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Los daños en el campo por la sequía se reducen tras un 2023 récord, pero el viñedo sufre por las tormentas

La vendimia arranca en la Denominación de Rioja en la bodega cooperativa Viñedos de Aldeanueva.

La sequía aguda del año pasado dejó unas pérdidas récord en la agricultura española de 1.243 millones de euros solo en el pago de seguros agrarios, aunque los daños reales fueron muy superiores. En 2024 el sector puede respirar porque en los primeros siete meses del año las indemnizaciones de Agroseguro (la agrupación de aseguradoras del campo) han caído un 60% hasta los 469,6 millones de euros, principalmente porque las lluvias de primavera redujeron las pérdidas por sequía del año anterior. Sin embargo, el sector del viñedo sigue muy afectado porque las tormentas se han cebado con la uva en el tercio norte de la península.

Según publicó Agroseguro este miércoles, casi la mitad de las tierras aseguradas de viñedo en España ha sufrido daños entre enero y julio (175.000 hectáreas) y el consorcio calcula que de aquí a final de año se superarán las 200.000, una merma muy importante para un sector que lleva cuatro años muy afectado por el cambio climático. En realidad, los daños afectan a una superficie mucho mayor porque hay casi 950.000 hectáreas de viñedo en España, pero la mayoría no están aseguradas.

José Carlos Sánchez, director del Área de Prestaciones de Agroseguro, afirma que se viene otro año muy difícil para el sector de la uva porque hay daños muy importantes en Castilla y León (21,7 millones de euros), Cataluña (10,6) y La Rioja (12 millones), tres comunidades clave en la producción de vino. "En la Ribera del Duero sufrimos una helada muy grande en primavera que se llevó el 80% de la cosecha, y como se trata de un cultivo de alto valor, las pérdidas son muy abultadas. El año pasado pagamos 100 millones de euros en compensaciones al viñedo y este año ya casi hemos alcanzado esa cifra, por lo que probablemente superemos a 2023", comenta el experto.

Uno de los profesionales que mejor conoce el sector, Joaquín Vizcaíno, responsable del sector vinícola en la organización agrícola COAG, coincide en que el pedrisco está causando estragos este año, pero añade que la sequía continúa en Cataluña, Comunitat Valenciana y Murcia. Según la Agencia Española de Meteorología, en toda la costa mediterránea ha llovido este año menos de lo normal, entre un 25% y un 75% por debajo de la media, mientras que en Castilla-La Mancha, Extremadura y Castilla y León las precipitaciones han sido entre un 25% y un 50% superiores.

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El año pasado tuvimos la peor cosecha en 35 años. Este año mejorará, aunque no llegaremos a la media, gracias a que Castilla-La Mancha tendrá una cosecha regular, y allí están la mitad de los viñedos de España”, afirma Vizcaíno. En concreto, si el año pasado se produjeron 32 millones de hectolitros de vino, este año el sector esperan 39 millones, aunque una vendimia normal ronda los 42 millones de hectolitros.

Los daños de este año revelan el impacto del cambio climático sobre un sector que exporta cada año 3.000 millones de euros en vino, aunque también está al límite el propio sistema de seguros agrarios que da cobertura a miles de agricultores. Hasta hace un par de años, el viñedo servía a Agroseguro para compensar las pérdidas de otros cultivos —hay pólizas que nunca salen rentables porque las compensaciones superan a los ingresos—, pero José Carlos Sánchez explica que la situación ha cambiado. “El sistema se basa en que unas regiones y cultivos compensan a otros, y la uva siempre había aportado, pero en los últimos dos años ha pasado a ser deficitaria”, afirma el portavoz del consorcio. De hecho, estiman que en este momento, por cada 100 euros aportados a proteger la uva, se pagan 160 en reparaciones.

Los climatólogos llevan años alertando de que la península afrontaba una alteración de los regímenes de lluvia, con sequías más largas y precipitaciones muy concentradas. La semana pasada, por ejemplo, una DANA reforzada por la rápida evaporación del Mediterráneo precipitó pedrisco sobre los frutales de Lleida, y los cítricos, almendros y olivares de Comunitat Valenciana. En el viñedo también se observa desde hace varios veranos un adelanto en la recogida de la uva porque el calor acelera su maduración. “Depende de la variedad, pero la vendimia es ahora unos 15 días antes”, explica Vizcaíno. “La uva aguanta bien las altas temperaturas del día, pero las noches tórridas (a más de 25°) aceleran mucho la maduración del fruto, y pierde calidad”, añade.

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