PLATAFORMAS DE 'STREAMING'
Compartir cuenta se acabó y no ver anuncios, también: bienvenidos al futuro del 'streaming' según Netflix

Hasta no hace mucho, en concreto hasta el verano del 2022, los anuncios eran para las plataformas de streaming algo "antipático", de otra época. Pero en el tablero del particular juego de tronos de la industria del vídeo bajo demanda (VOD), sobrevivir exige algo más que un exitoso catálogo de series y películas o tener un completo calendario de estrenos con los últimos capítulos de El juego del calamar o la segunda temporada de Miércoles marcados en rojo. La tormenta perfecta que supuso el, entrecomillas, final del covid y sus restricciones junto con el anuncio de que Netflix perdía usuarios por primera vez en su historia supuso un terremoto que desembocó en una retahíla de cambios: primero, la aparición de las tarifas con publicidad y, después, el fin de las cuentas compartidas.
"Era lógico e inevitable este modelo con publicidad. Era cuestión de tiempo porque en el negocio audiovisual, el cliente es el anunciante", explica Javier Pérez Sánchez, director del Máster de Creación y Gestión de Contenidos Audiovisuales - Mediaset de la Universidad Europea. Para este experto, por su propia naturaleza, Netflix se iba a ver abocado a dar este paso porque "sus ingresos son sus suscripciones" no como sucede con "otras majors como Disney+, Amazon o HBO".
"La decisión estuvo muy impulsada por su situación económica en ese momento. Fue una imposición del mercado: tenían beneficios, pero estaban perdiendo suscriptores y esto podía provocar que los accionistas perdiesen confianza", apunta, por su parte Elena Neira, profesora de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya. Esta experta recuerda que en Netflix siempre se habían mostrado "reacios" a la publicidad pero "hicieron de necesidad su virtud" y "abrieron una nueva vía de negocios muy buena".
Así, lo que para otros podría haber sido un tiro en el pie y a la línea de flotación del negocio, para Netflix la publicidad fue un revulsivo y, sobre todo, una nueva fuente de ingresos. Así, la convirtió en su bandera y comenzó a diseñar el nuevo statu quo atrayendo al usuario con supuestas tarifas más económicas en un contexto marcado por la la streamflación —la inflación del streaming—.
Y también atrajo a la competencia: primero Disney+, después Amazon Prime Video y SkyShowtime, y el último, por ahora, esta misma primavera, Max —próximamente HBO Max otra vez— se subieron al barco de la publicidad. Sin olvidarse que, en España, por ejemplo Movistar+ o Rakuten TV colocan anuncios por defecto. Así, de repente, los anunciantes se encontraron con un aliado inesperado y un nuevo prime time a todas horas y mucho más segmentado.
Y las cifras comienzan a avalar que, aunque la propuesta no generó aplausos iniciales en la audiencia, sí que tenían razón. Según los datos recogidos por Deadline del último informe de Antenna sobre la industria en EEUU, firma líder en investigación de mercado, los planes con publicidad ya representan el 46% de las suscripciones de streaming en aquellas plataformas que ofrecen ambas opciones, con y sin anuncios. Esto representa un aumento del 33% con respecto al año anterior. En cambio, aquellos planes sin publicidad disminuyeron levemente, un 0,1%, en el primer trimestre.
Más datos: las tarifas con anuncios impulsaron el 71% las nuevas suscripciones. Y el 86% de los usuarios a los que se les ofreció un plan con publicidad dos o más veces, terminaron escogiendo el que incluía anuncios.
Netflix ya tiene 94 millones de usuarios con publicidad y Amazon 130 millones
Además de las cifras externas, las propias compañías también presumieron de su éxito con la publicidad el pasado mes de mayo durante la presentación de sus resultados del primer trimestre. En el caso de Netflix, anunció que su servicio con anuncios alcanzó los 94 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo, frente a los 70 millones de noviembre pasado.
Amazon, por su parte, cifró en 130 millones los suscriptores con publicidad en EEUU. Un éxito que, según adelantó Adweek este mismo jueves, quieren rentabilizar al máximo ya que pasará de emitir entre dos-tres minutos de anuncios por hora a cuatro-seis en los próximos meses.
Por su parte, en España, según datos del último Barómetro OTT de GECA de mayo, el 30% de los usuarios de Netflix declara tener acceso ya a un plan con publicidad, cifra que se sitúa en el 25,4% en el caso de Disney+. No hay grandes diferencias en cuanto al origen de esos suscriptores entre ambos servicios: en torno a la mitad afirman que se cambiaron desde otro plan de la plataforma, mientras que la otra mitad no eran clientes en el momento en el que lo contrataron.
Por el precio más bajo y para tener más plataformas
¿Por qué tienen tanto éxito los planes con anuncios? Para Elena Neira, la causa se esconde en la existencia de tantos servicios: "La capacidad para simultanear varios es insostenible y con publicidad es más posible. Es probable que la gente sin anuncios esté más fidelizada, pero la diferencia de coste es suficiente para que sea un incentivo".
"Los usuarios buscan la tarifa más barata", señala Javier Pérez Sánchez que recuerda que ahora mismo "ya es una cuestión de estatus tener una plataforma contratada" por lo que "se buscan las ofertas más económicas" para poder llegar a las máximas posibles. "Antes primaban las suscripciones premium, ahora los precios van más abajo apostando por anuncios", sostiene este experto.
Apple TV+ y Filmin resisten libres de anuncios
Por esto no es raro que ahora mismo lo raro sea que una plataforma no tenga anuncios. Como excepción a la norma, sólo resisten por ahora Apple TV+ o Filmin. ¿Cederán a la tentación? "En el caso de Apple TV+, no me extrañaría que lo hicieran", reconoce Neira que recuerda que en la casa de manzana mordida llevan ya desde el año pasado con esta opción encima de la mesa.
Sin embargo, para Pérez Sánchez mantenerse lejos de la publicidad puede responder a una doble estrategia. Por un lado, "una cuestión de estatus", es decir, "yo te ofrezco contenidos de alta calidad sin anuncios" y "cuando eres el único, puede servir". Y, por otro, como reclamo para atraer usuarios: "Las plataformas compiten entre ellas por los suscriptores, porque ya no hay más".
Y quizás también para evitar el déjà vu a la televisión de los 90 y comienzos de siglo. "El problema que encontramos es que a los usuarios les gustaba del streaming que podía elegir cuándo, cómo y dónde ver el contenido que quiere. Si ahora vuelven a apostar por los estrenos limitados y la publicidad, ¿qué diferencia hay con la televisión lineal? Debilita su imagen y su concepción moderna", detalla Pérez Sánchez que apunta que aquí está "el gran hándicap" de esta apuesta por la publicidad.
Fin también a compartir la contraseña
Pero la jugada perfecta de Netflix no solo consistió en apostar por la publicidad. El otro ingrediente de su receta pasó por acabar con una de sus señas de identidad hasta principios de 2023: compartir la contraseña. "Es una estrategia paralela a la publicidad para conseguir más suscriptores", explica Neira que recuerda que, al final, lo que buscan estos servicios son "usuarios de calidad", es decir, aquellos que pagan todos los meses. Y los que compartían la cuenta "no estaban pagando y no eran de calidad".
La compañía cifró entonces que el uso compartido de cuentas suponía más de 100 millones de hogares. Pero rompió miles de familias para lograr incrementar su base de suscriptores imponiendo un extra de 5,99 euros encima del precio de cada plan. "Netflix fue muy hábil con su filosofía de dejar compartir cuando estaba ganando cuota de mercado. Pero cuando estaba ya asentada, tomaron la decisión con mucha cintura porque sabían que muchos usuarios iban a pasar por el aro", reconoce Neira.
Y Netflix no fue el único. Disney+ siguió su ejemplo y, en breve, seguirá el mismo camino la futura HBO Max. En medio de su rebranding para regresar a hace un año, la plataforma de Warner Bros. Discovery anunció a finales de abril que comenzaría a probar en EEUU el complemento "miembro adicional" que supondrá un coste de 7,99 dólares más al mes, en la línea marcada por la competencia.
Sigue la subida de precios
Y entre la apuesta por la publicidad y por acabar con las cuentas compartidas, los servicios de streaming no han perdido comba y han seguido subiendo sus precios convirtiendo la elección de la próxima serie qué ver en más una cuestión de la cartera que del catálogo. Así, durante el último año y medio, todas han subido sus tarifas.
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La veda la abrieron Disney+ y Apple TV a finales de 2023. En la primavera de 2024, Amazon Prime Video incorporó su nuevo complemento para no ver anuncios y Filmin aumentó sus precios dos euros. En otoño, Disney encareció uno y dos euros sus tarifas de publicidad e incorporó pagos por compartir la cuenta, mientras que Netflix aumentó un euro sus dos planes Estándar y dos euros el Premium. Y esta primavera, SkyShowtime sacó otra tarifa más cara y Max incorporó su tarifa de anuncios mientras encarecía el resto.
En toda esta carrera por ver quién sube más los precios y quién se sube o no al carro de la publicidad y de acabar con las cuentas compartidas, el gran perdedor es, sin duda, el usuario. No obstante, en este juego de tronos, a los suscriptores les ha salido un aliado: la agrupación de ofertas de plataformas de streaming. "Las grandes marcas de telefonía están llegando a pactos para estrategias conjuntas y le está funcionando muy bien a Movistar, Orange o Vodafone", apunta Javier Pérez Sánchez.
Por ejemplo, en el caso de la plataforma de vídeo de Telefónica, agrupa ya sus contenidos propios y originales pero también las series y películas de SkyShowtime, Apple y Max y además permite contratar a través de sus servicios Netflix y Disney. "Al final los usuarios, son los que son y no se pueden gastar 200 euros en streaming, tienen un límite", concluye.