Una miniluna acompañará a la Tierra durante las próximas décadas

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Enrique Sacristán (Agencia SINC)

En julio de 2022 un grupo de astrónomos aficionados descubrieron un nuevo objeto desde un remoto observatorio de las montañas Hakos, en Namibia. Al principio se dudó si se trataba de algún tipo de basura espacial o era natural: quizá un asteroide o un trocito de la Luna.

"Su órbita similar a la de la Tierra y su evolución orbital sugieren que podría ser de origen artificial, lanzado desde nuestro planeta hace décadas, o bien un fragmento lunar”, publicó la Unión Astronómica Internacional en sus Minor Planet Electronic Circulars (MPEC), donde ya aparece oficialmente con el nombre de 2022 NX1.

Al mes siguiente, el 6 de agosto, astrónomos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) observaron el objeto con OSIRIS, un espectrógrafo y generador de imágenes instalado en el Gran Telescopio Canarias, en la isla de La Palma.

Los resultados, publicados ahora en la revista Astronomy & Astrophysics, confirman que se trata de un asteroide con unas características superficiales incompatibles con material de origen lunar. El albedo (radiación reflejada) deducido a partir de su espectro indica que su tamaño está entre los 5 y 15 metros y, respecto a su composición, podría ser tanto de tipo rocoso como uno con mayor contenido en metales.

2022 NX1 sigue un movimiento coorbital con nuestro planeta, es decir completan juntos una órbita en torno al Sol en 365 días, viajando a la misma velocidad”, explica a SINC el primer autor, Raúl de la Fuente Marcos, de la UCM, “pero, en general, no gira alrededor de nuestro planeta como la Luna, sino que se mueve en una trayectoria de herradura”.

Existen docenas de objetos cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) que van y vienen dibujando esa extraña herradura a lo largo de la misma órbita que nuestro planeta. Al aproximarse a él se suelen dar la vuelta, pero, de vez cuando, algunos de ellos son capturados temporalmente por su gravedad y se convierten en minilunas.

Hasta ahora se conocían tres: 2006 RH120 y 2020 CD3, que ya han completado varias órbitas alrededor de nuestro planeta, y 1991 VG, que solo lo ha hecho de forma parcial: No da un giro completo. En el caso de la cuarta miniluna, 2022 NX1, pasa lo mismo, y solo recorre un arco de su órbita alrededor de la Tierra.

Energía gravitatoria negativa

“Durante unas semanas la energía gravitatoria respecto a la Tierra toma un valor negativo al acercarse a ella, con una velocidad muy baja en términos astronómicos (del orden de 1 km/s o 3600 km/h) y se convierte temporalmente en su satélite”, apunta De la Fuente Marcos, “pero no da una vuelta completa como la Luna, sino solo un arco de la órbita”.

2022 NX1 tiene cierta probabilidad de colisionar con la Tierra a partir de 2075, pero su tamaño es inferior al del asteroide que dio lugar al superbólido de Cheliábinsk, así que las consecuencias de un posible impacto serían mínimas

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Los cálculos de los autores indican que 2022 NX1 experimentó una captura temporal de este tipo por parte de nuestro planeta en 1981, tuvo otra en 2022 –cuando los astrónomos la descubrieron y aprovecharon para estudiarla– y tendrá una tercera de mayor duración en el año 2051. Después, desde mediados de la década de los 70 de este siglo, incluso podría llegar a colisionar, según el estudio.

“A consecuencia del encuentro cercano a finales de ese año o principios de 2052, su trayectoria posterior podría resultar alterada de tal modo que tendría una cierta probabilidad de colisionar con la Tierra a partir de diciembre de 2075”, advierte De la Fuente Marcos, aunque nos tranquiliza: “Su tamaño es inferior al del asteroide que dio lugar al superbólido de Cheliábinsk sobre esa ciudad rusa en 2013, así que las consecuencias de un posible impacto serían mínimas”.

Este artículo fue publicado originalmente en la Agencia Sinc, la agencia de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

En julio de 2022 un grupo de astrónomos aficionados descubrieron un nuevo objeto desde un remoto observatorio de las montañas Hakos, en Namibia. Al principio se dudó si se trataba de algún tipo de basura espacial o era natural: quizá un asteroide o un trocito de la Luna.

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