PROTESTAS CONTRA LA AMNISTÍA
Alvise, Quiles o Gisbert: así rentabilizan en Ferraz los 'influencers' ultras su propio 20N a golpe de 'selfies'
Las protestas contra la ley de amnistía frente a la sede del PSOE en la madrileña calle de Ferraz se desinflan a marchas forzadas. Poco queda ya de las noches de tensión con disturbios y cargas policiales de esa primera semana haciendo evidente la presencia de neonazis, falangistas, integristas y conspiracionistas. Tampoco de las noches en las que se alcanzó el esperpento combinando rezos del rosario con muñecas hinchables y cánticos machistas, homófobos y racistas. Esta última semana han llegado ya a un punto de acariciar lo irrelevante y sólo dos acontecimientos han hecho que los medios vuelvan poner la mirada en este punto de la capital.
Este martes, Vito Quiles fue detenido por la policía acusado de desobediencia y resistencia al supuestamente "forcejear" con un agente. Dos días después, el jueves, Pablo Lucini, uno de los portavoces de Democracia Nacional, también fue detenido junto a otras tres personas acusado de una supuesta comisión de un delito de desórdenes públicos por las que el juez le ha impuesto medidas de alejamiento de la sede socialista.
A Quiles y Lucini, además de estas detenciones, les une otro hilo. En una época como la actual en la que para existir mediáticamente las redes sociales son clave, han sido toda una serie de personajes muy activos en el universo digital los que se han apropiado del éxito de estas movilizaciones dejándose ver por Ferraz. Han buscado protagonismo intentando capitalizar las protestas alentando a las masas y victimizándose por las injusticias policiales.
Y aquí es donde regresamos a los dos detenidos de esta semana ya que se podrían agrupar denominándolos influencers políticos de ideología ultra. Aquí nos encontramos con difusores de bulos como Alvise Pérez y Vito Quiles, al presidente de la Junta Democrática de España, Rubén Gisbert, a Isaac Parejo conocido como InfoVlogger, al jefe de Desokupa Daniel Esteve o a los miembros de Democracia Nacional Pedro Chaparro y Pablo Lucini. ¿Qué papel han jugado en estas manifestaciones?
Para el sociólogo Iago Moreno, su papel no es tanto en la propia movilización sino "dentro de la ultraderecha": "Son actores y celebridades muy importantes en el día a día, pero no son los que instigan o las organizan". Teresa Ciges, periodista y consultora de comunicación política y estrategia digital, profundiza en esta idea: "Por un lado, convocan a sus comunidades a las protestas, movilizando a jóvenes que posiblemente hasta ahora nunca habían salido a manifestarse. Y, por otro, quieren ejercer de líderes de opinión".
Sin afiliación política, papel amplificador en redes y lenguaje beligerante
A todos estos personajes les unen varios elementos en común. Por un lado, tal y como recuerda Ciges, ninguno proviene del aparato de un partido como tal, aunque "puede que alguno de destaque y se le ofrezca dar el paso a la política". Y, por otro, su omnipresencia constante en sus perfiles en X —antes Twitter—, Instagram, WhatsApp, TikTok, YouTube o Telegram. "Juegan un papel amplificador del mensaje en redes, reforzando postulados de algunos usuarios y difundiendo su narrativa entre otros, que pueden acabar normalizándola y asimilándola", apunta esta experta.
En esta narrativa nos encontramos también similitudes: su lenguaje beligerante contra toda la izquierda apela siempre al "a por ellos", sus mensajes se completan con bulos, racismo, xenofobia, machismo y ataques personales, y sus publicaciones se caracterizan por su protagonismo exacerbado con un discurso marcado siempre por el "yo, yo y también yo".
Además juegan sobre un tablero con las casillas marcadas ya que, a estas alturas, es más que evidente que las redes sociales amplifican la ira, la hostilidad y la polarización. "Creo que sí que quieren protestar contra el gobierno, pero su principal interés es el posicionamiento e incrementar su notoriedad", defiende Ciges.
Articuladores políticos más que influencers
El sociólogo Iago Moreno, eso sí, no los metería a todos en el mismo saco. Por un lado, estarían "personas que forman parte de entramados desinformativos y que obtienen la financiación por otros medios" y que funcionan más como "articulador político" que influencer. Sería el caso, por ejemplo, de Alvise Pérez o Vito Quiles.
En el caso de Alvise Pérez, este difusor de bulos tiene en uno de sus dos canales de Telegram —en los que suma casi 400.000 seguidores— una especie de sección llamada "las noticias de verdad" en las que siempre incluye alguna titulada "Alvise Pérez desmiente". Esquema que repite en sus perfiles de Instagram con 658.000 followers, de YouTube con 250.000 o de WhatsApp con 51.000. Aunque no ha sido el convocante oficial de ninguna de las concentraciones, sí que ha protagonizado varios vídeos alentando a la protesta y citando a sus seguidores a x hora cerca de Ferraz.
Por su parte, Vito Quiles logró con su detención de esta semana protagonizar decenas de vídeos después de volver a la noche siguiente a hombros y entre vítores a la misma calle. Este pseudoperiodista de EdaTV con acreditación en el Congreso tiene 185.000 followers en X, 128.000 en Instagram y más de 20.000 en Telegram.
Del fenómeno Desokupa a los influencers políticos como tal
Por otro lado, según detalla Moreno, estaría Desokupa y su líder Daniel Esteve. Esta empresa dedicada al desalojo extrajudicial recibe financiación privada de donantes y "utilizan estrategias mediáticas o digitales para tener además peso social". Así, Esteve tiene 125.000 seguidores en su cuenta personal de X, mientras que con las de Desokupa acumula 374.000 en Instagram y más de 111.000 en YouTube.
Entre sus vídeos de noviembre se encuentra un post con Vito Quiles animando a sus seguidores a manifestarse. Esa misma noche, ambos protagonizaron decenas de vídeos encabezando una marcha desde Ferraz hasta el Congreso.
En el tercer grupo estarían, según Iago Moreno, los"influencers políticos como tal", personajes sobre todo vinculados a YouTube que llevan ya muchos años creando contenidos políticos con un claro sesgo. Aquí estarían, por ejemplo, Rubén Gisbert. El presidente de Junta Democrática, una plataforma apoyada por divulgadores del antifeminismo y miembros de la Plataforma del Transporte, lideró el intento de acampada frente al Congreso durante la investidura de Pedro Sánchez. En sus redes sociales, acumula unos 536.000 suscriptores en YouTube, 130.000 en X, casi 80.000 en Instagram o casi 50.000 en Telegram. Entre ellos el youtuber Roma Gallardo, conocido porque llegó a anunciar su falso cambio de sexo como crítica a la ley trans, que ha retuiteado decenas de sus publicaciones aunque no ha pisado Ferraz.
En este club de influencers políticos como tal también se encuentra InfoVlogger, uno de los primeros creadores de contenido en abrirse un canal de YouTube para hablar de política, eso sí, con una perspectiva muy nacionalista y, por supuesto, antiziquierda y antifeminista. Su nombre real es Isaac Parejo y suma unos 370.000 seguidores en YouTube, 109.000 en X, 102.000 en Instagram, 18.600 en Twitch o 25.000 en TikTok.
Además, se podría añadir un cuarto grupo, donde nos encontramos con Pablo Lucini: los miembros de formaciones ultras con una cuidada presencia en redes. Es el caso de Democracia Nacional, cuyos miembros han acudido casi todos los días a Ferraz. Su presidente Pedro Chaparro —uno de los participantes en el asalto a la librería Blanquerna durante la Diada de 2013— cuenta con 898.000 seguidores en Telegram y unos escasos 2.000 en X. Por su parte, Lucini, que es portavoz y delegado en Madrid, tiene 47.000 en TikTok y se ha dejado ver capitaneando a un grupo de "jóvenes patriotas" camino a Moncloa.
¿Han sobredimensionado las protestas?
El objetivo de todos estos influencers, además de manifestarse contra la amnistía y el Gobierno, ha sido generar conversación en redes trasladando así la impresión de que lo que estaba sucediendo en Ferraz era relevante. Aunque las protestas han sido violentas, algo que siempre ayuda a atraer el foco y la atención de los medios, lo cierto es que se han vendido como masivas, cuando no han sido así y la más numerosa, la del día 9, reunió a 9.000 personas, según datos de Delegación de Gobierno.
¿Han ayudado estos personajes a sobredimensionarlas? Teresa Ciges considera que sí ya que "han hecho que estas se amplifiquen aún más en el entorno digital porque tienen a favor los algoritmos". Iago Moreno no comparte la misma opinión ya que su presencia "no ha sido un factor central en darle mayor visibilidad".
Una profesión de hombres
Pero su ideología ultra, su omnipresencia, su lenguaje beligerante y su protagonismo exacerbado no son lo único que unen a todos estos personajes, también la brecha de género. En una profesión como la de influencer, muy feminizada, es curioso como en este ámbito está capitalizada por hombres.
"Una de las características de la extrema derecha y la derecha alternativa es su visión falocéntrica. Es probable que esto haya hecho que las creadoras de contenido se queden en un segundo plano", argumenta Ciges. Esta experta señala otro posible motivo: "Las mujeres, sobre todo las más jóvenes, no se sienten tan interpeladas por esta ideología porque apuesta por un retroceso en sus derechos", sostiene.
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Para Moreno, esta naturaleza puramente masculina se enmarca dentro del "carácter propio de las nuevas extremas derechas donde el masculinismo y el antifeminismo son una matriz muy importante". Según este sociólogo, y partiendo de la base de que la política ya es "una actividad muy masculinizada", en "estas posiciones conservadoras se invita menos a la participación de mujeres". Algo que también se ha visto en las protestas ya que están siendo ellos, y no ellas, los que se están manifestando.
¿Quién influye más: María Pombo o Alvise Pérez?
Esto también se traduce en que para encontrar mensajes de influencers mujeres en un sentido similar hay que dejar la esfera política y acudir a lo que todo el mundo entiende como creador de contenido al uso: las de moda y estilo de vida, algunas con cifras millonarias de seguidores. María Pombo, Laura Matamoros, Rocío Camacho o Carla Barber han apoyado desde sus cuentas las concentraciones en Ferraz o se han posicionado en contra de la amnistía. Eso sí, a ninguna de ellas se las ha visto cerca de la sede del PSOE. "Una cosa es que celebridades públicas que no están vinculadas a la política se posicionen y que le den cierta legitimidad ante sus seguidores a estas protestas, y otra que personas que en el día a día sí actúan de tejedores y articuladores de ese discurso propagandístico", explica Moreno.
Para Ciges, ambas figuras ejercen una influencia pero con "una clara diferencia". "Alvise Pérez, Rubén Gisbert o InfoVlogger se dirigen a un público politizado y lo que hacen es reafirmar las posiciones políticas y movilizar a sus comunidades", sostiene esta experta que apunta que "el efecto de personajes como María Pombo es distinto, dado que su público es muy transversal y no la siguen para consumir información política, sino para ver su día a día".