La crispación política ha enterrado en una semana el viaje de un grupo de parlamentarios alemanes que quería informarse sobre cómo afrontar la sequía en su país ante el avance del cambio climático. Los contactos de estos políticos con expertos, agricultores y ecologistas españoles se remontan a comienzos de mayo, pero la semana pasada se desató la polémica sobre el boicot en Alemania a las fresas cultivadas alrededor de Doñana y la riña política entre el Gobierno y el PP alcanzó tal calibre que la escala de la delegación germana en Andalucía ha sido anulada.
"En vista de la gran importancia política que el viaje ha adquirido en los últimos días por las próximas elecciones nacionales españolas, la Comisión de Medioambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección del Consumidor del Bundestag ha decidido, de momento, renunciar a su viaje previsto a Andalucía", publicó este lunes el Parlamento alemán, para sorpresa de los convocados.
Las organizaciones que iban a reunirse con los nueve diputados explican que el clima político de España ha dado la vuelta a la visita y se ha interpretado como un examen a los agricultores que cultivan fresas en Huelva y hortalizas en los plásticos de Almería, pero en realidad solo venían a recoger la experiencia de la península de décadas de lucha contra la sequía. De hecho, estos viajes son habituales en las comisiones parlamentarias alemanas y a finales del año pasado otro grupo voló a España para estudiar la Ley de la cadena alimentaria porque estudian incorporar un sistema similar en su país.
"Se ha vendido que era una fiscalización de Doñana, pero no estaba en la agenda que nos enviaron”, explica Antonio Amarillo, responsable de Agua en Andalucía de Ecologistas en Acción, y uno de los activistas que iba a reunirse este martes en Sevilla con los políticos alemanes. En teoría iban a abordar tres temas: los retos del cambio climático en la Unión Europea, sus impactos en la agricultura y las reservas de agua y posibles soluciones. "En el último año hemos atendido a políticos e investigadores de toda Europa porque es un tema que ya sufren en el centro del continente, no venían los hombres de negro", añade.
La trifulca política comenzó el martes pasado cuando se conoció que el grupo activista alemán Compact hizo un llamamiento a no consumir fresas españolas en los supermercados del país para "presionar a la Junta de Andalucía y salvar el parque nacional" de Doñana, en referencia a la tramitación de la ley del Parlamento andaluz para ampliar los regadíos junto a la reserva natural. El Gobierno acusó al Partido Popular andaluz de haber desatado una campaña internacional contra la agricultura española, mientras que Juanma Moreno, presidente de la Junta, culpó del boicot al PSOE por manchar la imagen de los freseros.
Los diputados alemanes ya tenían previsto viajar a Doñana para estudiar el estado crítico de sus acuíferos, pero la visita se interpretó como una respuesta a la campaña de Compact y captó la atención mediática y política. Según las organizaciones consultadas, el hecho de que la visita fuese capitaneada por Harald Ebner, diputado de los Verdes y líder de la comisión, alimentó la teoría de que su misión era estudiar si las fresas eran cultivadas de manera sostenible, pero en el grupo había políticos de todo el espectro, incluidos conservadores e incluso de extrema derecha.
Aunque el viaje a Andalucía se ha pospuesto indefinidamente, los diputados alemanes ya se encontraban este lunes en Madrid y se reunieron con el secretario de Estado de Medioambiente, Hugo Morán, y otros tres funcionarios del de Transición Ecológica, con quien hablaron de sequía, gestión del agua y digitalización. Doñana no estuvo sobre la mesa, pero sí los cultivos de regadío de Almería, otra de las zonas más sobreexplotadas de la península, según afirman desde el ministerio.
Los enviados también se vieron este lunes con la ONG Greenpeace y la Fundación Nueva Cultura del Agua, que expusieron a los parlamentarios la situación de sequía que vive España y soluciones que se han encontrado. "El 75% del país tiene tendencia a la desertificación de aquí a final de siglo, hay más de un millón de pozos ilegales, más del 40% de los acuíferos está contaminado...", enumeró en la reunión Eva Saldaña, directora de Greenpeace España.
Según relata Saldaña, los diputados no hicieron comentarios, sino que se limitaron a preguntar sobre si modernizar el regadío o instalar desaladoras solucionaba el problema. También se interesaron sobre cómo se abastecerá España de agua para generar hidrógeno verde en el futuro, necesaria en el proceso de electrólisis, ya que Alemania forma parte del proyecto H2Med, que llevará este combustible desde la península a la industria alemana en la próxima década.
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Aunque renunciaron a visitar Andalucía, los parlamentarios sí pidieron a los ecologistas su opinión sobre el boicot a la fresa, pero sin posicionarse ellos en el asunto. "Vienen de otra cultura política, y cuando vieron que estaban siendo instrumentalizados con fines políticos han decidido zanjarlo. Yo creo que no se esperaban los que ha ocurrido", opina la responsable de la ONG. Los diputados también se reunirán este martes con la organización agrícola COAG y con científicos del CSIC en Madrid.
El viaje estaba previsto que se alargase hasta este viernes para que los encargados de la comisión de medioambiente pudiesen ver en primera persona la situación actual de Doñana, una reserva natural que lleva una década perdiendo agua porque las aportaciones de las lluvias no compensan la que se extrae de sus acuíferos. También iban a visitar los invernaderos de plástico de Almería, la conocida como huerta de Europa, y en el camino iban a reunirse con la Junta de Andalucía, ecologistas andaluces, expertos del CSIC que trabajan en Doñana y con académicos de la Universidad de Almería.
Juanjo Carmona, coordinador para Doñana de WWF España, cree que es una oportunidad perdida para compartir la experiencia con políticos de un país con el que la península tiene más cosas en común de lo que parece. "No podemos olvidar que las aves que habitan en Doñana en otoño e invierno son las que en primavera y verano emigran a Alemania y si secamos el parque no solo perdemos biodiversidad nosotros, también ellos”, declara.
La crispación política ha enterrado en una semana el viaje de un grupo de parlamentarios alemanes que quería informarse sobre cómo afrontar la sequía en su país ante el avance del cambio climático. Los contactos de estos políticos con expertos, agricultores y ecologistas españoles se remontan a comienzos de mayo, pero la semana pasada se desató la polémica sobre el boicot en Alemania a las fresas cultivadas alrededor de Doñana y la riña política entre el Gobierno y el PP alcanzó tal calibre que la escala de la delegación germana en Andalucía ha sido anulada.