Este domingo comienza en Sharm El- Sheikh (Egipto) la 27 Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas. La principal cita global en la lucha contra el cambio climático parece eclipsada este año por la crisis energética, que ha obligado a muchas naciones a apostar temporalmente por energías fósiles para evitar cortes de electricidad. Este escenario no impide al España abordar con optimismo la cumbre de 12 días y fuentes de la Oficina de Cambio Climático reiteran que no se trata de una asamblea de transición, sino de una oportunidad para reforzar la cooperación global en un momento de división.
La cumbre se organiza en el norte de África y eso dará a este continente un fuerte peso en la agenda de la COP. En este sentido, se espera que los temas prioritarios de las próximas dos semanas sean la financiación de la transición ecológica y las fórmulas para reparar los daños de los desastres naturales y prevenir daños futuros. Es decir, cuánto dinero podrán aportar los países ricos al resto del mundo para que las naciones en desarrollo puedan afrontar y prevenir el cambio climático.
Los analistas coinciden en que este será uno de los pilares de las negociaciones, pero que este punto está muy en el aire aún. "El acuerdo sobre un mecanismo de financiación de pérdidas y daños, como proponen los países vulnerables al clima, está lejos de cerrarse", escribe Tom Evans, analista de Geopolítica en de E3G, un centro de análisis de política ambiental. "Los países desarrollados, entre ellos la UE y EE UU, siguen dudando, aunque reconocen que es necesaria una respuesta en la COP27". Desde el Gobierno español afirman que están a favor de un acuerdo de este tipo, aunque recomiendan ser cautos a la espera de ver los términos que se proponen durante la cita.
El debate de la financiación también deberá abordar en los próximos días el incumplimiento del Acuerdo de Copenhague de 2009, donde los países de la OCDE se comprometieron a movilizar 100.00 millones de dólares cada año a partir de 2020 a las regiones en desarrollo para que pudiesen afrontar el cambio climático. En 2021 se trasfirieron 83.000 millones, pero se espera cumplir con los 100.000 en 2023, si así se pacta en la COP.
La presión para desviar fondos hacia los países de bajos ingresos proviene principalmente de África y Asia, los más afectados por los eventos climáticos extremos. Un análisis de Carbon Brief calcula que de los 20 países más afectados por desastres naturales en las últimas tres décadas, 17 eran pobres, una lista que lideran Malawi, Somalia y Eritrea.
Otro de los frentes a debatir estos días será cómo el mundo se adapta al cambio climático, ya que por mucho que se reduzcan las emisiones, el planeta ya se ha calentado 1,2 grados y los eventos extremos cuestan miles de millones de euros cada año. En la COP26 de Glasgow ya se acordó una hoja de trabajo para adaptar las infraestructuras al cambio climático y este año se tratará de buscar mayor financiación para que los países con menos recursos puedan invertir en proteger a sus habitantes, por lo que de nuevo se pondrá sobre la mesa la necesidad de aumentar la ayuda económica a los países en desarrollo.
También estará presente en Egipto el debate sobre la reducción de la quema de carbono de aquí a 2030 y 2050, un punto en el que los gobiernos arrastran ahora los pies. En la COP del año pasado todos los asistentes se comprometieron a endurecer sus objetivos de emisiones en 2022, pero solo 24 países, como Japón o Australia, han presentado nuevas metas en los últimos meses, aunque ninguna ha sido rupturista.
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Se espera que durante la cumbre se anuncien revisiones de los objetivos más ambiciosas en la mayoría de países, ya que la previsión actual de las Naciones Unidas es que las emisiones globales aumenten todavía un 10% hasta 2030, para después comenzar a bajar año a año. Esta previsión impide cumplir con el Acuerdo de París y mantener el calentamiento del planeta entre los 1,50 y los 2 grados frente a la época preindustrial. De hecho, con las medidas aprobadas en este momento, el mundo se calentará 2,8 grados, según la ONU, un dato que demuestra la importancia de cerrar acuerdos en los próximos días.
Fechas clave
Según el calendario habitual, la primera semana de la cumbre se dedicará a las negociaciones técnicas y a partir del lunes 14 de noviembre aquellos temas que no se hayan cerrado se debatirán a nivel ministerial hasta el viernes 18. Sobre el resto de días, destacan las jornadas del lunes 7 y el martes 8 porque estarán presentes los jefes de estados de todos los países participantes, entre ellos el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
Desde el punto de vista de las negociaciones, serán importantes los días 9 y el 14 de noviembre, cuando tendrán lugar los debates ministeriales sobre la financiación climática. También el día 14 se celebrará la mesa redonda ministerial de acción climática pre-2030, donde se espera que se fijen objetivos de reducción de emisiones para los próximos siete años.
Este domingo comienza en Sharm El- Sheikh (Egipto) la 27 Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas. La principal cita global en la lucha contra el cambio climático parece eclipsada este año por la crisis energética, que ha obligado a muchas naciones a apostar temporalmente por energías fósiles para evitar cortes de electricidad. Este escenario no impide al España abordar con optimismo la cumbre de 12 días y fuentes de la Oficina de Cambio Climático reiteran que no se trata de una asamblea de transición, sino de una oportunidad para reforzar la cooperación global en un momento de división.