De la reelección de Trump al genocidio de Gaza: 2024, un año demoledor según Amnistía Internacional

Un grupo de palestinos hacen fila para recibir una ración de comida de un comedor social en Jabalia, en Gaza.

Jérôme Hourdeaux (Mediapart)

Este un mundo al borde del precipicio, liberticida, autoritario y xenófobo, describe Amnistía Internacional este martes 29 de abril en su informe anual sobre la situación de los derechos humanos. El informe es un grito de alarma y un último llamamiento a la reflexión antes de que nuestras sociedades entren definitivamente en una nueva era oscura.

“La humanidad se encuentra en un punto de inflexión de su historia”, afirma sin ambages en el prefacio del informe la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard. “Fuerzas de una magnitud sin precedentes quieren acabar con el ideal de los derechos humanos para todos [...]. La cruzada religiosa, racista y patriarcal que llevan a cabo, cuyo objetivo es instaurar un orden económico que genere desigualdades cada vez mayores entre los países y dentro de ellos, pone en peligro los avances logrados con tanto esfuerzo en los últimos 80 años en materia de igualdad, justicia y dignidad”.

La ofensiva reaccionaria contra el Estado de derecho y las libertades individuales no es nada nuevo y viene siendo denunciada desde hace muchos años por defensores de los derechos humanos, ONG e instituciones independientes. Esta ofensiva se ha visto reforzada por las diferentes crisis, tanto climáticas como sanitarias, así como por “decisiones políticas” que “han aumentado las desigualdades y enriquecido a los multimillonarios”, escribe Agnès Callamard.

“Y mientras las señales de alarma se encendían una tras otra, 2024 ha sido el año del genocidio”, prosigue la secretaria general, denunciando la actitud de “Israel y sus poderosos aliados, entre los que se encuentran los Estados Unidos”, que se niegan a aplicar el derecho internacional y, en particular, las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia y del Tribunal Penal Internacional sobre los crímenes cometidos por el ejército israelí en Gaza.

“En 2024, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha continuado con su política de ataques sistemáticos contra infraestructuras civiles en Ucrania”, añade Agnès Callamard. “En 2024, la guerra y la hambruna causaron miles de muertos en Sudán, escenario de la mayor crisis mundial de desplazamientos forzados, ante la indiferencia casi total de la comunidad internacional. […] En resumen, el año 2024 nos ha deshumanizado a todos”.

Un año que, además, concluyó con la reelección de Donald Trump en la Casa Blanca y la llegada al poder en Estados Unidos de la extrema derecha, que desde entonces ha comenzado a aplicar su política xenófoba y discriminatoria con una violencia nunca vista.

Guerras y represiones

En casi 500 páginas, el informe anual de Amnistía Internacional enumera los diferentes derechos humanos atacados durante el año pasado y dedica una ficha a cada país.

En primer lugar, los conflictos armados han seguido desgarrando a muchos países y “han tenido efectos devastadores en la vida de millones de personas en todo el mundo”, en particular debido a la comisión de crímenes de guerra. El informe recuerda que hay conflictos en curso “en Burkina Faso, Camerún, Etiopía, Irak, Israel y los territorios palestinos ocupados (TPO), Libia, Malí, Mozambique, Myanmar, Níger, Nigeria, República Centroafricana, República Democrática del Congo (RDC), Somalia, Sudán, Sudán del Sur, en Siria, Ucrania y Yemen”.

Los crímenes de guerra, por su parte, siguen quedando impunes en muchos casos, sobre todo debido a la inacción de las instituciones internacionales, empezando por el Consejo de Seguridad de la ONU, paralizado por el derecho de veto de sus cinco miembros permanentes —China, Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido—, cuya reforma reclama Amnistía. “Estas instituciones están perdiendo legitimidad y su continuidad está en entredicho”, alerta el informe.

También ha continuado la “represión de la disidencia” e incluso se ha extendido. “Se han adoptado o propuesto nuevas regulaciones restrictivas del derecho a manifestarse en Argentina, Georgia, Nicaragua, Pakistán y Perú”, escribe Amnistía. “En algunos países, como Turquía, las autoridades han prohibido de forma general todas las manifestaciones”. El informe denuncia además “el uso de armas letales o de baja letalidad contra manifestantes”, que “ha causado muertos y heridos en todo el mundo”.

“Los derechos a la libertad de expresión y de asociación” también han sido objeto de “ataques generalizados” en todo el mundo. “Las prácticas represivas de los Estados han incluido detenciones arbitrarias, torturas, enjuiciamientos injustos de personas críticas con ellos o de opositores, así como el uso de software espías”, detalla el informe.

Ataques contra mujeres y minorías

La discriminación han seguido afectando a numerosas comunidades, empezando por los inmigrantes y los refugiados. Así, “Estados de todo el mundo han tomado medidas extremas y violentas para impedir las llegadas irregulares y devolver por la fuerza a las personas afectadas. En particular, han trasladado a otros países la responsabilidad de los refugiados migrantes, han cerrado fronteras y han llevado a cabo expulsiones masivas”.

“Los grupos marginados, en particular los racializados, étnicos o minoritarios” siguen “enfrentándose a una discriminación sistémica y a desigualdades muy arraigadas, que han tenido profundas repercusiones en los derechos fundamentales”, prosigue Amnistía. “Ha persistido el perfil étnico y el racismo institucional en ámbitos como el mantenimiento del orden y la protección social , lo que pone de relieve el carácter endémico de estas injusticias”, precisa el documento.

El informe hace un llamamiento para “poner fin a la discriminación racial arraigada en las leyes y las prácticas, abordar la cuestión de la justicia reparadora por la esclavitud y el colonialismo, y combatir el legado de estas injusticias históricas que se manifiesta en las formas contemporáneas de racismo y desigualdad”.

Como era de esperar, las mujeres y las comunidades LGTBIQ+ han seguido siendo especialmente perseguidas en 2024, sobre todo en Afganistán, donde “el 50 % de la población (es decir, todas las personas de sexo femenino) estaba condenada a lo que muchos califican de muerte lenta”. De hecho, “el régimen talibán ha convertido la mera presencia de las mujeres y las niñas en la esfera pública en un delito penal”.

“En Irán, las nuevas leyes sobre el uso obligatorio del velo, que prevén multas muy elevadas y penas de prisión, e incluso flagelación, han aumentado la represión contra las mujeres y las niñas”, prosigue el informe anual.

Los regímenes religiosos no son los únicos que han aplicado una política sexista, y las “violaciones de los derechos de las personas LGTBI se han multiplicado en casi todas partes”. “Desde Argentina hasta Rusia, los gobiernos han adoptado leyes o políticas que restringen el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva”, subraya Amnistía. Así, “en Estados Unidos, Meta y TikTok han eliminado de sus contenidos cierta información sobre el aborto”.

Hacia una “era brutal”

Amnistía Internacional se muestra preocupada por el aumento de las “injusticias económicas y climáticas”. De hecho, todos los Estados han fracasado a la hora de garantizar a sus ciudadanos el derecho a un medio ambiente saludable. Y aún peor, algunos “han optado por desarrollar su economía mediante inversiones en sectores y proyectos que vulneran los derechos humanos”. El informe subraya que, por ejemplo, “algunos países han concedido subvenciones públicas directas o indirectas considerables al sector de los combustibles fósiles”.

La reelección de Trump como presidente de los Estados Unidos ha concluido este año como símbolo de la toma del poder por parte de las fuerzas reaccionarias y antidemocráticas en todo el mundo.

Con el regreso del líder de la extrema derecha estadounidense a la Casa Blanca, “nos vemos lanzados a gran velocidad hacia una era brutal en la que el poder militar y el poder económico irrumpen en el ámbito de los derechos humanos y la diplomacia, en la que las políticas públicas están determinadas por jerarquías de género o raciales, así como por una lógica de suma cero, y en la que las relaciones internacionales están dictadas por un nacionalismo nihilista”, advierte Agnès Callamard en el prefacio.

Pero “no nos equivoquemos”, advierte la secretaria general de Amnistía. “Donald Trump no es el único responsable. Las raíces del mal son mucho más profundas. Y, a menos que haya una resistencia concertada y valiente, este giro histórico se convertirá en una verdadera transformación: ya no será una época de cambio, sino un cambio de época”.

HRW publica una “recopilación” de los 100 días de Trump

Antes de que Donald Trump cumpla los “100 días” en la Casa Blanca de Estados Unidos, Human Rights Watch (HRW) publicó el jueves 24 de abril una “recopilación” de las cien medidas más liberticidas y discriminatorias adoptadas por la nueva Administración presidencial americana.

“Los primeros cien días del Gobierno de Trump han sido un aluvión incesante de medidas que violan, amenazan y debilitan los derechos humanos de la población en Estados Unidos y en el extranjero”, explica esta ONG en su comunicado. HRW ha recopilado su selección de las cien medidas en forma de infografías agrupadas por temas: “atacar el trato justo y equitativo”, “deportar a personas en peligro”, “reducir las protecciones sanitarias, medioambientales y sociales”, “situar al ejecutivo por encima de la ley”, “amenazas contra las libertades de expresión, reunión y acceso a la información” y “debilitar los derechos humanos en el mundo”.

Entre este centenar de medidas, la ONG cita algunas en su comunicado de prensa: la expulsión ilegal de ciudadanos salvadoreños, los ataques contra la libertad de expresión de los manifestantes que apoyan al pueblo palestino o el fin de la ayuda humanitaria internacional y los ataques contra todos los programas de “diversidad, equidad e inclusión”.

“Tememos que estos ataques contra las libertades fundamentales continúen a un ritmo sostenido”, alerta en el comunicado Tanya Greene, directora del programa estadounidense de HRW.

Balance en Francia: discriminación, ataques a las libertades y vigilancia masiva

En materia de discriminación, el informe de Amnistía Internacional sobre Francia expresa su “profunda preocupación” por el “aumento de los delitos de odio antisemitas, islamófobos o racistas”. Amnistía Internacional señala en particular “la práctica de los controles de identidad discriminatorios”, que sigue siendo “muy extendida”. El informe cita también el caso de las deportistas musulmanas a las que se impide llevar el velo y expresa su preocupación por la propuesta de ley que restringe el ius soli para los niños nacidos en Mayotte, actualmente examinada por el Consejo Constitucional. Los debates que condujeron a la adopción de la ley de inmigración también estuvieron impregnados de “discursos xenófobos y denigrantes”, según el informe.

En cuanto a la libertad de expresión y de manifestación, el informe denuncia las “restricciones excesivas y desproporcionadas” que han afectado a personas que expresaban “su solidaridad con el pueblo palestino”.

“Otros grupos también han sufrido restricciones excesivas”, prosigue el análisis, citando los casos de los activistas que luchan contra los proyectos de megabalsas, los ecologistas que practican la desobediencia civil o se oponen a la construcción de la autopista A69. Además, estas represiones han ido acompañadas en ocasiones de un “uso excesivo e innecesario de la fuerza”, en particular durante los enfrentamientos en Kanaky.

Amnistía Internacional también critica al Gobierno francés por continuar con una “transferencia irresponsable de armas” a Israel y señala que el ministerio de Asuntos Exteriores ha anunciado que no aplicará la orden de detención emitida por el TPI contra Benjamín Netanyahu.

Por su parte, la vigilancia masiva ha seguido extendiéndose en Francia, ya sea en la forma experimentada durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos o a través de los algoritmos discriminatorios utilizados en la lucha contra el fraude por parte de la Caja Nacional de Prestaciones Familiares.

Amnistía Internacional denuncia que el Gobierno criminaliza las protestas

En materia de medio ambiente, “los avances de Francia en la reducción de las emisiones generadas por los combustibles fósiles se han ralentizado con respecto a 2023”, constata el informe. “El clima y el medio ambiente han quedado relegados a un segundo plano y la adopción de estrategias energéticas y de adaptación ha sufrido retrasos”.

 

Traducción de Miguel López

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