Una imagen captada por la fotoperiodista Amber Bracken, para The New York Times que muestra las tumbas de los niños indígenas de Canadá, se ha alzado como 'Foto del año' en los World Press Photo 2022. La fotografía ganadora se titula Escuela residencial de Kamloops.
La imagen de la fotógrafa canadiense capta vestidos naranjas colgados en cruces a lo largo de una carretera en Canadá, que conmemoran a los 215 niños indígenas de la Escuela Residencial Indígena de Kamloops, cuyos restos mortales fueron localizados en tumbas sin identificar. Por primera vez en los 67 años de historia de los World Press Photo, la Foto del año es una fotografía sin personas en ella.
El jurado ha otorgado a esta imagen el premio Foto del año de los World Press Photo porque "resume una historia global de opresión colonial, que debe abordarse para enfrentar los desafíos del futuro". "Este es un momento tranquilo de ajuste de cuentas global para la historia de la colonización, no solo en Canadá sino en todo el mundo", ha afirmado la presidenta del jurado, Rena Effendi.
En mayo de 2021, una investigación sacó a la luz los restos mortales de 215 menores de edad en una fosa común del colegio canadiense cerrado en 1978. Este tipo de escuelas se crearon en los siglos XIX y XX para asimilar de forma forzosa a los jóvenes indios y estaban financiadas por el Estado y gestionadas por organizaciones religiosas.
Precisamente, el Papa se reunió la pasada semana con cerca de 20 delegados de la Asamblea de las Primeras Naciones, una asociación que agrupa a más de 900.000 indígenas de Canadá, que viajaron a Roma para compartir con el Pontífice su experiencia en 139 internados, un 46% gestionados por entidades católicas, donde se les imponía por la fuerza las tradiciones europeas. El Pontífice pidió perdón por la "deplorable conducta" de la Iglesia en estos casos.
El premio en la categoría de Reportaje Gráfico del Año ha recaído en el fotoperiodista australiano Matthew Abbott por su trabajo Salvando bosques con fuego, publicado en National Geographic. Los indígenas australianos queman la tierra estratégicamente, en una práctica conocida como quema en frío, para proteger su medio ambiente. Se quema únicamente la maleza y eliminan así la acumulación que puede convertirse en combustible y alimentar las llamas más grandes.
Los guardabosques de Warddeken (Australia) combinan el conocimiento tradicional con las tecnologías contemporáneas para prevenir incendios forestales, reduciendo así el CO2 que calienta el clima. El jurado ha concedido a este proyecto el premio Reportaje Gráfico del Año de World Press Photo porque "está orientado a la solución y presenta conocimientos que deben compartirse en todo el mundo para abordar las consecuencias de la crisis climática global".
Por otro lado, el premio al Formato Abierto ha sido para La sangre es una semilla de la ecuatoriana Isadora Romero, que cuestiona la desaparición de las semillas, la migración forzada, la colonización y la consiguiente pérdida de conocimientos ancestrales.
Según ha indicado la Fundación World Press Photo, el proyecto premiado es un video compuesto por fotografías digitales y fílmicas, algunas de las cuales fueron tomadas en película de 35mm y posteriormente dibujadas por el padre de Romero.
El jurado ha otorgado a este trabajo el premio Formato Abierto de World Press Photo porque "conecta la pérdida personal del conocimiento ancestral y el patrimonio cultural con el borrado estratégico del conocimiento antiguo y las formas de vida, en un impactante comentario sobre las consecuencias de la pérdida de la agrobiodiversidad global".
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En cuanto al World Press Photo al Proyecto a Largo Plazo, el premio ha sido para el brasileño Lalo de Almeida por su Distopía amazónica, una colección de testimonios que exponen los efectos de múltiples capas de la destrucción de la tierra y el saqueo de los recursos naturales, tal como lo experimentan las comunidades brasileñas.
El jurado ha concedido a este proyecto el premio porque demuestra "contundentemente los efectos del abuso de la tierra por parte de la Humanidad y vincula estas realidades con una narrativa globalmente comprensible sobre la crisis climática".
La presidenta del jurado mundial, Rena Effendi, ha explicado que "las historias y fotografías de los ganadores mundiales están interconectadas". "Los cuatro, a su manera única, abordan las consecuencias de la carrera de la Humanidad por el progreso y sus efectos devastadores en nuestro planeta. Estos proyectos no solo reflejan la urgencia inmediata de la crisis climática, sino que también nos dan una idea de las posibles soluciones", ha subrayado.
Una imagen captada por la fotoperiodista Amber Bracken, para The New York Times que muestra las tumbas de los niños indígenas de Canadá, se ha alzado como 'Foto del año' en los World Press Photo 2022. La fotografía ganadora se titula Escuela residencial de Kamloops.