“Usted ha dicho que utilizaba medios clandestinos, un lugar oculto, teléfonos específicos, ¿por qué?”, pregunta la fiscal.
- “Nunca intenté ocultar nada", responde Txetx Etcheverry. “Yo manejaba las armas sin guantes. Nuestras acciones las hacíamos a cara descubierta.”
La "acción" en cuestión, coordinada por el activista ecologista Jean-Noël Etcheverry, conocido como Txetx, líder de los movimientos Bizi! y Alternatiba, consistía en recuperar e inutilizar un primer arsenal de armas de la organización clandestina vasca Euskadi ta Askatasuna (ETA) en el marco de su "desarme", un proceso supervisado por una Comisión Internacional de Verificación pocos años después del anuncio del fin de sus operaciones militares en 2011.
Pero el 16 de diciembre de 2016, Txetx Etcheverry fue detenido en Louhossoa, junto a otras cuatro personas, con el arsenal en cuestión, así como material para inutilizar las armas –una fresadora y un disco– y una cámara para filmar y luego publicar la acción. Aunque la operación era abiertamente pacifista, inicialmente se les acusó de "organización criminal".
A su lado estaba Michel Berhocoirigoin, conocido como "Berhoco", ex presidente de la Cámara Agraria Alternativa del País Vasco, presente en el lugar de los hechos junto a Etcheverry, también fue procesado. Michel Tubiana, ex presidente de la Liga de Derechos Humanos, que se mantuvo a distancia pero también estuvo muy implicado, no fue procesado. Ambos han fallecido ya.
Los pasados días 2 y 3 de abril, Txetx Etcheverry compareció ante el tribunal penal, junto con la periodista Béatrice Molle, que había participado en la operación alquilando parte de su casa en Louhossoa, acusados de "porte y transporte de armas" o "tenencia" y "transporte y tenencia de sustancias o productos explosivos", todo ello "con fines terroristas".
La fiscalía antiterrorista mantiene la acusación hasta el día de hoy. El miércoles, la fiscal solicitó una condena de dos años de prisión condicional para Txetx Etcheverry y de un año de prisión condicional para Béatrice Molle, así como la prohibición de portar armas durante cinco años para ambos acusados.
Lo absurdo de la acusación, y ahora del procesamiento, es evidente. Los activistas consiguieron en efecto continuar y finalizar la operación de desarme poco después de los sucesos de Louhossoa, el 8 de abril de 2017, entregando casi 3,5 toneladas de armas y explosivos, con el apoyo de numerosos actores de la sociedad civil, los "Artesanos de la Paz", y sobre todo con el acuerdo de las autoridades y las fiscalías de Bayona y París.
Entre los testigos, el ex prefecto de los Pirineos Atlánticos Éric Morvan y el ex ministro del Interior Matthias Fekl confirmaron el martes el contenido del acuerdo alcanzado con los activistas, incluso por parte de las autoridades judiciales, para garantizar la entrega de las armas.
Los abogados defensores han planteado este punto en repetidas ocasiones al representante de la fiscalía antiterrorista. En 2017, la fiscalía dio luz verde a este pequeño grupo de Louhossoa para llevar a cabo la operación del 8 de abril. ¿Pudo haberse comprometido con partidarios del terrorismo? Y ¿por qué se aprobó la operación del 8 de abril y se les acusa de la del 16 de diciembre?
Zulos de armas en el bosque
En el estrado, Béatrice Molle, de 68 años, recuerda sus pensamientos una semana antes de su detención. Txetx le había pedido que llevara a cabo la operación en su casa. "Me dijo 'piénsalo, es importante'”. Estaba sentada frente a la foto de su marido, un veterano activista de la causa vasca, buscando su aprobación. Entonces llegó a la conclusión de que él estaría "completamente de acuerdo". "Era su casa, y era una forma de homenajearle por su lucha", dice.
“Esta decisión es un poco difícil de asumir", la anima la presidenta del tribunal.
- “No se trata de una reunión más que no servirá para nada", dice la activista. “Estamos en un proceso de destrucción de armas".
Ella, que escribe editoriales para el Journal du Pays Basque –ahora Mediabask– dice que "siempre ha estado a favor de poner fin a la lucha armada" y de "que toda esa gente entre en el juego democrático". No participó "en la organización técnica de la operación", pero viajó en coche por todas partes para recoger a los que tenían que venir y que dejaron sus vehículos a distancia. La detuvieron a 500 metros de su casa, cuando regresaba.
Le toca a Txetx Etcheverry explicar cómo surgió el proyecto Louhossoa. Cómo empezó todo.
"En enero o febrero de 2016, mantenía conversaciones con Michel Berhoco", cuenta este activista de 59 años. “Había una Comisión Internacional de Verificación. ETA había permitido que las armas fueran inventariadas y precintadas. Cosas serias. Pero no se hizo nada. Había zulos de armas por ahí, desperdigados. No era normal. Pensamos que 'no podemos quedarnos de brazos cruzados'.”
La presidencia: "¿Dice usted que tuvo intermediarios que le hicieron creer que ETA estaba predispuesta a esa posibilidad?
- “Hubo contactos en marzo y abril de 2016", responde Txetx Etcheverry. “Michel Tubiana iba a venir a Biarritz. Empezamos a tantear el terreno y encontramos la vía. Dijimos ‘estamos dispuestos a asumir el riesgo de desmantelar vuestro arsenal’. Y lo primero que nos dijeron fue que tenían un canal oficial para un desarme seguro.”
El activista dice que sabía que "era el Elíseo". Pero en septiembre hubo un nuevo mensaje: las conversaciones habían fracasado por esa vía. Los Artesanos de la Paz decían estar "más preparados que nunca". "Queríamos hacer el desarme total, no sólo el simbólico", explica.
“Nos pusimos a organizar la operación de Louhossoa", continua. “Nos dijimos 'seguro que los servicios españoles nos siguen y nos trincan', así que siempre teníamos un plan A, y un plan B si nos detenían. Para nosotros, ambos planes tenían que conseguir el mismo resultado: el desarme total. Sabíamos que si Berhoco, Tubiana y yo éramos detenidos, la gente pensaría que algo iba mal.”
Los tres hombres enviaron copias de sus conversaciones con ETA a amigos y familiares para que las distribuyeran en caso de detención. Está su propuesta del 3 de octubre, la respuesta positiva del "comité de dirección de ETA" del 19 de octubre, otros dos emails de los tres pacifistas del 25 de octubre y del 2 de noviembre y, por último, una carta de respuesta de la "dirección de ETA" validando la transferencia de la "responsabilidad del desarme" a la sociedad civil, precisando que su "objetivo" era "poder declarar cuanto antes que ETA ya no es una organización armada".
Claves e instrucciones
“Está usted acostumbrado a organizar operaciones tipo Greenpeace", dice la presidenta. “Usted compró cinco o seis teléfonos, y el camión se matriculó a nombre del Sr. Berhocoirigoin. Alguien compró la fresadora. Y se hicieron fotos el día anterior...”
- “Sí, había preparado unos tuits”, responde Txetx Etcheverry. “Estaba acostumbrado a llevar a cabo operaciones no violentas. Me encargaba de muchas tareas logísticas, pero las decisiones se tomaban conjuntamente. Berhoco tenía la idea de comprar una máquina de compresión, pero Tubiana le dijo ‘no, nos pueden acusar de destruir pruebas’. Queríamos recortar los cañones de las armas largas y perforar el tambor.”
- “Hay unas normas precisas para inutilizar las armas", objetó la presidenta.
- “Era simbólico", admite el activista. “Pero habíamos sido bien entrenados. Manejamos las cajas con infinito cuidado. Teníamos que poner los explosivos y los detonadores en baúles separados".
Txetx, que conducía la furgoneta, se encargó de recoger las cajas, con un coche delante y otro detrás. Esas cajas de armas y explosivos habían sido "inventariadas". “Había diez cajas grandes, cada una de las cuales contenía armas cortas, armas largas y algunos explosivos y munición", prosigue. “Todas estaban cerradas con candados.”
Unos meses antes, un sacerdote vasco, Mikel Epalza, había recibido un juego de llaves e instrucciones de un emisario de la Comisión de Verificación. Ese día, recibió instrucciones de ir a un hotel donde se encontró con Béatrice Molle, que le llevó a su casa. Según Txetx, otro sacerdote, irlandés, que ya había participado en mediaciones en Irlanda, había llegado a la zona para comprobar que las armas habían sido inutilizadas. Pero a las cinco de la tarde sonó el móvil de Txetx.
"Tenía a dos personas con prismáticos vigilando la zona y me dijeron 'cuidado, hay un montón de coches'. Le pedí a Michel Bergouignan [otro activista, ya fallecido] que fuera a echar un vistazo. Enseguida vio los coches y la cara de la gente que había dentro, lo entendió enseguida".
El activista avisó a Berhoco y a Béatrice Molle, que habían ido a reunirse con Michel Tubiana, de que la casa estaba "rodeada de polis". Berhoco optó por volverse, mientras que la abogada, que había sido avisada, "se quedó fuera". "Pensamos que al menos uno de nosotros debía quedarse fuera para hacer de altavoz", explica.
El asalto policial no fue inmediato, por lo que el equipo se puso a preparar su vídeo. Se abrieron las cajas. "Llevó mucho tiempo, las armas estaban envueltas en cinta adhesiva, celofán y cubiertas por una espesa masa de grasa". Una vez grabado, Txetx anunció la primera fase del desmantelamiento del arsenal de ETA, diciendo que se había recuperado el 15%. “Pretendemos inutilizar estas armas, trocearlas, agujerearlas...", explicó ante la cámara. “Inutilizar todo lo que se pueda, y luego iniciaremos conversaciones con las autoridades para poder entregar esa parte y ver cómo podemos entregar el resto y el arsenal ordenadamente y con seguridad".
La redada se inició a las 20.30 horas.
Un relato colectivo
Una vez detenidos, los militantes se muestran inflexibles. "Dijimos 'ETA nos ha dado la responsabilidad del desmantelamiento, así que vamos a llegar hasta el final'. Lo que pedimos es que el Estado nos ayude. Nos soltaron y eso es lo que dijimos, que íbamos a continuar. Queríamos terminar. Estamos preparando muchos Louhossoa.”
Txetx, Berhoco y Tubiana envían mensajes a todas partes, incluso al nuevo primer ministro Bernard Cazeneuve, que sustituyó a Manuel Valls el 6 de diciembre de 2016. Berhoco, sindicalista de agricultores, se reúne con el ministro de Agricultura, Stéphane Le Foll. Los diputados del país vasco también se implican y se reúnen con el primer ministro. Se pone en marcha la operación del 8 de abril. El primer ministro hace saber que "no se opondría al desarme".
Poco después, Txetx se pone en contacto con el prefecto de los Pirineos Atlánticos, Éric Morvan, que había sido jefe de gabinete adjunto de Bernard Cazeneuve en el Ministerio del Interior. Se celebra una primera reunión en la subprefectura de Bayona. "Me dijo: 'No estoy aquí para tomar decisiones, estoy aquí para escuchar'", recuerda el activista. “Le expliqué todo el plan, las limitaciones técnicas, etc.". Una reunión tras otra y, “poco a poco, llegamos a un acuerdo. Con comentarios del gobierno y de la fiscalía", resume Txetx.
Respaldado por una gran movilización popular en Bayona, el desarme del 8 de abril de 2017 se desarrolló sin incidentes. Se garantizó la libertad de movimientos de los activistas, “hubo cero controles" y las armas se llevaron a ocho puntos de entrega, donde la policía se hizo cargo de ellas. En la semana previa, la policía española comunicó a la francesa que había "localizado dos zulos", pero el Gobierno francés respondió que "no intervenía para no poner en peligro el 8 de abril".
Después del 8 de abril, Txetx organizó la entrega de algunas armas que "no habían sido localizadas a tiempo". Las autoridades le facilitaron un teléfono específico para llevarlas a los lugares acordados. Esas dos operaciones tuvieron lugar en febrero y abril de 2018.
"¿Entiende el proceso penal abierto contra usted?", le pregunta uno de sus abogados. "No me corresponde a mí juzgarlo", responde, antes de rendir homenaje a sus tres socios en la acción de Louhossoa, Berhocoirigoin, Tubiana y Bergouignan. “Podemos estar orgullosos de ellos", afirma. “En cuatro meses, dimos por cerrado el asunto del desarme, que condujo a la disolución de ETA, con su "declaración final" el 3 de mayo de 2018."
"El 8 de abril fue un momento álgido, un relato colectivo. Lo que hizo el pueblo vasco fue pasar página", añade.
Pero la fiscalía antiterrorista aún no ha pasado página. "Los hechos forman parte del plan para detener la violencia, y no para cometer atentados, es cierto", admite la fiscal Aurélie Valente, pero proceden "del proyecto de ETA". De esta forma, para lograr una condena, bastaría con decir que los acusados "se asociaron a un grupo de conocida naturaleza terrorista".
Aunque "el conflicto armado no se ha reanudado en territorio francés desde 2018", ello no debe suponer "impunidad alguna" ni “exención de pena alguna", según la fiscal, que pide al tribunal que "no se deje manipular".
La autoridad judicial y la fiscalía validaron la operación de desarme de ETA el 8 de abril de 2017
“No hay nada escrito, yo no escribo nada, el gabinete del ministro del Interior no escribe nada, el fiscal de Bayona no escribe nada", testificó el ex prefecto de Pirineos Atlánticos, Éric Morvan. “Todo es fruto de conversaciones entre personas que actuaban de buena fe, que eran responsables y que querían acabar cuanto antes, en condiciones de máxima seguridad". El alto funcionario confirmó al tribunal el acuerdo informal alcanzado con los Artesanos de la Paz y sus conversaciones con Txetx Etcheverry.
“Me explicó su intención y la de sus socios de entregar el arsenal de ETA que tenían a su disposición, con el temor de que, una vez entregadas las armas, las personas que las posean o estén cerca de ellas no sepan qué hacer", dijo el alto funcionario. “Se trata de un asunto jurídico, y no me corresponde a mí dar garantías de ningún tipo".
Entonces el prefecto remitió el asunto al ministro del Interior, Matthias Fekl, y al primer ministro, Bernard Cazeneuve. “Recibí una respuesta totalmente positiva", prosiguió Éric Morvan. “Pero no había que hacer nada sin que la fiscalía, la autoridad judicial, estuviera informada de forma continua y transparente".
El alto funcionario "se puso en contacto" con el fiscal de Bayona, que a su vez se puso en contacto con la fiscalía de la República. La fiscalía aceptó no preocupar a las personas implicadas en la entrega.
El ex ministro del Interior, Matthias Fekl, también declaró ante el tribunal. Había hablado del proyecto con el presidente de la República, el primer ministro y varios diputados locales. "La preocupación, y la obsesión, era trabajar en estrecha colaboración con las autoridades judiciales", explicó. El proceso fue "un gran paso adelante en materia de seguridad", subrayó.
Ver másETA anuncia la entrega de todas sus armas el 8 de abril
Traducción de Miguel López
“Usted ha dicho que utilizaba medios clandestinos, un lugar oculto, teléfonos específicos, ¿por qué?”, pregunta la fiscal.