En España sobra vino y sobran viñedos, y lo dicen los propios agricultores. Es el segundo mayor cultivo del país y es un pilar de la cultura española, pero el interés por el vino tinto ha decaído, mientras el cambio climático, la crisis de precios y la tensión geopolítica estrangulan los ingresos del sector. En este contexto, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se ha reunido esta semana con el Gobierno y le ha pedido reducir las hectáreas de viñedo en España para adaptar la producción a la demanda e incrementar el precio de la uva.
La decadencia del vino tras la crisis de 2008 se empezó a recuperar alrededor de 2015, pero la pandemia volvió a hundir esta bebida. Desde 2020 la superficie cultivada se ha reducido un 2% hasta las 945.000 hectáreas, la mayor pérdida de tierra 2010. Aun así, los agricultores quieren que la superficie de la uva caiga todavía más y para eso UPA ha solicitado al Ministerio de Agricultura que no entregue más concesiones para cultivar viñedo, y que además subvencione el arrancado de hectáreas entre aquellos profesionales quieran salirse del sector. Todo esto para conseguir que suba el precio de la uva.
"Por eso pedimos reducir las hectáreas de cultivo, porque sobra producción. Hay un desánimo en el sector agrícola porque la demanda de vino ha caído alrededor de un 5% en España en los últimos años; y porque el kilo de uva se está pagando 18 céntimos, y solo hace falta kilo y medio para producir una botella. Además, si subvencionamos el arranque, daríamos una salida digna a los agricultores envejecidos que quieran salirse de la profesión", afirmó este viernes Alejandro García-Gasco, responsable de viticultura de UPA, durante una rueda de prensa en Madrid. El problema no es solo español. También Francia e Italia sufren problemas similares, por lo que la Comisión Europea ha citado el próximo miércoles a todo el sector en Bruselas, y presentará las conclusiones del diálogo y una serie de propuestas a principios de 2025.
Los vendedores de vino, sin embargo, creen que la idea de arrancar viñedos y reducir sus hectáreas es precipitada, y que habría que apostar por fórmulas menos extremas. "Creo que es pronto para decir que sobra viñedo en España", opina José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino. "Es verdad que en algunas zonas hay una crisis de stock —demasiado vino almacenado— desde la pandemia, pero también es cierto que en otras, como Cataluña, hay escasez de uva para cava por las malas cosechas", añade. Según Benítez, habría que apostar por fórmulas cautelares como cumplir a rajatabla los rendimientos máximos en las denominaciones de origen. Esto es, que el agricultor no produzca más uva por hectárea de lo que corresponde. "Hay zonas que por una excesiva agua para riego se produce un volumen superior al deseado, y el viticultor que ser responsable y cumplir con su cupo".
Para compensar esta situación, los agricultores reclaman también al Gobierno una partida de ayudas en la PAC española destinada a ayudar a los agricultores de viñedo para impulsar su negocio, ya que las subvenciones que hay para ellos hasta ahora solo se destinan a compensar la destrucción de cosecha —vendimia en verde— y la reestructuración de viñedos. También avisan de que se valdrán de la Ley de la Cadena Alimentaria para denunciar durante la vendimia a todas las empresas que no tengan contratos firmados con el agricultor o que no cubran los costes de producción. Sobre este punto, también plantean a Agricultura que se retiren las subvenciones a las empresas que hayan incumplido la ley de la cadena, porque las multas son ridículas y fomentan saltarse la norma.
El cambio cultural en el consumo de bebidas alcohólicas también ha hecho mucho daño al sector, y el vino tinto, el protagonista del sector, se ha quedado estancado. La cerveza ha ganado adeptos porque es más asequible y más accesible para el público general, mientras que dentro de los consumidores de vino ha habido un viraje importante hacia los vinos más suaves y refrescantes, como el blanco, los espumosos o el vermú.
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El viñedo contra Sanidad por su campaña contra el alcohol
Otra de las principales quejas de la organización de pequeños agricultores es la campaña que, dicen, orquesta el Ministerio de Sanidad contra el vino español. El intento de la ministra Mónica García de acabar con el llamado "consumo responsable" de alcohol ha enfadado a UPA, que pide quedarse fuera de las medidas que tiene la Ley de prevención del consumo de alcohol en menores de edad, que este viernes terminó su fase de consulta pública. "Hemos enviado nuestras alegaciones porque nos están equiparando a otros alcoholes, pero los jóvenes no se emborrachan con vino. Nosotros defendemos el consumo responsable de vino, forma parte de la cultura mediterránea", criticó este viernes José Manuel Delgado, responsable de Vino en UPA.
Por último está el cambio climático, que este año se ha cebado con el viñedo. Por su ubicación geográfica, las plantaciones de uvas son muy vulnerable a las tormentas y al pedrisco, y este año España ha vivido meses muy lluviosos en primavera y junio, con fuertes episodios de granizo que han destrozado miles de hectáreas de cultivo. Según Agroseguro, el consorcio que agrupa a las aseguradoras agrícolas, entre enero y julio sufrieron daños la mitad de las hectáreas de viñedo aseguradas en España, especialmente en Castilla y León. En todo caso, el 1 de agosto comenzó la recogida de la uva para la campaña vinícola 2024-2025, y el sector espera una producción que roce los 40 millones de hectolitros, muy cercana a la media histórica. El año pasado se registró, sin embargo, la menor cosecha en tres décadas, con 32 millones.
En España sobra vino y sobran viñedos, y lo dicen los propios agricultores. Es el segundo mayor cultivo del país y es un pilar de la cultura española, pero el interés por el vino tinto ha decaído, mientras el cambio climático, la crisis de precios y la tensión geopolítica estrangulan los ingresos del sector. En este contexto, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se ha reunido esta semana con el Gobierno y le ha pedido reducir las hectáreas de viñedo en España para adaptar la producción a la demanda e incrementar el precio de la uva.