Alemania
La policía dispersa a los antifascistas que intentaban impedir una marcha de homenaje al nazi Rudolf Hess
La Policía de Berlín dispersó este sábado a los manifestantes que intentaban impedir la marcha anual en homenaje al jerarca nazi Rudolf Hess en el aniversario de su muerte y detuvo a varios activistas antifascistas mientras unos 600 neonazis desfilaban por el barrio de Friedrichshain, informa Europa Press.
Un portavoz policial informó del arresto de varias personas que lanzaron piedras y botellas, pero no quiso dar más detalles sobre su número o su identidad. "Nuestros compañeros protegen todas las manifestaciones, sin importar su temática. Esto está consagrado por el derecho constitucional de reunión", destacó la Policía en Twitter.
Hasta 500 personas habían confirmado su asistencia a la convocatoria neonazi en uno de los dos puntos de reunión, la estación de Berlín-Spandau donde estaba la prisión donde Hess estuvo preso, pero en el momento de su comienzo apenas 50 estaban presentes, por lo que los propios convocantes cancelaron y se unieron a una segunda cita en Friedrichshain.
En cambio, varios cientos de antifascistas se habían concentrado en Spandau con pancartas con lemas como "No hay sitio para los nazis" o "Abuelas contra la derecha" convocados por partidos políticos, sindicatos, la Iglesia y grupos de izquierda.
El segundo punto de encuentro era en Friedrichshain, un barrio famoso por su actividad bohemia y noctura y donde la Policía intervino para garantizar el derecho de manifestación de los neonazis.
La Policía informó del despliegue de unos 2.300 agentes en toda la ciudad con motivo de la marcha en honor a Hess y del funcionamiento de varios controles para detectar armas o símbolos prohibidos –como la esvástica– en banderas, pancartas o tatuajes.
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Las protestas se celebran cuando se cumple el 31 aniversario de la muerte de Hess, considerado la mano derecha de Adolf Hitler durante el III Reich. Hess fue detenido en 1941 después de volar en solitario de Alemania a Escocia con la intención de negociar con los aliados el fin de la Segunda Guerra Mundial, que finalizó en 1945 con la capitulación incondicional de la Alemania nazi.
Hess fue condenado a cadena perpetua en los juicios de Núremberg, en los que sostuvo que no se arrepentía de nada. La antigua mano derecha de Hitler y vicepresidente del Partido Nacionalsocialista se suicidó en una prisión de Berlín-Spandau en agosto de 1987 al colgarse de un cable eléctrico a los 93 años y es venerado por los neonazis como si fuese un mártir.
La prisión que alojó a Hess durante 40 años fue demolida por temor a que se convirtiese en sitio de peregrinación para neonazis. En ese lugar fue erigido un centro comercial.