Hacia una nueva Comisión Europea sin paridad y con más influencia de la derecha
La próxima Comisión Europea de Ursula von der Leyen parece que estará más dominada por los hombres y será más de derechas. En declaraciones a los periodistas en Estrasburgo el 18 de julio, la política conservadora alemana había sin embargo prometido paridad en su futuro ejecutivo, e instó a las capitales a que le enviaran no uno, sino dos candidatos, un hombre y una mujer, para cada puesto de comisario, lo que le permitiría formar un equipo totalmente paritario a su gusto.
Pero no ha salido según lo previsto. Las capitales han hecho caso omiso a su petición. Hasta ahora, diecisiete países ya han propuesto a un hombre, sólo a un hombre, sin cumplir las instrucciones. Se han propuesto los nombres de siete mujeres, incluida la propia Ursula von der Leyen. Hasta el jueves 29, tres países (Bélgica, Bulgaria e Italia) aún no habían dado a conocer su candidatura.
No hay garantías de que los países que aún no lo han hecho presenten candidatas. En Italia, parece estar sobre la mesa el nombre del ex eurodiputado Rafaele Fitto , aunque aún no se ha notificado formalmente. En Bélgica, donde el estancamiento de las negociaciones para un gobierno federal prolonga el suspense sobre el nombramiento de un candidato, el actual titular Didier Reynders parece ahora el favorito para sucederse a sí mismo.
Según el medio Politico, von der Leyen está en la recta final intentando convencer a tres “países pequeños”, entre ellos Malta, para que cambien a su candidato por una candidata, con la oferta de una cartera más influyente dentro de la Comisión. De momento, la maniobra no ha funcionado.
En 2019, la primera Comisión von der Leyen se había convertido en el equipo más paritario desde el inicio de la UE, con 12 mujeres entre los 27 comisarios, frente a las 8 entre 28 de Jean-Claude Juncker (2014-2019). En la primera Comisión de José Manuel Barroso (2004-2009) solo había 7 mujeres. La alemana, primera mujer al frente de la Comisión, creada en 1958, también se había comprometido a que en 2019 los gabinetes de los comisarios estuvieran compuestos a partes iguales por hombres y mujeres.
¿Rechazo de candidatos?
Más allá de la cuestión decisiva de la paridad para la dirección de las políticas públicas, este episodio es una prueba de autoridad para la presidenta de la Comisión, validada por el Parlamento Europeo a mediados de julio con un resultado más holgado que en 2019. Según observadores como el jurista Alberto Alemanno, von der Leyen podría, basándose en el artículo 17.7 de los Tratados, rechazar las propuestas de los Estados miembros en nombre del respeto de la paridad.
Un equipo no paritario “señalaría la incapacidad de von der Leyen para imponer su voluntad a las capitales desde el principio de su mandato, lo que equivaldría a aceptar que los intereses nacionales –la elección unilateral de los Estados miembros– priman sobre el interés general de la UE –una Comisión basada en la paridad”, insiste Alberto Alemanno, profesor de la Escuela de Estudios Superiores de Comercio de París.
Esta debilidad de comienzo podría tener consecuencias de gran alcance. Después del 30 de agosto, está previsto que la presidenta asigne las carteras, de mayor o menor prestigio, en función de las candidaturas que reciba. A continuación, cada comisario será sometido a examen por un grupo de eurodiputados para finalmente pasar por el voto del Parlamento Europeo para aprobar la Comisión en su conjunto.
La Cámara podría intentar rechazar a los candidatos masculinos, o incluso socavar todo el proceso de creación del nuevo ejecutivo, opción ésta muy poco probable pues la mayoría que eligió a von der Leyen en julio no tiene ningún interés en provocar una crisis institucional en un momento internacional especialmente tenso, y a pocas semanas de unas elecciones clave en Estados Unidos.
La estonia Kaja Kallas para la diplomacia
El probable desequilibrio de género de la futura Comisión se explica en parte por la decisión de cinco países de volver a nombrar a los comisarios salientes, cinco hombres, entre ellos el francés Thierry Breton y el holandés Wopke Hoekstra (que se incorporó a medio mandato, en sustitución de Frans Timmermans). Será difícil que von der Leyen se oponga a su continuidad, aunque las relaciones con Thierry Breton en particular sean difíciles.
Por el momento, los únicos países que han presentado candidatas, aparte de Alemania, son Croacia (la comisaria saliente Dubravka Šuica), España (la actual vicepresidenta socialista del Gobierno de Madrid, Teresa Ribera, anunciada para asuntos climáticos), Estonia (la liberal Kaja Kallas, que dimitió como primera ministra en julio para convertirse en jefa de la diplomacia de la UE), Finlandia (la eurodiputada conservadora Henna Virkkunen), Portugal (la economista conservadora Maria Luís Albuquerque) y Suecia (la actual ministra de Asuntos Europeos, Jessika Roswall).
Ursula von der Leyen se enfrenta además a otra delicada ecuación, menos visible hasta ahora, pero que también podría convertirse en un quebradero de cabeza en el reparto de carteras: es probable que su equilibrio político se desplace un poco más a la derecha. En este momento, trece de los candidatos conocidos están vinculados al mayor grupo del Parlamento Europeo, el PPE (derecha); cuatro al grupo Renew (liberales), y cinco a los socialdemócratas.
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Durante el anterior mandato de von der Leyen, los socialdemócratas disponían de nueve carteras (el PPE tenía nueve, los liberales cuatro). Esta pérdida de influencia de los socialistas en el Ejecutivo, si se confirma una vez conocido el equipo completo, podría provocar cierta estridencia en el Parlamento, donde el grupo S&D ha limitado bastante los daños durante las elecciones europeas (135 diputados electos, frente a los 140 de 2019).
Traducción de Miguel López