El mercado de la energía en el último año ha sido una montaña rusa donde unas pocas compañías han hecho un enorme negocio. Las petroleras y gasistas de renombre dispararon sus beneficios gracias al encarecimiento de la energía a costa de los hogares, pero también han sacado tajada de manera discreta compañías dedicadas al comercio de materias primas que mueven toneladas de productos por todo el planeta desde sus oficinas en Suiza.
Tres de estas firmas fueron responsables de traer a España buena parte del gas natural que llegó de Rusia a través de barcos metaneros y auparon las importaciones de este combustible hasta un nuevo récord. Según los datos publicados por Cores este martes, Rusia fue el cuarto mayor exportador de gas a España tras Estados Unidos, Argelia y Nigeria: de allí llegaron 56.021 gigavatios, un 55% más que el año pasado, pese a la presión internacional derivada de la invasión de Ucrania.
DXT Commodities, MET Group y Enet Energy intermediaron en el envío de casi un millón de toneladas de gas natural licuado desde una terminal situada en el extremo norte de Rusia hasta las seis terminales de regasificación que tiene España, principalmente a la del puerto de Bilbao. Una vez regasificado, las tres firmas trajeron el equivalente a 1.270 millones de metros cúbicos de gas natural –o 1,27 bcm, según la jerga del sector–, según los datos que maneja la consultora Energy Intelligence.
El aumento del comercio energético entre España y Rusia es relevante porque significa que el Kremlin logra dar salida a su negocio de materias primas, su principal fuente de ingresos para financiar la campaña militar en Ucrania. Por supuesto, la compra de gas natural licuado se produce bajo el amparo de Bruselas, que ha dejado fuera de sus sanciones a este combustible. Así lo destaca Víctor Burguete, investigador del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB): "La UE ha diseñado un agujero en las sanciones para evitar una escasez de suministro y una subida de precios de la energía. Hay que limitar los ingresos de Rusia, de eso no hay duda, pero limitando el impacto sobre la economía".
En total, España importó de Rusia 5,71 bcm de gas el año pasado y las tres compañías suizas citadas aportaron una quinta parte. El grueso del total lo trajo la compañía española Naturgy, que tiene un contrato fijo hasta 2038 para importar cada año 2,5 bcm de gas desde Rusia mediante barcos. El resto correspondería, según fuentes del sector, a acuerdos puntuales a corto plazo –ventas al contado– de otros comercializadores de materias primas, probablemente también con sede en Suiza, donde la baja fiscalidad y la discreción corporativa son un caldo de cultivo para este negocio opaco.
Daniel Stemler, reportero de Energy Intelligence afincado en Madrid, explica que DXT, MET y Enet actúan como meros intermediarios, un negocio conocido como trading. Las compañías compran el gas a la planta rusa Yamal LNG y cuando llega a España lo venden a las centrales de ciclo combinado o a empresas energéticas que lo almacenan, pero ellos no llegan a ver la carga.
Yamal LNG está controlada por la rusa Novatek, que posee el 50,1% de las acciones. También tienen una participación minoritaria la francesa TotalEnergies (del 20%) y dos empresas chinas que poseen el 30%. El capital de Novatek está más desvinculado del Kremlin que el gigante gasista Gazprom, aunque la compañía tuvo hasta hace un año en su directiva a Gennadi Timchenko, sancionado por Estados Unidos y la Unión Europea.
El único de los tres traders que ha contestado a infoLibre reconoce que su negocio creció el año pasado, aunque no comenta cuánto se benefició con estas operaciones. "MET está aumentando activamente su participación en el mercado europeo de GNL. Solo en 2022, MET ha importado más de 30 teravatios hora de cargamentos de gas licuado a España, Croacia, Grecia, Bélgica y Reino Unido". Esta comercializadora tiene dos filiales en España y oficinas en el Paseo de la Castellana de Madrid.
No es coincidencia que las tres empresas que hicieron un enorme negocio con el gas tengan su sede en Suiza. De hecho, las oficinas de Enet y DXT están en la ciudad de Lugano y las separan diez minutos a pie. 130 kilómetros al norte, en Baar, está la sede de MET Group. El propio gobierno suizo destaca que su país "es uno de los principales centros mundiales de comercio de materias primas" y que mueven el 80% de las que salen de Rusia. Sus cinco mayores traders comerciaron en 2016 el 20% del petróleo del planeta y un tercio del grano.
"Las exportaciones de los productores rusos de materias primas dependen de sus brazos comerciales, muchos de los cuales operan desde la ciudad suiza de Zug", afirma la OCDE.
La incógnita sobre el negocio de compra-venta de gas es saber cuánto se beneficiaron las tres compañías de traer combustible a España el año pasado, cuando el precio del gas natural triplicó y cuadruplicó su precio, ya que los contratos no son públicos.
España no es una excepción
Como reconocen desde MET Group, España no es el único país que ha aumentado sus compras de gas a Rusia. De hecho, los envíos a Europa y Asia de la planta Yamal LNG alcanzaron un récord el año pasado desde que comenzó a funcionar en 2017.
Los países europeos que tienen plantas regasificadoras en su costa trataron el año pasado de hacerse con gas natural, fuese quien fuese el vendedor, para asegurarse el suministro en invierno. Y países del norte, principalmente Alemania, tratan de ampliar su capacidad de regasificación con nuevas plantas que estarán disponibles a lo largo de 2023. Aun así, el conjunto de la Unión Europea ha reducido drásticamente sus importaciones de gas ruso: en enero de 2021 suponían el 46% del total de las compras y en noviembre de 2022 ya eran el 13%.
España, sin embargo, es el país con más regasificadoras de la Unión y eso ha convertido a la península en un una de las mayores puertas de entrada de gas natural al continente. "Las restricciones de descarga de gas licuado en el norte de Europa han generado que se desvíen volúmenes adicionales de gas a las terminales españolas, tanto operadores españoles como europeos, por la capacidad ociosa existente", comenta Pedro Cantuel, analista de mercados energéticos de la consultora IGNIS.
Una vez que llega a España, ese gas es almacenado para consumo nacional, pero también se reexporta a otros países vecinos por tubería, o es introducido de nuevo en barcos para enviarlo al norte de Europa. Otra forma de exportarlo es transformarlo en electricidad en las centrales de ciclo combinado y enviar la energía por cable a Francia o Portugal, como ocurrió en 2022.
"El aumento responde a la coyuntura, al mandato de la UE de llenar los almacenes de gas con vistas al invierno, a la capacidad del sistema energético español para cubrir sus necesidades y la de sus vecinos con una fuerte sequía y problemas en el parque nuclear francés", argumentan desde el ministerio de Transición Ecológica. También inciden en que la ministra Teresa Ribera ya pidió el pasado julio a las compañías españolas que buscasen el gas en otros países, aunque al tratarse de contratos privados, el Gobierno no puede interceder.
El mercado de la energía en el último año ha sido una montaña rusa donde unas pocas compañías han hecho un enorme negocio. Las petroleras y gasistas de renombre dispararon sus beneficios gracias al encarecimiento de la energía a costa de los hogares, pero también han sacado tajada de manera discreta compañías dedicadas al comercio de materias primas que mueven toneladas de productos por todo el planeta desde sus oficinas en Suiza.