El Ejército de Israel ha acusado al partido-milicia chií Hezbolá de "incrementar su agresión" contra territorio israelí y ha advertido de que la situación "está al borde" de una expansión del conflicto, lo que "podría tener consecuencias devastadoras para Líbano y la región". "El incremento de la agresión por parte de Hezbolá nos lleva al borde de lo que podría ser un conflicto amplio, uno que podría tener consecuencias devastadoras para Líbano y la región", ha dicho el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, quien ha detallado que el grupo ha lanzado más de 5.000 cohetes, misiles anticarro y drones en los más de ocho meses de conflicto.
Así, ha recalcado que "Hezbolá está poniendo en peligro el futuro de Líbano para actuar como escudo de Hamás", en referencia a que las hostilidades estallaron un día después de que el grupo islamista palestino perpetrara el 7 de octubre sus ataques contra territorio israelí, que se saldaron con unos 1.200 muertos y cerca de 240 secuestrados. "Un escudo para los terroristas de Hamás, que asesinaron ancianos, violaron mujeres, quemaron niños y secuestraron a judíos, musulmanes y cristianos durante su masacre del 7 de octubre", antes de reiterar que "cuando Israel dice que no permitirá que el 7 de octubre se repita en ninguna de las fronteras, lo dice en serio".
Hagari ha subrayado que "Israel adoptará todas las medidas que sean necesarias para proteger a sus ciudadanos hasta que se restaure la seguridad en la frontera con Líbano" y ha acusado a Hezbolá de "negarse a cumplir con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU" y criticar que Líbano "fracase" a la hora de obligar al grupo a acatarla. "De una forma u otra garantizaremos el retorno seguro de los israelíes a sus hogares en el norte de Israel. Eso no está sujeto a negociaciones", ha argumentado Hagari, quien ha alertado de que "las filiales terroristas de Irán siguen arrastrando la región hacia la destrucción".
"Israel seguirá luchando contra el eje del mal de Irán en todos los frentes, en Gaza y Líbano, mientras trabajamos por un futuro más seguro para Oriente Próximo", ha dicho. "El 7 de octubre no puede volver a ocurrir en ninguna de las fronteras de Israel. Israel tiene el deber de proteger a sus ciudadanos. Cumpliremos con este deber, a cualquier precio", ha zanjado. El Ejército israelí y Hezbolá -respaldado por Irán y que cuenta con un importante peso político en Líbano-- mantienen una serie de enfrentamientos desde el 8 de octubre, un día después de los ataques perpetrados por Hamás y otras facciones palestinas. Desde entonces, las autoridades gazatíes, controladas por el grupo islamista, han notificado la muerte de más de 37.300 palestinos.
Las tensiones han ido al alza durante las últimas semanas y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió recientemente de que el Ejército israelí "está preparado para una acción muy poderosa" en la frontera con Líbano. En respuesta, el 'número dos' de Hezbolá, Naim Qassem, advirtió la semana pasada de que una expansión del conflicto derivaría en "devastación y destrucción" en Israel.
Disolución gabinete de guerra
Las tensiones dentro del gobierno israelí también han provocado la disolución del gabinete de guerra tras las recientes dimisiones de uno de sus integrantes y uno de sus observadores, Benny Gantz y Gadi Eisenkot, respectivamente y en medio de los llamamientos por parte del ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, para ser integrado en el mismo.
"El gabinete de guerra no existe", ha dicho Netanyahu, quien ha afirmado que "era un acuerdo de coalición con Gantz, a petición suya", según ha recogido el diario 'Israel Hayom'. "Una vez que Gantz se fue, dejó de existir ese foro", ha afirmado, antes de agregar que seguirá consultando temas sensibles con algunos grupos políticos. Gantz anunció que abandonaba el gabinete de guerra -integrado por tres miembros y tres observadores- ante lo que considera como una falta de estrategia clara para poner fin a la ofensiva militar en Gaza, al tiempo que responsabilizó a Netanyahu de "impedir que se logre una auténtica victoria" en la Franja.
Poco después, Eisenkot anunció que seguía los pasos de Gantz y abandonaba su cargo como observador en el gabinete de guerra argumentando que "se evitó desde hace mucho que el gabinete adoptara decisiones determinantes necesarias para materializar los objetivos de la guerra y mejorar la posición estratégica de Israel". En las últimas semanas se han profundizado las diferencias no solo en el gabinete de guerra, sino también en el propio seno del gobierno de coalición encabezado por Netanyahu, a cuenta de la forma en que se están gestionando la ofensiva contra Gaza y los posibles acuerdos con Hamás para la liberación de los rehenes que siguen retenidos en Gaza tras los ataques del 7 de octubre, que dejaron unos 1.200 muertos.
Las autoridades gazatíes tachan de "mentira" las "pausas tácticas"
Otro de los últimos anuncios del Ejército israelí fue la aplicación de pausas tácticas en el sur de Gaza, que se comunicó el pasado domingo. Ante esta iniciativa, las autoridades de la Franja, controladas por Hamás, han tildado este lunes de "mentira" la decisión, de la que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo no haber sido informado por adelantado. "Hablar de pausa táctica en la guerra es una mentira israelí", ha dicho la oficina de prensa de las autoridades gazatíes, que ha reclamado la apertura del paso de Rafá, en la frontera con Egipto, cuyo lado palestino fue tomado el 7 de mayo por el Ejército israelí, que suspendió de esta forma las operaciones humanitarias en la zona.
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Así, ha recalcado que "la destrucción del paso de Rafah por parte de la ocupación es parte de sus crímenes en la Franja" y ha subrayado que "la situación en el norte de Gaza es trágica a causa de la escasez de comida y medicinas", según ha informado el diario palestino Filastin, vinculado a Hamás. "Reclamamos que se juzgue a los criminales de la ocupación, incluidos líderes políticos y oficiales militares", ha manifestado la oficina de prensa de las autoridades de Gaza, que ha insistido en que "más de 16.000 niños" han muerto en el marco de la ofensiva contra la Franja, desencadenada tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por el grupo islamista.
Fuentes militares bajo condición de anonimato han explicado al Canal 13 de la televisión israelí que la medida está destinada a "reforzar" la posición de Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que ha reclamado el fin de la ofensiva contra Rafah y medidas para garantizar que no se comete un genocidio, antes de recordar que el Ejército está capacitado para tomar esta clase de medidas de forma unilateral.
Por su parte, el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, aseguró en redes sociales que esta pausa -once horas sin bombardeos en una carretera desde Kerem Shalom, cerca de la frontera entre Gaza y Egipto, en dirección norte hacia el hospital Europeo cerca de Jan Yunis- no iba a tener impacto alguno en las operaciones militares en el resto del sur de Gaza.
El Ejército de Israel ha acusado al partido-milicia chií Hezbolá de "incrementar su agresión" contra territorio israelí y ha advertido de que la situación "está al borde" de una expansión del conflicto, lo que "podría tener consecuencias devastadoras para Líbano y la región". "El incremento de la agresión por parte de Hezbolá nos lleva al borde de lo que podría ser un conflicto amplio, uno que podría tener consecuencias devastadoras para Líbano y la región", ha dicho el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, quien ha detallado que el grupo ha lanzado más de 5.000 cohetes, misiles anticarro y drones en los más de ocho meses de conflicto.