El tribunal laboral de Israel ordenó este lunes poner fin a la huelga general convocada por la central sindical Histadrut, que busca presionar al Gobierno para un acuerdo de rehenes, y da la razón al Fiscal del Estado de que se trata de un paro político y no causado por un "conflicto laboral colectivo". El juzgado de Tel Aviv ordenó poner fin al paro a las 14:30 hora local (11:30 GMT), tras media jornada de una huelga nacional simbólica, a la que se han sumado bancos, algunas universidades y algunos servicios de correos y transporte, entre otros sectores.
"Es importante enfatizar que la huelga de solidaridad ha sido una medida importante y la respaldo", dijo el presidente del que es el mayor sindicato del país, Arnon Bar-David, según declaraciones al canal de noticias 12.
El fin del huelga, antes del fallo del tribunal, estaba previsto a las 6 de la tarde. "Vivimos en un Estado de Derecho y respetamos la decisión del tribunal. Por ello, instruyo a todos a volver al trabajo a las 14:30 horas", aclaró Bar-David.
Histadrut representa a unos 800.000 trabajadores en Israel, si bien el seguimiento de la huelga ha sido limitado y las calles de ciudades como Jerusalén mostraban bastante normalidad, con solo algunos comercios y bancos cerrados, además de empresas tecnológicas. Cosa diferente ha sucedido en el el Aeropuerto Internacional de Ben Gurión, el principal del país, que ha visto suspendido parte de sus operaciones.
Además, se han registrado bloqueos de carreteras en otras partes del país en el marco de las movilizaciones. Por su parte, los hospitales han estado trabajando con el horario reducido correspondiente a los fines de semana. A las protestas se han sumado además las universidades.
El ministro de Finanzas de Israel, el ultraderechista Bezalel Smotrich, ya adelantó durante la jornada del domingo que había dado orden al Tesoro de no pagar los salarios a los trabajadores públicos que se sumaran a las protestas, según un comunicado publicado a través de su cuenta en la red social X.
A la par de la huelga, se están dando en todo el país protestas a favor de un acuerdo de tregua, con cientos de israelíes cortando carreteras en Tel Aviv y Herzliya, entre otras urbes. Anoche, más de 300.000 israelíes protestaron contra el Gobierno de Netanyahu en Tel Aviv, siendo reprimidos con camiones de agua fétida y policías a caballo.
La Histadrut convocó el domingo la huelga general para presionar al Gobierno a favor de un acuerdo de rehenes, después de que el Ejército recuperase del sur de Gaza los cuerpos de seis cautivos, según el Ejército, asesinados por Hamás poco antes de que los soldados los encontraran.
"El tribunal aceptó nuestra posición y determinó que la huelga de la Histadrut era política e ilegal", celebró en X el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, quien ayer se refería a cualquier alto el fuego con Hamás como a un " acuerdo de rendición".
La decisión llega después de solo un par de horas en las que la jornada arrancó con bloqueos de calles y la suspensión de vuelos en el Aeropuerto Internacional de Ben Gurión, según informa Europa Press. Decenas de personas han bloqueado a primera hora del día calles en Ben Gvir y los alrededores de Modiin y Rosh Pina, según ha informado el diario The Times of Israel.
De esta forma, desveló además que había pedido al Defensor del Pueblo que reclamara a los tribunales una suspensión de la huelga, que describió de "política". "No está bajo la autoridad de Histadrut —el principal sindicato de Israel— y no tiene efectos legales", sostuvo. "No se permitirá a los jefes de Histadrut voltear el país y usar a los trabajadores como armas para lograr avances en sus objetivos políticos", manifestó Smotrich, quien incidió en que "cualquier empleado que no acuda a su puesto de trabajo, no recibirá su sueldo".
El presidente de la Histadrut, Arnon Bar-David, anunció el domingo una huelga general y remarcó que un acuerdo que permita la liberación de los secuestrados durante los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás y otras milicias palestinas "es ahora mismo lo más importante". En esta línea, dijo que el acuerdo parece estar bloqueado "por consideraciones políticas".
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Así, hizo referencia a las críticas vertidas durante los últimos meses por los críticos del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a quien acusan de obstaculizar constantemente las negociaciones para un alto el fuego en Gaza para satisfacer a sus socios de gobierno —integrados por partidos ultraderechistas y ultraortodoxos—, quienes exigen continuar con la ofensiva contra Gaza a toda costa.
Los llamamientos a la huelga general comenzaron pocas horas después del hallazgo el sábado de los cuerpos sin vida de seis rehenes durante una operación israelí en el sur de Gaza. Israel afirmó que estas personas fueron ejecutadas por Hamás, mientras que el grupo islamista afirma que murieron en uno de los bombardeos israelíes sobre la zona.
El Ejército de Israel lanzó una ofensiva contra Gaza tras los citados ataques del 7 de octubre, que se saldaron con unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados. La ofensiva deja hasta la fecha más de 40.700 palestinos muertos, según las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, una cifra a la que se suman más de 660 muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes o colonos.
El tribunal laboral de Israel ordenó este lunes poner fin a la huelga general convocada por la central sindical Histadrut, que busca presionar al Gobierno para un acuerdo de rehenes, y da la razón al Fiscal del Estado de que se trata de un paro político y no causado por un "conflicto laboral colectivo". El juzgado de Tel Aviv ordenó poner fin al paro a las 14:30 hora local (11:30 GMT), tras media jornada de una huelga nacional simbólica, a la que se han sumado bancos, algunas universidades y algunos servicios de correos y transporte, entre otros sectores.