El tren de larga distancia no es atractivo en dos de cada tres ciudades porque es el doble de lento que el coche

Estación de tren de Atocha (Madrid), el 3 de enero.

El transporte por carretera de media y larga distancia es el que más CO₂ expulsa a la atmósfera, pero es también el gran olvidado. Mientras las ciudades discuten implantar zonas de bajas emisiones, el tráfico en autopistas y autovías no para de crecer porque ni el tren ni el autobús le hacen competencia al coche. Un estudio publicado este jueves por Esade desvela que desplazarse entre ciudades en España es casi siempre mucho más rápido en un turismo que en el tren, e incluso en algunas rutas donde el tren es más veloz, no termina de despegar porque es caro o no tiene frecuencias suficientes.

Los autores del informe han estudiado los viajes de millones de Españoles entre 74 áreas metropolitanas de España y han concluido que de media, el tren nunca es más rápido que el coche. Pero que en un tercio de las urbes analizadas (25) el trayecto en tren es entre 1,2 y 2 veces más lento que el coche, un tiempo extra asumible teniendo en cuenta que a cambio es más cómodo. En el resto de las áreas estudiadas, coger un tren implica de media tardar entre 2 y 4 veces más en viajar a otras ciudades, de manera que allí solo tomará el tren quien no tenga más remedio. El estudio analiza los recorridos entre áreas metropolitanas porque el interés de los autores era estudiar el transporte interurbano, que es una tarea pendiente de abordar en políticas de transición ecológica.

"Creemos que es útil esta información porque la mayor parte de las emisiones del transporte no provienen de los trayectos cortos, que son la gran mayoría de los que hacemos en el día, sino de los viajes largos entre ciudades. Aunque representan entre el 60% y el 65% del total de las emisiones asociadas con el transporte de pasajeros, no tienen un peso en el debate público a la altura", explica Jorge Galindo, director adjunto de Esade y coautor del informe.

El experto afirma que la principal conclusión de los datos que han publicado es que el tren tiene espacio para competir con el coche en un tercio de las zonas más pobladas del país. Madrid es la región donde más puede ganar terreno, porque de media el tren es solo 1,19 veces más lento que el coche a la hora de viajar a otras ciudades.

El análisis de Esade no recoge la diferencia de tiempo de viajar entre dos ciudades concretas, sino partiendo de áreas de España hacia cualquier destino. Para ello, los autores han tomado todos recorridos que realizaron los españoles en 2023 hacia fuera del área metropolitana en el que viven y los han comparado con lo que habrían tardado yendo en tren a esos mismos destinos. Lo interesante de esta metodología es que no incluye solo las rutas más comunes, como Madrid-Sevilla o Zaragoza-Barcelona, sino cualquier viaje con origen en una gran ciudad. De esta manera, el estudio representa el movimiento real de todos los españoles y calcula si es interesante hacerlo en tren mediante un software informático.

Partiendo de Madrid, cambiar el coche por el tren hace que los viajes sean de media 1,19 veces más lentos, pero el resto de España la situación es bastante peor. En Zaragoza el tren es 1,5 veces más lento que el coche. En Barcelona es 1,69 veces. Y en Sevilla 1,93 veces. El estudio marca que a partir del doble de tiempo, el transporte público ya pierde todo interés respecto al coche, y dos tercios de las urbes analizadas superan esa cifra. Valencia (2,03 veces más lento en tren), Badajoz (2,30), Bilbao (3,25) o Almería (4,04) son algunas de las ciudades donde el vehículo particular arrolla al tren.

Como se ve en el mapa, Madrid es la única área metropolitana donde el tren realmente compite en tiempo con el coche, y casi le iguala. Pintadas de rojo están las zonas urbanas donde, de media, la velocidad del coche respecto al tren es superior a 1,5 veces. El extremo norte del país y el extremo sur son las zonas donde las líneas de tren de media y larga distancia están menos desarrolladas. "Los resultados no sorprenden porque están ligados al diseño radial de nuestras infraestructuras", opina Galindo.

Para reducir el impacto ambiental del coche en los trayectos largos, los autores proponen aumentar la tasa de ocupación de los vehículos, tanto en coches como en trenes. También incrementar la producción de electricidad de origen renovable, puesto que casi todos los trenes de España son eléctricos, y si utilizan energía producida con gas natural, también contaminan. Para las zonas donde el tren no es competitivo, como las regiones rurales con poca población, recomiendan aumentar las líneas de autobús y garantizar que esos buses sean eléctricos, ya que solo el 7,5% de la flota de buses en España es ahora eléctrica. 

Algunas líneas de Alta Velocidad tampoco son competentes

El informe de Esade también estudia el movimiento de personas en las líneas de alta velocidad en España (Ave, Avlo, Alvia, Avant, Euromed e Intercity) para ver hasta qué punto desplazan el uso del coche. Muchas de estas rutas son bastante más rápidas que un viaje por carretera, como Madrid-Córdoba o Madrid-Zaragoza, que tardan menos de la mitad que un coche.

De las 14 rutas de Alta Velocidad del país, solo Barcelona-Valencia y Valencia-Alicante son más lentas que el mismo viaje por carretera, pero en seis líneas diferentes el coche gana por goleada en cuota de uso al tren porque mueve más del 80% de los viajeros. Es en estos casos donde los autores reclaman a Renfe, "revisar frecuencias, así como disponibilidad del servicio, velocidades y precios" porque siendo "competitivo en tiempo con el vehículo privado, sigue mostrando cuotas muy bajas" de utilización.

Las rutas principales de Alta Velocidad que siguen perdiendo frente al coche están Madrid-Córdoba, Madrid-Granada, Madrid-Pamplona, Barcelona-Lleida o Sevilla-Córdoba. Esto no quiere decir necesariamente que los trenes vayan vacíos, sino que a lo mejor circulan pocos trenes al día y la gente termina desplazándose en bus o en coche la gran mayoría de veces.

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