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Macron logra una victoria amplia frente a Le Pen

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Y Francia ha vuelto a decir que no a la ultraderecha, pero no tan claramente como en 2017. La victoria de Emmanuel Macron en la segunda vuelta de las elecciones galas vuelve a dejar fuera del Palacio del Elíseo a Marine Le Pen. El actual presidente repetirá en el cargo otros cinco años con un 58,55% de los votos, imponiéndose así a la candidata de Reagrupamiento Nacional que ha logrado el 41,45%, con el 100% escrutado. El fundador de La República en Marcha logra así no ser un presidente de un solo mandato, una tendencia que se había casi convertido en tradición después de los únicos quinquenios de sus dos predecesores inmediatos, Nicolas Sarkozy y François Hollande. Desde Jacques Chirac, Francia no optaba por repetir líder al frente de la República.

La diferencia, que las últimas encuestas publicadas cifraban en 13 puntos a favor del líder del Gobierno, ha sido finalmente de 16,64 puntos. No obstante, se trata de un margen mucho más estrecho que en la cita de 2017. Hace cinco años, en una cita con las urnas muy diferente, Macron logró una victoria holgada de más de treinta puntos con el 66% de los sufragios mientras que el apoyo a Le Pen quedó reducido al 34%.

La jornada ha estado marcada por la alta abstención, que se ha quedado en torno al 27%, la más alta desde 1969 cuando marcó la cifra histórica del 35% en la segunda vuelta. Ya se auguraba esta baja participación con los datos publicados por el Ministerio del Interior al mediodía del domingo. La participación, en ese momento, era de un 26,4%, casi dos puntos por debajo de la segunda ronda de 2017. A media tarde, la cifra seguía dos puntos por debajo: un 63,23%. Finalmente, se ha quedado cerca del 72%. Un 4,57% de los electores que sí han participado han votado en blanco, mientras que un 1,62% han votado nulo.

Los datos de la victoria de Macron han sido recibidos con júbilo en los Campos de Marte, frente a la Torre Eiffel de París, donde miles de seguidores se han reunido para escuchar al vencedor de la noche. Sus primeras palabras han sido para reconocer que es consciente de que muchos le han votado "para hacer frente a Le Pen y eso me compromete los próximos cinco años", pero que está dispuesto a ser "el presidente de todos". Tras prometer escuchar a los abstencionistas y afirmar que debe reaccionar a "la cólera" y a "los desacuerdos", ha reconocido que tiene "cosas por hacer" y que su nuevo mandato no será igual a los últimos cinco años: "No serán años tranquilos. Pero serán años históricos y tendremos que escribirlos juntos". "La guerra de Ucrania nos recuerda que vivimos tiempos trágicos y Francia tiene que alzar la voz", ha explicado.

En Europa, los principales dirigentes políticos han manifestado su alivio por la victoria de Macron después de cruzar los dedos para no repetir la pesadilla vivida tras el Brexit en 2016. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han destacado la "excelente cooperación" y compromiso del actual presidente galo. El líder del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, también ha felicitado a su homólogo galo destacando que con su victoria "gana la democracia" y "gana Europa". El canciller alemán, Olaf Scholz, ha destacado el "fuerte compromiso" de los electores franceses con la UE, mientras que el primer ministro italiano, Mario Draghi, ha subrayado que esta victoria es "una espléndida noticia para toda Europa".

Le Pen: "Nunca abandonaré a los franceses"

Poco menos de quince después de conocerse las primeras estimaciones, que ya daban la victoria a Macron, Le Pen ha asegurado que sus resultados representan "una gran victoria" y que "millones de personas han decidido el cambio". Razón no le falta en parte ya que su más del 40% de los sufragios es el mejor resultado histórico para la ultraderecha en Francia. "Nos han enterrado mil veces y la historia ha dicho que se equivocaban", ha destacado antes de lanzar un aviso: "Estos resultados demuestran que los franceses quieren un gran cambio".

Tras reconocer la victoria de su rival, ha asegurado que seguirá "por el bien de Francia", no cerrándose a volver a presentarse a otras presidenciales y prometiendo su presencia en la "gran batalla" de las elecciones legislativas del mes de junio. "Para evitar que algunos acaparen el poder, seguiré con mi compromiso con Francia. Nunca abandonaré a los franceses", ha asegurado.

Apelando también a estas elecciones de junio, el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, también ha comparecido pocos minutos de conocerse los primeros sondeos para pedir a aquellos que "ven con tristeza el Estado destruido" que "no se resignen": "Se puede vencer a Macron. La democracia nos puede dar los medios para cambiar". Asimismo, y tras calificar de "muy buena noticia" la derrota de Le Pen, el candidato izquierdista ha recordado al ganador de la noche que, a pesar de la victoria, "navega en un océano de abstenciones y votos en blanco" y que es el presidente "peor elegido de la V República".

Un 17% de los votantes de Mélenchon apoyan a Le Pen

Hace dos semanas, Macron hizo valer su condición de favorito en la primera vuelta. El pasado 10 de abril, el actual presidente logró más del 27% de los votos, más de cuatro puntos por encima de Le Pen. Esa noche, tras cerrarse las urnas, el líder sumó los apoyos de prácticamente todos los derrotados en la primera vuelta. La ultraderechista, en cambio, solo cosechó el apoyo de Éric Zemmour.

Pero esa noche se abrió una gran incógnita: saber qué iban a hacer los votantes de Mélenchon, un jugoso 22%, más de siete millones y medio de personas. Tras quedar tercero en la primera vuelta, el candidato de Francia Insumisa instó a sus partidarios a no votar por la ultraderecha pero tampoco a abstenerse. Aunque, al contrario que en 2017, ha repetido durante los últimos 15 días el mantra de que "no hay que dar ni un solo voto a la señora Le Pen".

Sin embargo, en muchos votantes dentro de espectro ideológico pesa, y mucho, la violencia que se desató contra los chalecos amarillos, el "desprecio de clase" que encarna Macron o su propuesta para prolongar la edad de jubilación. "Entre nosotros le llamamos Paroles, paroles, como en la canción de Dalida... dice todo y su contrario, reordena la verdad en su beneficio, es un auténtico bombero pirómano", aseguraba hace unos días uno de estos votantes a Mediapart.

Finalmente, y según un sondeo de Ipsos-Sopra Steria publicado tras el cierre de los colegios electorales, un 17% de los votantes de Mélenchon han apoyado a la ultraderechista en la segunda vuelta. Macron ha logrado el respaldo del 42%, un 24% se ha abstenido, mientras que el 17% ha votado en blanco o nulo.

Un cara a cara entre dos camaleones

Aún así, Macron ha conseguido volver a ser el elegido frente a la ultraderecha de Le Pen. Su victoria pone punto y final a una carrera electoral entre dos auténticos camaleones. Por un lado, el actual presidente haciéndose el liberal para llevar a cabo políticas globalmente antiliberales. Y, por otro, la líder de extrema derecha que se ha vendido como una demócrata antes de mostrarse lo más antidemocrática posible durante una campaña que ha estado salpicada por todo tipo de contratiempos pero en la que la guerra de Ucrania ha terminado por impregnarlo todo.

La invasión rusa de finales de febrero ha sido el gran tema de esta campaña. Macron se ha aprovechado del cargo para implicarse como actor principal en la diplomacia internacional reivindicándose como líder europeísta y fiel aliado dentro de la OTAN. En cambio, Le Pen ha pasado de presumir de su cercanía con Vladimir Putin a tratar de desvincularse de su pasado rusófilo.

No obstante, en el debate del pasado miércoles, Le Pen no pudo evitar que los titulares del cara a cara se los llevasen las acusaciones de Macron sobre su pasado con Rusia. El actual presidente le recordó que su formación recibió financiación en la campaña de 2017 de un banco ruso vinculado al Kremlin: "Usted depende del señor Putin. Cuando usted habla de Rusia, habla de su propio banquero".

Y en junio, la "tercera vuelta"

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Pero este punto y final electoral es, en realidad, un punto y seguido. La cita de este domingo abre la puerta a otra carrera en el mes de junio. En menos de dos meses, Francia celebrará elecciones legislativas o, como las ha llamado esta misma noche Mélenchon, la "tercera vuelta".

Esta nueva cita con las urnas será una nueva prueba de fuego para todos los actores implicados. Macron tendrá que demostrar que el movimiento que él mismo fundó puede cosechar buenos resultados sin la sombra del peligro de la extrema derecha. Le Pen intentará rentabilizar ese más de 40% que ha cosechado este domingo. Y Mélenchon ya ha pedido que le "elijan primer ministro" en la cita que se celebrará los próximos 12 y 19 de junio.

Aunque más peliaguda es la situación para los partidos tradicionales que deberán reinventarse si quieren sobrevivir en el actual escenario político. Los Republicanos (antigua Unión por un Movimiento Popular) y el Partido Socialista, las dos formaciones que se disputaron durante décadas el poder en Francia, no sumaron ni el 7% de los votos en la primera vuelta de las presidenciales. En las legislativas intentarán, por lo menos, salvar su honra y evitar la irrelevancia.

Y Francia ha vuelto a decir que no a la ultraderecha, pero no tan claramente como en 2017. La victoria de Emmanuel Macron en la segunda vuelta de las elecciones galas vuelve a dejar fuera del Palacio del Elíseo a Marine Le Pen. El actual presidente repetirá en el cargo otros cinco años con un 58,55% de los votos, imponiéndose así a la candidata de Reagrupamiento Nacional que ha logrado el 41,45%, con el 100% escrutado. El fundador de La República en Marcha logra así no ser un presidente de un solo mandato, una tendencia que se había casi convertido en tradición después de los únicos quinquenios de sus dos predecesores inmediatos, Nicolas Sarkozy y François Hollande. Desde Jacques Chirac, Francia no optaba por repetir líder al frente de la República.

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