Obama anuncia su decisión de subir el salario mínimo

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EUROPA PRESS

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desplegó la pasada madrugada las líneas maestras de su segundo mandato, entre ellas un paquete de medidas para reactivar la economía estadounidense, centrado en la reducción del déficit público, al tiempo que reafirmó su compromiso con una seria de políticas sociales, entre ellas la reforma migratoria. "Hace 51 años, [el presidente estadounidense] John F. Kennedy declaró ante este Congreso que 'la Constitución no nos hace rivales por el poder, sino socios para el progreso'. Y es mi obligación informar y mejorar el Estado de la Unión", dijo en la apertura de su discurso.

"Gracias al esfuerzo y a la determinación del pueblo estadounidense (...), podemos decir con renovada confianza que hemos limpiado los restos de la crisis y que el estado de la Unión es más fuerte", dijo el inquilino de la Casa Blanca. A pesar de ello, advirtió de que "todavía hay millones de estadounidenses cuyo duro trabajo y dedicación no se han visto recompensados". "Nuestra economía está creando puestos de trabajo, pero todavía hay gente que no puede encontrar uno; los beneficios empresariales han aumentado, pero todavía hay salarios que siguen iguales", lamentó.

Por ello, instó a los dos partidos políticos a "reiniciar el verdadero motor de la economía estadounidense: una clase media en alza", aseveró. "Nuestra tarea inacabada es restaurar el principio básico de que si trabajas duro, puedes salir adelante. No importa de dónde seas, cómo seas, a quién quieras", apuntó.

Obama insistió en que ambos partidos deben superar el enfrentamiento que durante los dos últimos años ha paralizado el Congreso. "El pueblo estadounidense no espera que el gobierno solucione cada uno de sus problemas, ni que nos pongamos de acuerdo en cada asunto, sino que pongamos los intereses nacionales por delante de los del partido", explicó.

Déficit público

En primer lugar, señaló la necesidad de seguir con el esfuerzo para reducir el déficit público, pero, al igual que hizo durante sus tres debates electorales frente al exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, defendió ajustar las cuentas públicas mediante una reforma fiscal equitativa. "Nuestro trabajo debe comenzar tomando algunas decisiones básicas sobre nuestro presupuesto, decisiones que tendrán un gran impacto sobre nuestra recuperación. En los dos últimos años, los dos partidos hemos trabajado para reducir el déficit público y subir los impuestos, la pregunta es ¿cómo?", planteó.

Obama recordó que si ambos partidos no llegan a un acuerdo "entrará en vigor de forma automática un acuerdo que supone un recorte de un trillón de dólares, que acabará con prioridades como educación, investigación médica y energía". "Algunos proponen evitar solamente los recortes en defensa. Esa idea es todavía peor", sentenció.

En contraposición, abogó por "una aproximación equilibrada al problema del déficit público, con recortes en el gasto y en el ingreso, con todo el mundo haciendo un esfuerzo justo, compartido". "Eso es lo que voy a ofrecer esta noche", anunció. En la partida de gasto, dijo que reformará el sistema Medicare para "ahorrar la misma cantidad de dinero durante la próxima década que las propuestas de la comisión Simpson-Bowles". En concreto, anunció que reducirá "los subsidios de los contribuyentes a las compañías farmacéuticas" y que basará el sistema de cobro en la calidad del servicio, no en el número de visitas o de recetas.

En la de ingresos, abogó por una reforma fiscal que permita acabar con "las lagunas y deducciones fiscales a los más ricos" y reducir los impuestos que pagan las pequeñas y medianas empresas para que puedan generar más puestos de trabajo.

"El déficit público es una gran emergencia. No podemos pasar una crisis a las siguientes generaciones", asumió. "Pero no se puede ahorrar cientos de millones de dólares en sanidad y educación sin acabar con las lagunas y deducciones fiscales. ¿Es eso justo?", cuestionó.

Medidas de apoyo

Si bien, subrayó que la reducción del déficit público "no es un plan económico por sí solo". Por ello, formuló una serie de propuestas que, aunque "no aumentarán el déficit público en un solo centavo", reactivarán la economía estadounidense. "No necesitamos un Gobierno más grande, sino uno más inteligente", sostuvo.

Así, prometió seguir ahondando en la industria estadounidense el gas y del petróleo para reducir la dependencia del extranjero y seguir invirtiendo en energías renovables para proteger el medio ambiente. A este respecto, anunció la creación de un fondo federal que subsidiará proyectos de eficiencia energética.

"Hoy ninguna idea es más prometedora que la energía, pero tenemos que hacer mas por el bien de nuestro hijos, tenemos que hacer más contra el cambio climático", defendió. "Podemos elegir creer que las olas de calor, las sequías, la inundaciones son una mera coincidencia o podemos elegir creer en el juicio mayoritario de la ciencia y actuar antes de que sea demasiado tarde", apuntó.

En segundo lugar, señaló la necesidad de mejorar la red de infraestructuras de Estados Unidos y ha anunciado un plan para asistir a las ciudades y comunidades más deficientes en este sentido. "Tenemos que hacer lo que nuestras empresas necesitan, tenemos que atraer capital privado, tenemos que probar que somos el mejor país del mundo para hacer negocios", dijo.

Sin embargo, consideró necesario que, en paralelo a todas estas medidas destinadas a la industria y los empresarios, "un día honesto de trabajo sea recompensado con salarios honestos". Por ello, recuperó la propuesta de Romney de subir el salario mínimo federal a nueve dólares por hora. "Declaremos que en la nación mas rica de la Tierra nadie que trabaje a tiempo completo vive por debajo del umbral de la pobreza", instó.

A continuación, recordó que a finales de 2014 los soldados estadounidenses en Afganistán volverán a casa. Un anuncio que mencionó al principio de su discurso y que provocó los primeros aplausos de la cámara de representantes. "Más allá de 2014, nuestro compromiso continuará pero la naturaleza cambiará", aseveró. 

Justicia social

Por otro lado, Obama consideró necesario combinar los esfuerzos en materia económica con una red de apoyo social, fijando sus prioridades en la educación, la reforma migratoria y la igualdad de trato entre hombres y mujeres. En cuanto a la educación propuso diseñar un plan para que toda la población tenga acceso a la educación preescolar, mejorar el equipamiento en los institutos –centrando la inversión en ciencia y tecnología– y reducir los costes de la educación universitaria.

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"Cuando invertimos en genoma humano, conseguimos un retorno de 150 dólares por cada dólar. Es hora de seguir haciendo estas inversiones en ciencia e investigación, es hora de llegar a ese nivel de inspiración y desarrollo no visto desde la carrera espacial", insistió. En materia migratoria, renovó su promesa electoral de impulsar una reforma integral en el Congreso. "Tenemos que garantizar que todo el mundo tiene la oportunidad de trabajar. Ha llegado el momento, pero tenemos que hacerlo con mayor seguridad fronteriza, con un camino responsable para ganarse la ciudadanía que incluye pagar impuestos, aprender ingles y ayudar a quienes intentan llegar de forma legal", desgranó.

"Pero, no podemos detenernos ahí", argumentó . "Nuestra economía también es más fuerte cuando nuestras madres, esposas e hijas pueden vivir sus vidas", sostuvo. A este respecto, ha instado al Congreso a aprobar una Ley sobre la Violencia de Género y a garantizar que "las mujeres pueden ganarse la vida de forma igual a sus esfuerzos".

Por último, anunció una comisión formado por expertos que han participado en su campaña electoral y en la de Romney para modificar el sistema de votación "porque el pueblo estadounidense lo exige y, sin duda, lo exige nuestra democracia".

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desplegó la pasada madrugada las líneas maestras de su segundo mandato, entre ellas un paquete de medidas para reactivar la economía estadounidense, centrado en la reducción del déficit público, al tiempo que reafirmó su compromiso con una seria de políticas sociales, entre ellas la reforma migratoria. "Hace 51 años, [el presidente estadounidense] John F. Kennedy declaró ante este Congreso que 'la Constitución no nos hace rivales por el poder, sino socios para el progreso'. Y es mi obligación informar y mejorar el Estado de la Unión", dijo en la apertura de su discurso.

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