"Hay una auténtica caza de negros": ONG denuncian el brutal acoso en Túnez a los migrantes subsaharianos
Hace apenas unos meses, los migrantes subsaharianos eran estigmatizados y señalados en las más altas esferas del gobierno. Ahora se les persigue en Túnez, principalmente en la ciudad costera de Sfax (al sur de Túnez), donde han estallado enfrentamientos en los últimos días. Desde principios de semana, se han organizado grupos de vecinos ebrios de nacionalismo y racismo para denunciar la presencia de migrantes subsaharianos y pedir que se les persiga y se les obligue a abandonar la ciudad.
El lunes por la noche, un tunecino de 42 años murió apuñalado por un migrante en el contexto de esos enfrentamientos. Fueron detenidos tres hombres, "sospechosos de estar implicados en este asesinato, y según las primeras informaciones son cameruneses, ", declaró a la AFP Faouzi Masmoudi, portavoz de la fiscalía de Sfax. En las redes sociales proliferan los llamamientos a la venganza, invitando abiertamente a arremeter contra los subsaharianos para vengar al hombre. Un joven con pasamontañas y el torso desnudo llama a la gente a salir a la calle y unirse a su grupo para "defender sus casas", abogando por la unidad.
Al parecer, los migrantes subsaharianos ya han sido desalojados por esos grupos organizados y entregados a la policía. Un vídeo muestra una veintena de migrantes amontonados en el suelo, rodeados de tunecinos, algunos con palos. Algunas personas resultaron heridas, según informó un médico de urgencias del hospital de Sfax en una página de Facebook, calificando la noche de "inhumana" y "sangrienta". Otros permanecieron encerrados en sus casas, sin atreverse a salir, según varias fuentes locales. El miércoles, más de un centenar de subsaharianos se dirigieron a la estación de Sfax para intentar llegar a Túnez capital y ponerse en contacto con las embajadas para organizar su regreso.
“La situación se ha complicado mucho", confirma Mohamed Wajdi Aydi, abogado y ex teniente de alcalde de Sfax responsable de migración. “Se observa una retórica muy agresiva contra los migrantes y enfrentamientos en varias partes de la ciudad entre inmigrantes y locales". El expolítico se refiere a "redadas policiales" y operaciones de traslado de cientos de subsaharianos a las fronteras terrestres sur y oeste, así como a la capital, "para el retorno forzoso de los inmigrantes" a Libia o a su país de origen. "Es lamentable".
Huir o refugiarse en casa
Marc (nombre ficticio), un marfileño que vive en Sfax desde hace cuatro años, dice que hay un clima de "terror". "Ya no somos bienvenidos en Túnez. La gente se presenta en nuestras casas a altas horas de la noche, a veces acompañados por la policía, haciendo comentarios racistas e inhumanos sobre nosotros, dañando nuestras casas y objetos personales, o incluso prendiendo fuego a nuestras viviendas", afirma. Y se pregunta por el Estado de derecho: "¿Qué sentido tiene la ley? Esto no es la jungla". Al parecer, una de sus amigas del África subsahariana, embarazada de ocho meses, fue secuestrada el domingo por la noche y no se sabe nada de ella.
Chris (ficticio), un camerunés que ya habló con nosotros, dice que ya no sale para evitar ser asaltado y devuelto a la frontera. "Estoy estresado y tengo mucho miedo. Dicen que da igual si tienes papeles o no, si te pillan te devuelven a la frontera. Y con estas temperaturas, eso equivale a matarnos...", dice el hombre, que ya ha intentado cruzar el Mediterráneo varias veces para llegar a Lampedusa, sin éxito. Luego encontró un "pequeño trabajo" en una tienda de ropa usada, pero ayer su patrón le pidió el pasaporte, temiendo también la intervención de las autoridades.
"Por un lado, tenemos una campaña de odio y xenofobia desde páginas web locales que ensalzan la identidad sfaxiana, y que dicen que se sienten abandonados por el Estado e invadidos por extranjeros, lo que ha provocado estos ataques a subsaharianos en los últimos días ; y por otro, el asesinato de un hombre en Sfax, del que se rumorea que podría ser un traficante de inmigrantes que los estafaba. La justicia abrirá una investigación", explica Hassan Boubakri, investigador y Presidente del Centro Tunecino para la Migración y el Asilo (Cetuma).
Ahora se ha desatado ya una auténtica caza de negros
Según un representante de la red EuroMed Rights, las tensiones ya habían comenzado antes de la muerte del tunecino, en un contexto de muchas llegadas a la ciudad de Sfax, sin que las autoridades ofrecieran ningún apoyo a los afectados. "Había una ausencia total de gobierno, lo que llevó a los migrantes a ocupar los espacios públicos porque no encontraban dónde alojarse, y los ciudadanos salieron a la calle para exigir al Estado que actuara", explica, refiriéndose a una situación de "caos".
El 25 de junio se organizó una manifestación frente a la sede de gobernación, encabezada por el activista Zied Mallouli, para denunciar la llegada de migrantes subsaharianos a la región, bajo el lema "Devuélvannos Sfax", y exigir soluciones a las autoridades. La situación "estalló" entonces, según el representante de EuroMed Rights, con la muerte del ciudadano tunecino. "Ahora se ha desatado ya una verdadera caza de negros".
Según Hassan Boubakri, las imágenes que muestran a grupos organizados acorralando a los migrantes hasta que llega la policía para llevarlos a comisaría o expulsarlos de la ciudad recuerdan el trabajo de las "milicias paralelas". "No ha habido ninguna toma de posición pública ni formal para detener a estos grupos", dice sorprendido. Este investigador, especialista en migraciones, señala también una "caza de africanos" y casos de "deportación" orquestados por las autoridades: "Muchos subsaharianos son subidos a autobuses o camiones y llevados de vuelta a la frontera con Libia para ser deportados. Puede tratarse de cientos de personas, entre ellas mujeres embarazadas y niños".
Muertes entre los deportados
En un vídeo publicado en las redes sociales, migrantes subsaharianos, entre ellos una mujer y un niño de corta edad, afirman haber sido abandonados en la frontera con Libia, en pleno desierto, y piden ayuda a las embajadas, pidiéndoles que intervengan. "Esto es el desierto, no hay agua, y nos están pegando aquí", dice el hombre que graba la escena. "Llevamos aquí cinco días. Nos han echado de nuestras casas en Túnez y los tunecinos nos han empujado a la frontera con Libia. No sabemos qué hacer", dice un hombre en otro vídeo, que muestra a hombres heridos y bebés sobre la arena.
En un comunicado titulado "Anatomía de una deportación forzosa a Libia", EuroMed Rights denuncia la deportación a Libia de un grupo de unos veinte migrantes y solicitantes de asilo procedentes de Costa de Marfil, Camerún, Malí, Guinea y Chad. Entre ellos hay seis mujeres, dos de ellas embarazadas, y una adolescente de 16 años. La ONG denuncia dos casos de deportación, los días 2 y 4 de julio, en los que la policía primero registró los domicilios de los migrantes, los detuvo, destruyó sus teléfonos móviles y les robó el dinero a algunos, antes de llevarlos a la frontera entre Túnez y Libia para abandonarlos allí.
Y lo peor es que varios migrantes ya han muerto en la frontera, según Human Rights Watch, que calcula que actualmente hay 500 personas allí: "Varias personas entrevistadas sobre el terreno afirman que la guardia nacional y los militares les han disparado o pegado. Además, una mujer guineana embarazada y su bebé murieron al dar a luz. También ha habido casos de agresiones sexuales y violaciones de mujeres en esta zona, por parte de las fuerzas de seguridad tunecinas o de libios, cuando cruzaban la frontera para conseguir comida", informa Salsabil Chellali, directora de la oficina de Human Rights Watch en Túnez, basándose en testimonios contrastados pero sin poder confirmar esta información con las autoridades.
“Me han violado en todas partes", grita una mujer en un vídeo que hemos conseguido. “Necesitamos vuestra ayuda, ¡tenéis que venir a ayudarnos!". Esta mañana se han llevado a más personas a "esta zona militarizada, inaccesible, donde nadie puede acudir en su ayuda", continúa Salsabil Chellali. “Son todos negros, entre ellos solicitantes de asilo y extranjeros con residencia legal, y una treintena de niños". Según el Foro Tunecino de Derechos Económicos y Sociales (FTDES) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), otros han sido conducidos a la frontera con Argelia.
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Human Rights Watch insiste en que lo más urgente ahora es "que las autoridades tunecinas permitan el acceso de la ayuda humanitaria para socorrer a estas personas, que en ocasiones han resultado heridas durante su detención o durante su traslado a esta peligrosa zona, donde sobreviven sin acceso a agua, alimentos ni atención médica".
Traducción de Miguel López