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Cómo ha pasado Trump de ser un apestado en redes sociales a volver sin ningún tipo de supervisión

Donald Trump durante la cuarta jornada de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee antes de su discurso para aceptar la nominación republicana.

Enero de 2021. "Donald Trump solo puede usar su teléfono para jugar a Candy Crush", fueron algunos de los tuits que se publicaron durante ese mes de locura en Washington. Tras el ataque al Capitolio, el expresidente de EEUU abandonó la Casa Blanca con un veto inaudito de prácticamente todas las redes y plataformas sociales. Facebook, Instagram, Twitter, Google, YouTube, Spotify, Snapchat, Reddit, Twitch, TikTok o Pinterest dieron un paso adelante y, por primera vez, asumieron su papel más allá de simples intermediarias de contenido y censuraron al por entonces presidente saliente. 

Julio de 2024. Tras el intento del asesinato del pasado fin de semana y la convención republicana de estos últimos días que lo ha vuelto a encumbrar como candidato, Trump ha vuelto a la senda victoriosa solo tres años y medio después. Y lo hace con todas las redes sociales a su disposición después de que el pasado 12 de julio, Meta, la matriz de Facebook e Instagram, eliminase las últimas restricciones que pendían aún sobre sus cuentas en ambas plataformas. Unos perfiles que, de hecho, llevaban funcionando de forma casi normal desde enero de 2023 después de una suspensión de dos años. 

En tres años y medio, Trump ha pasado de ser un apestado para las redes sociales a tener vía libre en todas. ¿Fue un espejismo los vetos que se produjeron en 2021? "Eso parece. Las tecnológicas una vez más priorizan su cuenta de resultados antes que implementar medidas que puedan evitar daños a la ciudadanía", explica Susana Pérez Soler, periodista y doctora de Comunicación Digital por la Universitat Ramon Llull. 

Para Laura Pérez Altable, doctora en Comunicación e investigadora de la Universitat Pompeu Fabra, lo que sucedió fue "tan inusual y tan grave" que aquellas expulsiones fueron "una reacción". "Tenían que depurar responsabilidades lo más rápido posible para no verse inmersas en posibles responsabilidades en el asalto", argumenta Leticia Rodríguez Fernández, investigadora y profesora de Relaciones Públicas en la Universidad de Cádiz. 

Aunque todos estos vetos se hayan quedado en agua de borraja, sentaron un precedente que, a estas alturas, está totalmente en pausa. "La situación ahora es completamente distinta: Joe Biden está bastante debilitado y Trump está cogiendo fuerza otra vez y, sobre todo, tras el atentado del otro día se maneja una conversación social de un volumen tremendo", reconoce Rodríguez Fernández que se pregunta "¿por qué van a perder las redes sociales ese volumen de conversación?". "Al final son empresas y esto es tráfico, usuarios y dinero", apunta.

Coincide Pérez Altable en hablar también de una situación "diferente" con "un cambio de paradigma". En parte también por la irrupción de Elon Musk en Twitter, renombrado ahora como X, que "ha puesto en cuestión los límites de la libertad de expresión". 

De la "gran desplataforma" a volver a la casilla de salida

No obstante, la incógnita a estas alturas de la partida es qué ocurrirá si vuelve a pasar lo mismo que en 2020 y 2021, es decir, que se dedique a deslegitimar las elecciones y a alentar a la violencia. "Las tecnológicas lo único que valoran son los beneficios y no piensan en las consecuencias que puede tener dejar a Trump divulgando desinformación. No parece demasiado responsable que no pongan ningún tipo de veto. Hemos vuelto a la casilla de salida", sostiene Pérez Soler. 

Sobre todo porque parece "algo más que probable que Trump repita modus operandi", reconoce Pérez Altable. Tal y como destaca esta experta, estas narrativas se han extendido por más países, incluido España con la figura de Alvise Pérez. No obstante, descarta que se vuelvan a repetir imágenes de violencia como las que se vivieron en el Capitolio el 6 de enero del 6 de enero: "No le dio ningún beneficio y su imagen salió perjudicada". Eso sí, "habrá narrativas de desinformación y de teorías de la conspiración". 

"El escenario es incierto", asegura Rodríguez Fernández también por las incógnitas alrededor de la candidatura demócrata: "No se puede descartar nada. Las redes sociales son vehículos, herramientas, que responden al sentimiento de la ciudadanía". Una sociedad actualmente polarizada y, en parte, en esta ocasión, desmotivada por la falta de un faro progresista. 

Lo que está más claro es que, a pesar de la situación actual, la "gran desplataforma", cómo lo llamaron los medios estadounidenses, funcionó. Por ejemplo, el informe del Laboratorio de Investigación Forense Digital (DFRLab) destacó en enero de 2022 que "muchos grupos extremistas tardaron en recuperarse por completo de las interrupciones posteriores al 6 de enero". En Recode, la periodista Shirin Ghaffary explicó que "cada vez hay más pruebas de que eliminar la plataforma de estos grupos limitó su presencia e influencia" a pesar de que se dispersaron en Telegram, Parler o Gab.

Sin embargo, ahora estamos de vuelta en la casilla de salida y sin solucionar una de las grandes controversias encima de la mesa. "Hay que hacer un debate más profundo sobre cómo regular la libertad de expresión en las redes sociales. Como pasa con los medios, estas empresas también deben tener esa responsabilidad editorial y no pueden ser solo vías de distribución", apunta Pérez Soler. 

Meta: "Se debe poder escuchar a los candidatos en igualdad de condiciones"

Con respecto a la polémica con Trump, en el caso de Meta, su expulsión de Facebook e Instagram fue de dos años, es decir, que concluyó hace ya año y medio. Durante este tiempo, el expresidente ha regresado a su actividad en ambas plataformas donde acumula 34 millones y 25 millones de seguidores, respectivamente. Aunque pudo volver a publicar, este regreso se produjo con una vigilancia más estricta. 

Tal y como explicaron desde el imperio de Mark Zuckerberg en enero de 2023, se enfrentaba a sanciones más severas en caso de reincidencia, como la supresión de contenido o una nueva suspensión del perfil, con medidas como eliminar el botón de compartir o limitar el alcance en el caso de que realizase publicaciones deslegitimando el proceso electoral o con teorías de la conspiración. 

Sin embargo, a escasos cien días de la cita del 5 de noviembre y con Trump ya como candidato oficial, Meta ha optado por eliminar estas restricciones. "Al evaluar nuestra responsabilidad de permitir la expresión política, creemos que el pueblo estadounidense debe poder escuchar a los nominados en igualdad de condiciones", expone en un comunicado en el que señalan que sus cuentas "ya no estarán sujetas a las sanciones de suspensión reforzada". 

Desde Meta argumentan que la decisión de la sanción de Trump fue en respuesta a "circunstancias extremas y extraordinarias". Ahora, con el multimillonario de nuevo en liza, apunta que los candidatos estarán sujetos a "las mismas normas comunitarias que todos los usuarios, incluidas las políticas diseñadas para prevenir el discurso de odio y la incitación a la violencia". 

"Es una decisión un tanto arriesgada porque podemos encontrarnos de nuevo con un Trump que alimente la desinformación", confiesa Pérez Soler que, no obstante, asegura que entiende que Meta quiera "dar voz a ambos candidatos": "Pero tienen que actuar en consecuencia". "En una competición electoral debe prevalecer la libertad de expresión y el derecho de información", apunta Pérez Altable. 

X: "Vox Populi, Vox Dei"

En el caso del por entonces Twitter, la expulsión de Trump tras el ataque al Capitolio fue de por vida. Un castigo que decayó prácticamente en cuanto Elon Musk se convirtió en su jefe. La plataforma restableció su perfil en noviembre de 2022 después de que el hombre más rico del mundo sometiera la decisión a una encuesta.

"El pueblo ha hablado. Vox Populi, Vox Dei", tuiteó Musk que siempre calificó en público la decisión como incorrecta: "Una suspensión temporal es apropiada, pero no una prohibición permanente". A pesar de que desprecia al magnate, tal y como se desprende de su biografía, llegó a supuestamente bromear con sus hijos diciéndoles que había comprado la plataforma para que Trump saliese elegido en 2024. 

Tanto es así que esta misma semana se conocía que el actual hombre más rico del mundo donaría 45 millones de dólares al mes al American PAC (Political Action Committee) para la campaña del republicano tras el intento de asesinato. "Es un apoyo muy relevante en Silicon Valley, porque que Musk adopte una posición política tan determinada puede movilizar al electorado porque es uno de los mayores influencers que hay en el mundo ahora mismo", admite Rodríguez Fernández. 

No obstante, a pesar de la restauración de su cuenta, Trump aseguró ya en noviembre de 2022 que no regresaría a Twitter puesto que prefería usar la plataforma que él mismo impulsó a su imagen y semejanza, Truth Social. Una promesa que mantiene casi dos años después. "Es sorprendente porque son super amigos", explica Pérez Soler que apunta a un posible contrato de exclusividad con su creación, tal y como señalan algunos medios estadounidenses

"No descartemos que en algún momento Trump pueda volver a X en un acto de conciliación tras la donación de Musk", afirma Rodríguez Fernández que apunta a dos causas detrás de este abandono: "O bien quiere darle relevancia a su aplicación y darle mayor protagonismo frente a otras, o bien encuentra mayor rédito en otras plataformas, tanto en las mainstream como en las de nicho, que le sirven para reforzar a sus votantes". Para Pérez Altable, la causa también puede ser que "haya visto que no necesita a Twitter" para su estrategia comunicativa o que se hayan percatado en su equipo que "hoy en día las redes sociales como Instagram tienen más alcance". 

TikTok: de querer prohibirlo a defenderlo

Por último, está el caso paradigmático de TikTok. En las elecciones de 2020, Trump no tenía cuenta en la red social china pero se tiró buena parte del verano antes de las elecciones intentando, sin éxito, prohibirla en EEUU por que la consideraba una amenaza. Cuatro años después, sigue en el punto de mira del Gobierno: la Administración Biden sacó adelante el pasado mes de abril una ley que permitirá bloquear la aplicación por "seguridad nacional" si no pasa antes de 2025 a manos de una empresa estadounidense.

"Para que todo el mundo lo sepa, especialmente los jóvenes, el corrupto Biden es el responsable de prohibir TikTok", aseguró Trump la misma semana en la que el presidente firmó la ley. Pocas semanas después, el pasado mes de junio, se abrió un perfil que actualmente acumula más de ocho millones de seguidores. Esta misma semana, en una entrevista con Bloomberg BusinessWeek, defendió que está a favor de la red social porque "se necesita competencia": "Si no tienes a TikTok, solo tienes Facebook e Instagram". 

@realdonaldtrump Launching my TikTok at @UFC ♬ original sound - President Donald J Trump
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¿A qué se debe este cambio? "Es una cuestión de estrategia", reconoce Rodríguez Fernández que recuerda que casi la mitad de la población estadounidense tiene presencia en TikTok. Para esta experta, "criticar una decisión que concierne a la mitad de la población, supone encontrar un respaldo importante". Sobre todo en el caso de esta plataforma, que tiene "un poder de adicción super elevado" y los usuarios pasan muchos tiempos "enganchados". 

Para Pérez Altable, la clave es que "quizás sea relevante para intentar llegar a la población más joven". Y es que no hay que olvidarse que, según datos del Pew Research Center, un tercio de los adultos estadounidenses, incluida la mayoría de los adultos menores de 30 años, usan TikTok. En concreto, alrededor de seis de cada diez adultos estadounidenses menores de 30 años usan la aplicación. Si en 2020 el voto de los menores de 30 fue clave para la victoria de Biden, en 2024 puede ser fundamental para decantar la balanza hacia Trump. Según una encuesta publicada por el medio público NPR después del debate, el demócrata pierde trece puntos entre la generación Z y los millennials. Este escenario es totalmente opuesto a hace cuatro años cuando el actual presidente venció al republicano por más de 20 puntos entre los votantes de 18 a 29 años. 

El apoyo del candidato republicano a TikTok también genera dudas en cómo afectará a la situación de la red social en EEUU si llegase a la Casa Blanca. "Nadie se esperaba su éxito entre la gente joven. Y si Trump ganara las elecciones, no le veo sentido que le de manga ancha porque va a la contra de lo que quiere Silicon Valley", apunta Pérez Soler que recuerda que "TikTok se les coló en esta industria porque son todas estadounidenses". 

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