▼ Publicidad

Portugal sigue los pasos de Trump y quiere expulsar a 34.000 migrantes en pleno auge de la ultraderecha

El líder de Chega, André Ventura

Joana Rei

Lisboa (Portugal) —

Casi 34.000 inmigrantes tendrán que abandonar Portugal en las próximas semanas, tras ver sus pedidos de legalización denegados por la Agencia para la Integración, Migraciones y Asilo (AIMA). 

“Empezamos con 18.000 pedidos denegados y ya son casi 34.000 de los que, 1000 ya han sido notificados”, dijo el ministro de la Presidencia, Leitão Amaro, señalando que se enviarán cerca de 2.000 notificaciones al día.

Por ahora, se trata de una notificación de abandono voluntario que, de no cumplirse, se podrá transformar en una notificación coercitiva, pero solo “después de abrirse un nuevo procedimiento”, señaló el ministro. Todo el proceso de notificación realizado por la AIMA está siendo acompañado por las fuerzas de seguridad del Estado, que podrán ser accionadas en cualquier momento para la expulsión de los notificados. 

La medida entra dentro de un cambio de la política migratoria del país, que el Gobierno de Luis Montenegro inició la pasada legislatura, con la aprobación del Plan de Acción para las Migraciones que derogó una de las vías utilizadas para la regularización de quienes querían trabajar en Portugal: la “manifestación de interés”. 

Se trataba de un procedimiento criado en 2017, por el Ejecutivo de António Costa, que permitía la regularización de un trabajador que hubiera entrado de forma legal en el país y tuviese un contrato de trabajo. En 2019, el Gobierno cambió la ley y puso, como único requisito para la legalización, el haber cotizado durante un año a la Seguridad Social, aunque hubiese entrado de forma ilegal. Una política que el Ejecutivo de Montenegro tildó de “puertas abiertas de par en par” y eliminó con el nuevo plan. 

▼ Publicidad

Según el Gobierno actual, las nuevas medidas han permitido una “reducción del 60% en las entradas de inmigrantes para residir en el país”. “Desde hace un año que tenemos una política de inmigración regulada. El país tenía la herencia pesada, dejada por el anterior Ejecutivo, de una política de puertas abiertas de par en par, a la que el Estado no conseguía responder tanto a nivel de control de fronteras y fiscalización como en el apoyo a la integración”, dijo Amaro. 

“Política selectiva”

Para João Carvalho, investigador en el área de migraciones internacionales del Centro de Investigación y Estudios de Sociología de Lisboa, no se trata de una política restrictiva sino más bien “selectiva”. “Si bien es cierto que se derogaron los artículos 88 y 89 de la Ley de Extranjería, también es cierto que se ha mantenido el acuerdo de la CPLP [Comunidad de Países de Lengua Portuguesa] que permite a estos ciudadanos entrar en Portugal con un visado de turismo y pedir el permiso de residencia cuando encuentren trabajo”, explica. 

“Se trata de una legislación que quiere privilegiar los inmigrantes de habla portuguesa y apartar los demás. Teníamos un flujo de inmigración muy grande de inmigrantes asiáticos, sobre todo de la India, Nepal y Bangladesh y esos parecen ser los flujos no deseados”, señala.

▼ Publicidad

Efectivamente, si se desgranan los datos, de los 33.983 pedidos de legalización rechazados, 23.500 se refieren a ciudadanos del continente asiático: 13.466 de la India, 3.750 del Bangladesh, 3.279 de Nepal y 3.005 de Pakistán.

A los inmigrantes que ya habían entrado en el país y estaban en proceso de regularización cuando la ley se cambió – como estos 34.000 que acaban de ver rechazada su legalización – les quedan pocas vías de acceso. “Los inmigrantes que no pertenecen a la CPLP tienen ahora una situación muy precaria porque no podrán regularizar su situación por la vía laboral y podemos encontrarnos con situaciones de personas viviendo en el país, trabajando y cotizando, sin posibilidad de regularizar su situación”, explica. “Claro que hay otras vías, por el matrimonio o si llevan aquí los años suficientes para pedir la nacionalidad, pero la vía del trabajo ya no existe”. 

Para el investigador, la extinta “manifestación de interés” no ejercía un efecto llamada como defienden en el Gobierno. “Se nos olvida que en 2015 y 2016, António Costa visitaba campos de refugiados y ninguno quería venir para Portugal. ¿Porqué? Porque preferían otros países con una economía más fuerte”, señala. Para Carvalho, lo que determina los flujos migratorios es “el mercado y las oportunidades de empleo”. “Portugal está viviendo un ciclo de crecimiento económico muy fuerte y por eso las personas quieren venir a vivir aquí. Porque tienen trabajo”. 

La extrema derecha y la inmigración

La nueva política migratoria tampoco es ajena a los nuevos tiempos políticos y a la subida de la extrema derecha, con un discurso que criminaliza a los inmigrantes, sin que ningún dato lo avale. De hecho, el mismo proceso que dictó la expulsión de 34.000 migrantes, regularizó también a 150.000 pero la comunicación del Gobierno se hizo en base a los pedidos denegados. 

“Hay una lucha clara entre el PSD [Partido Social Demócrata] y Chega para politizar la cuestión de la inmigración, y ver quién es más fuerte, aunque todo el país sepa que necesitamos los flujos migratorios para que la economía siga creciendo”, indica Carvalho. “Lo que pasa es que los estudios nos dicen que cuánto más se habla de la inmigración, más crece la preocupación de la población sobre el tema, aunque no haya razones para ello”.

El Eurobarometro de otoño de 2024 es la muestra de ello. La inmigración es señalada como uno de los principales problemas del país por un 10% de la población, frente a un 3% en 2023. En los años anteriores, la cifra había oscilado entre 0% y 4%. 

Las elecciones en Portugal dejan herido el bipartidismo por el descalabro del PS y el aumento de la ultraderecha

Las elecciones en Portugal dejan herido el bipartidismo por el descalabro del PS y el aumento de la ultraderecha

En la reciente campaña electoral hasta el secretario general del Partido Socialista, Pedro Nuno Santos, resbaló hacia esa estrategia. En una entrevista al periódico Expresso, Santos defendió que el “PS no lo hizo todo bien en el tema de inmigración” y que “no podemos ignorar que la manifestación de interés tuvo un efecto llamada”, declaraciones que le valieron las críticas de sus propios compañeros de partido y le puede haber costado algún voto en las urnas, en los resultados más desastrosos de los últimos 40 años del PS. 

“Lo que los estudios nos dicen muy claramente es que estos intentos de acomodar el discurso de la extrema derecha son un fracaso y que lo único que hacen es darles más votos”, apunta Carvalho. “Si los demás partidos alimentan estos discursos, lo que hace el electorado es votar al original, no a la copia”. 

Los resultados de las pasadas elecciones parecen avalar los estudios: además de la estrepitosa caída de los socialistas, los resultados de la coalición de centro derecha tampoco fueron suficientes para frenar a Chega. El partido de extrema derecha fue el segundo partido más votado y alcanzó los 60 diputados.

Más sobre este tema
stats