Aquí, una foto de Emmanuel Macron. Ahí, una foto de Emmanuel Macron. En ese rincón, otra foto de Emmanuel Macron. No se trata de una colección en honor del Jefe del Estado, sino del nuevo museo de la Presidencia de la República, inaugurado en julio frente al Elíseo. El museo pretende “llevar a cada ciudadano francés entre los bastidores de una casa que le pertenece por destino”. Paseando por los 600 metros cuadrados de esta galería de paredes blancas, uno tiene la impresión de entrar en el refugio de la pareja presidencial y de algunos de sus amigos más preciados.
A la entrada, un espacio de ventas recibe a los visitantes, prolongación de la tienda online que el presidente de la “start-up nation” puso en marcha en junio de 2018. La iniciativa, que desde entonces tiene un rival en una web parodia (en la que se pueden encontrar camisetas “Ecoterroristas” y tazas “49.3”), ha tenido resultados más que moderados. Las ventas de 350 productos “made in France”, de una cuarentena de marcas, reportaron 186.000 euros sin impuestos en 2023, lo que supone un aumento del 5% en un año. Al mismo tiempo, los gastos de la Presidencia se han desbocado, arrojando un déficit de 8 millones de euros. Sólo la majestuosa recepción en honor de Carlos III en septiembre de 2023 en el Palacio de Versalles costó la friolera de 474.851 euros.
El nuevo museo, desarrollado por el departamento de comunicación de la Presidencia, presenta una serie de soportes diseñados para coincidir con las Jornadas Europeas del Patrimonio, al tiempo que pretende generar recursos para la renovación del palacio.
Esta vocación comercial se refleja en los precios que se cobran en la boutique por su “colección de verano”. La petaca de 50 centilitros con el logotipo del Elíseo cuesta 28 euros (8 euros menos, sin el logotipo, en la página web del fabricante). Una bolsa para bolas de petanca (sin las bolas) cuesta 35 euros. También hay gafas de sol para niños a 37 euros y un bolígrafo de cuatro colores, 4 euros.
Según Le Parisien, el coste total de la reforma del museo fue de 3,5 millones de euros. Esto no incluye los gastos de alquiler, personal y estudios preparatorios —los realizados a finales de 2023 costaron 48.000 euros, según el Tribunal de Cuentas—. Los magistrados financieros, que aún no han podido ver todos los detalles presupuestarios, tienen previsto examinar el asunto el año que viene.
Todo por Macron
En la primera planta, donde hay un refectorio con capacidad para unas cincuenta personas, el café normal cuesta 3,50 euros. La carta también ofrece bollería y pastelería (entre 9 y 12 euros) basadas en creaciones de Fabrice Desvignes, jefe de cocina del Elíseo, Mejor Obrador de Francia y ganador del Bocuse d'Or. El menú no podía prescindir de las “golosinas” (entre 6 y 8 euros) del chef Alain Ducasse, amigo de los Macron, homenajeado cada poco por el Elíseo. Ducasse no dudó en ayudar a elegir al Presidente en 2017, organizando gratuitamente un cóctel para recaudar fondos en uno de sus restaurantes de Nueva York (EEUU). El chef, nacionalizado monegasco (paraíso fiscal) en 2008, fue designado entonces para varias cenas de Estado.
¿Y dónde empieza el museo? A medida que avanza la visita, la promesa inicial se reduce a la mínima expresión. En algunos lugares se exponen piezas de porcelana y orfebrería, con la Marsellesa de fondo. En un letrero se puede leer que “el esplendor de este lugar nunca es vana ostentación ni un lujo inútil: si los jefes de Estado han reunido en el Elíseo los objetos más preciosos y las manufacturas más refinadas, es para hacer brillar a Francia a los ojos de nuestros interlocutores extranjeros que son recibidos aquí”.
Desde 2017, Brigitte Macron ha puesto en marcha la renovación de los salones, a razón de uno por año, con un coste de al menos un millón de euros cada uno. “Todo era Imperio. Queríamos aportar modernidad. Había problemas de filtraciones y los tapices olían a tabaco”, explicó en Le Monde en 2021.
En una pantalla pueden verse imágenes de personalidades internacionales recibidas por el matrimonio Macron en la escalinata del Elíseo: el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres; los jefes de Estado Joe Biden, Volodímir Zelensky, Félix Tshisekedi; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, etc. Estamos pendientes a ver si hay una foto de la visita del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Ben Salman, que fue recibido con todos los honores en París en junio de 2023, cinco años después de haber ordenado el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Pero por pudor los equipos del Elíseo han decidido no incluirle en la muestra.
En la sala contigua, el Salon Doré, despacho de los presidentes franceses desde el general De Gaulle en 1958, ha sido totalmente reconstruido. Los turistas se paran ahí para hacerse una foto. Las paredes están decoradas con imágenes del personal del Elíseo: jardineros, auxiliares de antesala, archiveros, técnicos de mantenimiento, bomberos y la tapicera.
Hay tres fotos que muestran a los hombres del GSPR, el grupo de protección del Presidente francés, en acción en torno a un joven y atlético Emmanuel Macron. Fueron tomadas después del verano de 2018: Alexandre Benalla, el consejero del presidente encargado de remodelar a su manera el GSPR para convertirlo en una “guardia presidencial”, ha desaparecido de la historia.
Los amigos Bernard Arnault y Stéphane Bern
Estamos en el corazón del poder, pero la política no aparece por ninguna parte. No hay referencias a presidencias anteriores, aparte de algunas materiales: el despacho del general De Gaulle; una alusión a la renovación de la Salle des Fêtes por François Mitterrand; o una pastelería de Correze en referencia a Jacques Chirac. No hay la menor mención a Nicolas Sarkozy, lo que parece atrevido conociendo el temperamento del expresidente...
En una salita dedicada a los regalos oficiales, viajamos desde Uzbekistán (un reloj regalado durante la visita del presidente en 2022) a Chile (un par de espuelas de gaucho regaladas en 2018). También se exponen dos objetos regalados por el Jefe del Estado francés a las esposas de sus homólogos extranjeros. ¿Ha hablado el inconsciente? Son un foulard Hermès y un broche Louis Vuitton, de LVMH, el grupo de productos de lujo propiedad de Bernard Arnault, el hombre más rico de Francia y mecenas de Brigitte Macron.
De lejos se oye la voz de Stéphane Bern. Este otro amigo íntimo de la pareja presidencial, a quien le han confiado la gestión del patrimonio, ha sido elegido para comentar un vídeo en 3D proyectado en una gran pantalla curva. El presentador promete “desvelar los misterios” de una historia que se remonta tres siglos atrás, desde la construcción del Elíseo.
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El vídeo dura seis minutos: es una rápida lección de historia sobre la arquitectura del Palacio del Elíseo, desde su construcción en el siglo XVIII (que entonces se llamaba Hôtel d'Évreux), durante la monarquía absoluta, hasta su transformación, bajo la V República, la monarquía republicana que hoy permite a un presidente gobernar el país durante semanas independientemente de los resultados electorales.
Traducción de Miguel López
Aquí, una foto de Emmanuel Macron. Ahí, una foto de Emmanuel Macron. En ese rincón, otra foto de Emmanuel Macron. No se trata de una colección en honor del Jefe del Estado, sino del nuevo museo de la Presidencia de la República, inaugurado en julio frente al Elíseo. El museo pretende “llevar a cada ciudadano francés entre los bastidores de una casa que le pertenece por destino”. Paseando por los 600 metros cuadrados de esta galería de paredes blancas, uno tiene la impresión de entrar en el refugio de la pareja presidencial y de algunos de sus amigos más preciados.