Esta es quizás la consecuencia más deshonrosa de la condena definitiva por corrupción de Nicolas Sarkozy: la degradación en su propio mundo. La sentencia dictada por el Tribunal de Casación el miércoles 18 de diciembre, que confirma la culpabilidad del ex jefe de Estado en el asunto Bismuth, abre la vía a su expulsión de las órdenes nacionales de la Legión de Honor y la Nacional del Mérito.
Se trata de una sanción histórica para una persona que ostenta el más alto rango, el de Gran Cruz (concedido al ser elegido presidente de la República en 2007). Según la información recogida por Mediapart, no sólo está prevista por la ley, sino que la Gran Cancillería ya está lista para aplicarla.
Según nuestra información, los servicios administrativos empezaron a trabajar en la creación de dicho procedimiento en caso de condena definitiva hace ya varios años, cuando se inició el caso que ha convertido a Nicolas Sarkozy en el primer presidente de la República condenado por corrupción. Esta iniciativa no tiene nada de extraordinario: el Código de la Legión de Honor prevé que “se podrán imponer sanciones disciplinarias (...) a cualquier miembro de la Orden que haya cometido un acto contrario al honor”. El mismo texto estipula que las personas “condenadas a una pena de prisión en firme igual o superior a un año” –que es el caso de Sarkozy en el asunto Bismuth– serán “excluidas de la Orden”.
Los equipos de la Gran Cancillería, que ejecuta una media de quince a veinte sanciones disciplinarias al año, han establecido un sistema de seguimiento que les permite detectar cualquier caso problemático y anticipar la decisión final. Por regla general, las resoluciones judiciales deben ser comunicadas por las fiscalías que se han ocupado de los casos, pero muy a menudo las alertas proceden de ciudadanos, asociaciones locales de miembros de la Orden o de artículos de prensa.
En el caso de Nicolas Sarkozy –que también fue condenado en apelación en el asunto Bygmalion (recurrido en casación) y pronto será juzgado en el caso libio–, la Gran Cancillería sólo espera ahora una copia de la decisión del Tribunal de Casación antes de ultimarlo.
A continuación, el Gran Canciller, cargo que ocupa actualmente el general François Lecointre, debe someter la decisión al Consejo de la Orden de la Legión de Honor, que emite un dictamen sobre la sanción propuesta al término de la reunión. Además de la exclusión para los casos más graves (como las condenas en firme de más de un año), los titulares pueden ser suspendidos de la Orden, o recibir una simple amonestación (conocida como “censura”).
En última instancia, la sanción debe ser decretada por el actual presidente de la República, Emmanuel Macron, en su calidad de Gran Maestre de la Orden. ¿Puede alguna prebenda librar a Nicolas Sarkozy? Una opción que parece difícil para una institución a la que le gusta señalar que las reglas son las mismas para todos, como mencionan fuentes cercanas a la Gran Cancillería.
“Sería difícil mantener que cuanto más alto estás en la Orden, menos posibilidades tienes de ser sancionado”, prosiguen, aunque puedan existir luchas de poder en el seno del Consejo de la Orden, compuesto por catorce miembros. “Algunos miembros no dudan si hay que hacer la vista gorda”, añaden, y el Gran Canciller, de acuerdo con el Elíseo, podría tener la tentación de dar largas para dar un respiro al ex presidente. “La decisión de ejecutar la sanción será eminentemente política”, concluyen.
François Fillon, a punto de ser expulsado
Varios miembros del entorno del ex jefe del Estado –muchos de los cuales también se las han visto con la justicia anticorrupción en los últimos años– ya han perdido su condecoración. Fue el caso, en particular, de su antiguo secretario general en el Elíseo, Claude Guéant, en mayo de 2019, cinco meses después de su condena por malversación de fondos públicos de su ex socio, o de Arnaud Claude, expulsado en 2021, tres años después de su condena por blanqueo de fraude fiscal.
También fue el caso de su antiguo embajador en Irak y Túnez, Boris Boillon, (expulsado en 2021, dos años después de su condena en firme), o de su amiga de Hauts-de-Seine, Isabelle Balkany, también en 2021. “Es una humillación más, evidentemente pública y quizás innecesaria”, protestó la interesada, argumentando que su condena por fraude fiscal “no tenía ninguna relación con su gestión local, por la que había sido condecorada”.
En 2013, el general Jean-Louis Georgelin (Gran Canciller de 2010 a 2016) confirmó que “las personas afectadas lo pasan mal, muy mal”, al tiempo que reiteraba la importancia de estos procedimientos disciplinarios, parafraseando al escritor Erik Orsenna: “El honor es ese bien moral conquistado en la lucha, y que permite tanto ganarse la consideración de los demás como conservar la propia estima.”
En algunos casos muy políticos, los temas y los debates son especialmente intensos. Fue el caso, por ejemplo, del actor Gérard Depardieu, al que le abrieron un procedimiento disciplinario en diciembre de 2023 a pesar del apoyo de Emmanuel Macron. También el de Marc Ladreit de Lacharrière que, tras declararse culpable, fue condenado en 2018 a ocho meses de prisión condicional y a pagar una multa de 375.000 euros por el caso Fillon, un procedimiento que le permitió evitar un juicio público y contar con antecedentes penales.
Según nuestra información, este multimillonario, condecorado con la Gran Cruz de la Legión de Honor en 2010, mecenas de numerosas instituciones públicas, sólo recibió una amonestación (no pública) tras su condena. Esta decisión se tomó a propuesta del Gran Canciller de la época, el general Benoît Puga, ex consejero militar de Nicolas Sarkozy, implicado ahora en un caso de presunto tráfico de condecoraciones. Contactado el abogado de Marc Ladreit de Lacharrière, no respondió.
Menos positiva parece la situación de François Fillon, también sujeto a un expediente sancionador en la Legión de Honor. El ex primer ministro fue declarado definitivamente culpable en abril de 2024, pero está a la espera de un último juicio para reevaluar las penas de prisión, las multas y la inelegibilidad.
Después de haber recurrido, el ex candidato presidencial fue condenado el 9 de mayo de 2022 a una pena de cuatro años de cárcel, de los cuales uno a cumplir, lo que conllevaría también su expulsión automática. Preguntados por Mediapart, en la Gran Cancillería confirmaron que “si se confirmara su condena a un año de cárcel, el Sr. Fillon quedaría automáticamente excluido de las órdenes nacionales”.
Evasor fiscal y patrón de la Legión de Honor
Además de los casos de Nicolas Sarkozy y su entorno, la lista de decretos firmados por Emmanuel Macron muestra las personalidades expulsadas o suspendidas de las órdenes nacionales por condenas o comportamientos considerados contrarios al honor. El 16 de junio de 2023, el presidente de la República ordenó la suspensión, por un periodo de dos años, del que fuera su “Míster Pensiones”, Jean-Paul Delevoye, condenado en diciembre de 2021 a cuatro meses de prisión condicional y al pago de una multa de 15.000 euros por omisiones en su declaración de intereses. Ocho meses antes, Maryse Joissains-Masini, ex diputada y alcaldesa de Aix-en-Provence, condenada por intereses ilegales y malversación de fondos públicos, fue suspendida durante cinco años. Al mismo tiempo, un militar que había malversado dinero de una asociación de veteranos fue también suspendido por ocho años.
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El mundo empresarial también se vio afectado por una serie de decisiones, algunas de las cuales bastante tardías. Los ex directivos de la Unión de Industrias y Oficios de la Metalurgia, Denis Gautier-Sauvagnac y Dominique de Calan, condenados en diciembre de 2015 en el caso que afectaba a esa patronal del sector metalúrgico, no fueron suspendidos (por cinco años y un año) hasta julio de 2021. El ex presidente del consejo de administración del grupo Wendel, Jean-Bernard Lafonta, fue inhabilitado en octubre de 2023, tras su condena en el importante caso de fraude fiscal relacionado con la sociedad de inversiones de la familia Seillière. Guy Wildenstein, también condenado por un enorme fraude fiscal en 2024, ha organizado recientemente un acto de recaudación de fondos para la Gran Cancillería, como ha informado Le Canard enchaîné. El general François Lecointre se justificó explicando que el mecenas, condecorado por Nicolas Sarkozy en 2009, ha recurrido en casación.
Traducción de Miguel López
Esta es quizás la consecuencia más deshonrosa de la condena definitiva por corrupción de Nicolas Sarkozy: la degradación en su propio mundo. La sentencia dictada por el Tribunal de Casación el miércoles 18 de diciembre, que confirma la culpabilidad del ex jefe de Estado en el asunto Bismuth, abre la vía a su expulsión de las órdenes nacionales de la Legión de Honor y la Nacional del Mérito.