El nuevo ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir, ha abierto un debate en Alemania sobre el consumo de carne. El político ecologista ha asegurado en una entrevista en el diario Bild que quiere acabar con los “precios basura” que ofertan cadenas de supermercados alemanes, como Aldi o Lidl, y que perjudican a agricultores y ganaderos.
A pesar de que la anterior Administración de Angela Merkel estuviera en contra de la “carne barata”, Özdemir considera que esto no ha mejorado la situación de los productores de alimentos. Los reducidos precios "llevan a las granjas a la ruina, impiden más bienestar animal, promueven la extinción de especies y contaminan el clima", ha asegurado en la entrevista con el diario alemán. Estas palabras han provocado un enfrentamiento con las grandes cadenas del país como Lidl, Aldi, Kaufland, Rewe o Edeka, las cuales justifican que los precios económicos de sus productos se deben a la fuerte competencia en el sector y a su poder de compra.
Ver másLos datos que prueban que las macrogranjas de carne son una amenaza para una ganadería sostenible
Entre los propósitos de su Ministerio se encuentran “mejorar las condiciones de los animales y la protección del medioambiente y el cambio climático”. Para lograrlo, propone “monitorear el trabajo en los mataderos” a través de videovigilancia y hacer cumplir “las penas más altas” por crueldad animal. Además, quiere aumentar la superficie de los campos cultivados ecológicamente del 10% actual hasta el 30% para 2030.
Asimismo, también se ha propuesto proporcionar “buenos ingresos” para los agricultores y ganaderos y “una alimentación sana para todos”. El ministro, vegetariano desde hace años, se muestra preocupado por la alimentación de la población alemana. Asegura que “más del 50% de los adultos tienen sobrepeso”, y aunque varios políticos han tratado de solucionar este problema no han conseguido que la industria reduzca el exceso de azúcar, sal o grasa. “Conmigo habrá objetivos de reducción vinculantes”, ha afirmado el ministro.
Estas declaraciones se han producido en la misma semana de la polémica en España tras declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre una parte de la industria ganadera. El propio ministro se encargó de subir a sus redes sociales la transcripción literal de sus declaraciones al diario británico The Guardian. En ellas, Garzón sostenía que la ganadería extensiva sí es “sostenible, lo que no es en ningún momento sostenible son las macrogranjas”, a lo que añadió que en ese caso “es una carne de peor calidad, es un maltrato animal además lo que se produce y es un impacto ecológico descomunal y desproporcional”.
El nuevo ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir, ha abierto un debate en Alemania sobre el consumo de carne. El político ecologista ha asegurado en una entrevista en el diario Bild que quiere acabar con los “precios basura” que ofertan cadenas de supermercados alemanes, como Aldi o Lidl, y que perjudican a agricultores y ganaderos.