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De Kabul a Teherán: así luchan las mujeres periodistas a las que se quiere tapar la boca

#FreeHerFace (libera su cara) es el nuevo movimiento en redes sociales de los periodistas afganos tras la imposición de los talibanes a que las presentadoras de los informativos se cubran la cara en televisión. Hace unas semanas, los talibanes obligaron, por primera vez en años, a las mujeres a cubrirse la cara y “recomendaron” el uso del burka. Esto incluye a todas las mujeres sin excepciones.

La orden fue aprobada el 7 de mayo por el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio. Parte directamente del principal líder talibán, Hebatulá Ajundzada, responsable de vigilar dentro del régimen el estricto cumplimiento de la sharía o ley islámica. Dicha orden incluía castigos para las mujeres que no se cubran el rostro cuando estén fuera de casa. El mismo ministerio ordenó el 21 de mayo que todas las presentadoras de televisión debían cubrirse la cara, y que se trataba de una definitiva y que "no había espacio para la discusión”.

Desde entonces, se ha podido ver en las emisiones de las cadenas televisivas afganas a las mujeres con el velo que cubre la mitad de la cara denominado niqab. En solidaridad con ellas, el movimiento #FreeHerFace tiene a periodistas afganos (hombres) y a todo el mundo publicando selfies con sus caras cubiertas

“Cada día que pasa, la historia, los límites, la opresión de hace 20 años han vuelto para las mujeres y desafortunadamente no tenemos ningún tipo de apoyo”. Son palabras de la periodista afgana Basera Jan Tolo en conversación con infoLibre. “Lo que llamamos 'libertad de expresión, derechos humanos y de la mujer' ya no existe para esta gente. A quien hable por ellos, se le borra de la escena” añade. 

La situación para los periodistas, en especial las mujeres, cada día va empeorando a niveles “inimaginables”. “La situación para los periodistas en Afganistán es muy mala, peor de lo que se puede ver. Los periodistas no pueden decir ni una palabra en protesta, todos los días son oprimidos. Pueden presionarnos de la manera que quieran”. 

Denuncia que las mujeres pronto dejarán de formar parte de la sociedad o ese podría ser el objetivo de los talibanes. “Primero empiezan con el niqab, mañana te dirán que lleves el burka y dirán que la voz de las mujeres está prohibida”, manifiesta Jan Tolo. “Dirán que no deberían ser periodistas y finalmente, llegará el día en el que ninguna mujer podrá salir de casa” , subraya.

"Por desgracia, reivindican el islam, y lo que más me molesta es que lo presentan como una religión de terror y opresión para los demás", añade Jan Tolo. Los talibanes se "empeñan" en que se trata de mandamientos religiosos. Sin embargo la periodista indica que "en todos mis programas aportamos conciencia religiosa. Hablamos de estos debates con todas las pruebas que se tomaron del Corán, porque en la época de nuestro profeta las mujeres también comerciaban de forma normal sin cubrirse".

“Antes teníamos libertad para estudiar y para ser periodistas. Aunque es verdad que yo como mujer tuve que luchar mucho para serlo por la cultura afgana”, explica Khadija Amin, periodista refugiada en España. “Ahora mismo, los problemas de las periodistas crecen día a día. No pueden trabajar libremente como antes de la llegada de los talibanes”, añade. “Ahora no les dejan cubrir ruedas de prensa, muchas son asesinadas, detenidas y maltratadas por ellos”, manifiesta. Sin embargo, a pesar de todas estas amenazas, las afganas siguen trabajando, pero muchas periodistas no escriben su nombre en los reportajes para evitar que las identifiquen. “Esto es un gran dolor para la comunidad periodística”, apunta.

Los periodistas, tanto mujeres como hombres, se enfrentan a interminables obstáculos y amenazas a su propia seguridad a la hora de cubrir eventos en Oriente Medio, incluyendo la guerra de Siria, los conflictos de los sunitas y los chiitas entre los países del Golfo e Irán, la Primera Árabe, el conflicto Palestina-Israel, entre muchos otros. Para las mujeres, estos peligros se acentúan por ser lo que son, mujeres

Las periodistas afganas son un recordatorio de que en países con una libertad de prensa casi nula existen muchas mujeres que ejercen la profesión luchando además por ese derecho fundamental, la libertad de expresión. En el caso de las afganas, esta libertad es arrebatada por un grupo identificado, los talibanes. Sin embargo, el actor de opresión puede ser no solo el gobierno de turno, como es el caso de Yeganeh Rezaian, sino también los usuarios de las redes sociales, como ha vivido Ghada Oueiss

La periodista iraní Yeganeh Rezaian trabajaba para Bloomberg News y The National antes de ser encarcelada en Teherán junto a su marido, Jason Rezaian. Fue silenciada y acosada por su Gobierno y los internautas próximos al régimen por contar historias que reflejan la realidad de la sociedad iraní desde Estados Unidos. Desde 2009 hasta 2014, trabajó para medios de comunicación con audiencias extranjeras, primero para Press TV, el servicio de medios de comunicación en inglés administrado por el Gobierno de la República Islámica.

Cuando la pareja fue arrestada no se sabía cuál era el motivo debido a la opacidad del régimen iraní. Esto significa que podía haber muchas razones, desde la intención del líder supremo, Alí Jamenei, de ganar influencia sobre las negociaciones nucleares con Estados Unidos, hasta realizar intercambios entre prisioneros iraníes.

"Durante mi tiempo como reportera, hubo momentos en los que me di cuenta de que, debido a mi trabajo, mi identidad como miembro de la sociedad, y de hecho mi vida, podría verse amenazada debido a mi género", explica la periodista en una entrevista para Harvard Kennedy School, Shorenstein Center on Media, Politics and Public Policy. "Irán en ese momento tenía a unas cinco docenas de periodistas tras las rejas. Entre ellos había diez mujeres, incluyéndome a mí, lo que convirtió a Irán en el principal carcelero mundial de mujeres periodistas ese año", añade.

Rezaian estuvo detenida durante 72 horas, 69 en régimen de aislamiento. Tras la libertad bajo fianza, su libertad estaba condicionada y ni siquiera podía trabajar como periodista. "Me privaron de libertad de expresión", manifiesta. "Detrás de este castigo, aunque nunca se dijo como tal, estaba que mis captores eran conscientes de mi poder como periodista." 

La prensa palestina, en la diana de las fuerzas israelíes

Bajo la presión israelí, viviendo una colonización y un apartheid, según Aministía Internacional, es difícil que los periodistas palestinos se mantengan en silencio ante las presiones que sufren. Detenida múltiples veces, la primera vez a sus 18 años el 6 de julio de 2011, Bushra al-Tawil ha vivido en primera persona la persecución a la libertad de prensa durante el conflicto Palestina-Israel durante años.

La periodista documentaba las constantes violaciones a los prisioneros palestinos, organizaba distintos eventos para concienciar sobre los derechos de estos, para apoyarles a ellos y a sus familias. Por defender estos derechos y denunciar las detenciones constantes, ella misma fue arrestada por las fuerzas de seguridad de Israel y encarcelada no sólo una vez, sino cinco. 

Reporteros sin Fronteras ha registrado más de 140 violaciones israelíes de derechos contra periodistas palestinos desde que comenzaron las protestas en marzo de 2018 conocidas como la Marcha del Retorno. Además, según el Club de Prisioneros Palestinos, actualmente hay 17 periodistas encarcelados, incluida Bushra al-Tawil. El Sindicato de Periodistas Palestinos reportó en 2020 que, desde el estallido de la Intifada de Al-Aqsa en el año 2000, Israel había ejecutado a más de 46 periodistas.

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“Me atacan desde tres ángulos: soy una mujer, soy periodista y soy cristiana”. Son las palabras de la periodista libanesa Ghada Oueiss denunciando el acoso que sufre por redes sociales. En esta entrevista con Committee to Protect Journalists (CPJ) cuenta cómo de un día a otro se dio cuenta que había muchos trolls criticándola, hasta el punto de hacerse pasar por ella. “Estas cuentas tenían una foto de perfil del el príncipe heredero​ de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman (MBS), o de su padre o de la bandera de Arabia Saudí”, explica la periodista. “Se puede ver que eso no es una coincidencia, es algo organizado”. 

En diciembre de 2021, la periodista denunció en la Corte de Florida a MBS y al príncipe de Abu Dhabi bin Zayed. Incluyendo también a otros participantes en el hack-and-leak (método de desinformación con datos robados) hacia ella, como DarkMatter, empresa de ciberseguridad con sede en los Emiratos Árabes Unidos, y algunos titulares de cuentas de redes sociales estadounidenses. Las sospechas de la periodista se asocian también al malware Pegasus de NSO Group (con sede en Israel) en su iPhone. A pesar de que Pegasus asegure que sólo comercializa productos solo a agencias gubernamentales con fines de aplicación de la ley, CPJ ha señalado cómo investigadores han documentado su uso avanzado para espiar a periodistas.

Temiendo por su vida, Oueiss cuenta en esta entrevista que hasta se había cuestionado dejar el periodismo. “Intenté poner una cara valiente, pero estaba aterrada”, explica. “Cada vez que iba al trabajo me decía a mí misma: ‘Aparece en pantalla y demuéstrales que están equivocados”.

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