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España encabeza una alianza de 25 países contra la sequía, uno de los mayores peligros climáticos de la península

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La península ibérica es la región más expuesta de Europa a la desertificación por lo que el Gobierno ha movido ficha en la cumbre del clima para crear un grupo de trabajo global que minimice el impacto de la escasez de agua, una situación que pone en peligro la agricultura y la ganadería, además de generar conflictos políticos por su control. 

España y Senegal lograron este lunes formar una alianza de más de 25 países para hacer frente a futuras sequías mediante la creación de una alianza internacional que ayudará con dinero y conocimiento a las naciones en desarrollo, especialmente las situadas en el norte de África. 

"La misión de la Alianza es dar un impulso político con el objetivo de convertir la resiliencia de la tierra ante la sequía y el cambio climático en una realidad para el año 2030", ha señalado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a su homólogo senegalés Macky Shall, en un comunicado conjunto. 

Para echar a rodar el proyecto, España aportará un fondo inicial de cinco millones de euros con los que espera atraer a otros gobiernos y actores privados para que aporten más recursos. Mientras que el presidente de Kenia se comprometió a plantar 5.000 millones de árboles de aquí a cinco años y 10 billones en una década.

El pacto también pretende minimizar las futuras crisis migratorias, ya que el informe IPCC de las Naciones Unidas estima que tres de cada cuatro personas en el mundo tendrán problemas de acceso al agua en 2050 y esta situación obligará a desplazarse a 216 millones de africanos a mitad de siglo. "El mundo no necesita más conflictos", dijo Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, tras anunciar que la Unión Europea apoyará la propuesta y se unirá a la alianza. 

La Organización Naciones Unidas también dio el visto bueno a la creación de este organismo y señaló que el número de episodios de sequía anual ha aumentado en casi un tercio en las últimas dos décadas: ya son 55 millones de personas las que viven bajo sus efectos. El IPCC estima que ese número se disparará a medida que la temperatura global aumenta y para 2050 tres de cada cuatro personas vivirán en condiciones más secas. 

La ministra de Transición Ecológica, añadió este lunes desde Egipto que esta alianza ayudará a que los países que conviven desde hace décadas con la falta de agua asesoren a aquellas regiones que empiezan ahora a sufrir la sequía debido al cambio climático. 

"España tiene una tradición de gestionar el agua en escenarios de escasez muy importante y debe ser un puente para otros países del mundo que no tienen esa experiencia", enunció Teresa Ribera en el pabellón español de la COP. 

Además de conocimiento técnico, este grupo permitirá que terceros países aporten ayuda económica para que los países con menos recursos puedan desarrollar proyectos para frenar la desertificación, un proceso que seca la tierra e impide que se pueda cultivar en ella, y que es difícilmente reversible, especialmente en zonas desérticas como el norte de África.  

Precisamente allí tratan desde hace años de frenar el avance del desierto con la plantación de una muralla verde de miles de kilómetros que cruza once países, entre ellos Senegal. "Necesitamos adaptarnos al cambio climático y para eso necesitamos grandes donantes", declaró este lunes Macky Shall. 

El presidente de Senegal aseguró que su continente recibe una cuarta parte de la financiación que necesita para cumplir con sus compromisos del Acuerdo de París, y señaló directamente a los países ricos: “Quienes más hayan contribuido a la crisis climática tienen que asumir una mayor responsabilidad”. 

España, uno de los grandes afectados por la sequía

La lucha contra la sequía cobra especial importancia en España, donde tres cuartas partes del territorio están en riesgo de desertificación y el aumento de las temperaturas avanza mucho más rápido que la media global. 

"Hemos visto severas restricciones de agua para cientos de municipios en Cataluña y Andalucía este verano, no estamos ante un riesgo a largo plazo", explica Julio Barea, portavoz de Greenpeace España

Este lunes la Agencia Española de Meteorología anunció que el mes pasado fue el octubre más cálido desde que comenzaron los registros, con una desviación récord sobre la media de 3,6 grados. También fue el cuarto mes de octubre más seco de este siglo. 

La ministra Teresa Ribera recalcó que 2022 ha sido hasta ahora el año más caluroso desde que hay registros y que la alianza presentada por el presidente del Gobierno es imprescindible para proteger las reservas de agua.

"Los escenarios extremos [de escasez] generan tensiones y en algunos países no son fáciles de resolver, por eso necesitamos concentrar la acción para que no afecte a la calidad del suelo, la alimentación y el bienestar de las personas", comentó la vicepresidenta tercera. 

Desde Greenpeace no comparten el optimismo el pacto logrado por Pedro Sánchez, que califican de "anuncio para la galería internacional", ya que consideran insuficiente la cifra de cinco millones de euros.

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Barea, portavoz de esta ONG, añade que de poco sirve organizar estas alianzas "si dentro de España no se hacen los deberes", en referencia al mal estado de las reservas de agua subterráneas que tiene la península y a la permisibilidad que se da para regar a la agricultura intensiva. 

Además suponer un riesgo para el abastecimiento, la falta de lluvia ha dejado este año un panorama desolador en el campo español, que ha tenido que adelantar la temporada de cosecha para no perder el género y ha recortado su riego en muchas zonas, especialmente en las mesetas y Andalucía. 

“En verano ya sufrimos una sequía severa que redujo la cantidad de grano que genera el cereal y el peso de la uva, y ahora llega una cosecha de la oliva que va a ser catastrófica en muchos sitios, hasta un 50% menor que el año pasado”, resume Pablo Oresco, encargado de Cambio Climático de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). 

La península ibérica es la región más expuesta de Europa a la desertificación por lo que el Gobierno ha movido ficha en la cumbre del clima para crear un grupo de trabajo global que minimice el impacto de la escasez de agua, una situación que pone en peligro la agricultura y la ganadería, además de generar conflictos políticos por su control. 

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