Yemen. Aproximadamente 17.100 personas murieron en 2015; 15.100 en 2016; 16.800 en 2017; 30.800 en 2018; y 11.900 hasta junio de 2019.
Desde el inicio de la guerra se tiene constancia de 39.700 episodios de conflicto: 7,700 en 2015; 8.700 en 2016; 7.900 en 2017; 10.200 en 2018; y 4.900 hasta junio de este año. A estas víctimas de los combates hay que añadir el tremendo coste del hambre y de la enfermedad en un país donde, según Save the Children, han muerto 84.701 niños por inanición y 2.556 personas han sucumbido a un brote de cólera. Según la ONU, el 80% de la población depende de la ayuda para sobrevivir.
Como apuntan estas cifras, 2018 ha sido el año más violento de la guerra en lo que se refiere a total de fallecidos, pero el año más sangriento para la población civil fue el que marcó el inicio en firme de la guerra a gran escala: 2015, el año en que se registraron 11.900 víctimas mortales.
"La coalición saudí y sus aliados siguen siendo responsables del mayor número de víctimas mortales civiles registradas por impacto directo, más de 8.000 desde 2015, cerca de un 67% del total", según el informe de la ACLED, que también responsabiliza a los rebeldes huthis de las muerte de 1.900 civiles por la misma causa.
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La situación para los civiles ha sido particularmente grave entres puntos del país, las provincias de Hodeida, Taiz y Sada, que entre todas suman más de la mitad de los fallecidos civiles durante el conflicto. Particularmente grave ha sido la situación en la primera, donde se encuentra el puerto de entrada de la ayuda humanitaria al país.
Por último, la organización hace una estimación de los bombardeos más letales del conflicto, cuyo balance de muertos es casi enteramente atribuible a la coalición saudí. Se trata de casi una treintena de ataques aéreos que han dejado, cada uno, un mínimo de 35 fallecidos.
Entre los episodios más atroces se destacan los ocurridos el 8 de octubre de 2016 en Saná al Sabin, en las inmediaciones de la capital, Saná, bajo control huthi, cuando un bombardeo saudí mató a 132 civiles que marchaban en una procesión funeraria, o los 131 muertos de septiembre de 2015, en otro bombardeo saudí contra una boda en Al Muja, en el sur del país.
Un nuevo balance efectuado por un grupo de investigación ha elevado a 91.600 el total de fallecidos en la guerra de Yemen al incluir las cifras de los primeros meses de la intervención, en marzo de 2015, de la coalición liderada por Arabia Saudí, a la que responsabiliza de las muertes de más de 8.000 de los 11.700 civiles fallecidos por el fuego cruzado o ataques indiscriminados en la batalla entre el Gobierno y sus aliados saudíes contra la insurgencia huthi y sus asesores iraníes, según informa Europa Press.