Prisa pagará un 'bonus' extraordinario a su consejero delegado y otros directivos mientras aplica un ERTE y pierde 209 millones

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Jaime Soteras

La Junta General de Accionistas del Grupo Prisa aprobó el pasado viernes crear un nuevo bonus, una retribución variable más, para su consejero delegado, Manuel Mirat, y los miembros de su alta dirección. Se trata de un “incentivo extraordinario” que la empresa vincula al “éxito de operaciones estratégicas clave para los intereses del grupo”. En concreto, menciona la venta del negocio en España de Santillana y la renegociación de la deuda, que también fueron aprobadas en la misma reunión virtual de la junta de accionistas. A Mirat se le podrá retribuir por este nuevo concepto hasta un máximo de dos veces su remuneración fija anual, que asciende a 500.000 euros. Mientras, Prisa ha aplicado ERTE, suspendiendo contratos y reduciendo jornadas y sueldos hasta un 11%, a las plantillas de sus dos medios de comunicación más importantes, El País y la Cadena Ser. Hasta septiembre, el grupo sufre unas pérdidas de 209 millones de euros, tras reconocer que la pandemia del covid-19 le ha supuesto una merma de 166 millones de euros en sus ingresos.

Las medidas de ahorro por la crisis del coronavirus también incluyeron una rebaja de retribuciones para los miembros del consejo de administración de Prisa, que se recortaron entre un 20% y un 35% sus sueldos este año. Mirat renunció a cobrar su retribución variable de 300.000 euros.

Sin embargo, en 2021 tanto el consejero delegado como los altos directivos del grupo podrán ser recompensados con este nuevo bonus, en metálico y no consolidable, si así lo decide el consejo de administración previo informe de la comisión de nombramientos y retribuciones, con el fin de “incentivar y premiar su desempeño” en la negociación y ejecución de “operaciones corporativas relevantes” como las dos citadas. Incluso una parte también “relevante” del incentivo podrá estar ligado a lo que suba la acción de Prisa “frente a un grupo de empresas comparables” como consecuencia de esas operaciones.

La venta del negocio español de la editorial Santillana al grupo finlandés Sanoma se cerró por 465 millones el pasado mes de octubre, lo que le sirve a Prisa para amortizar parte de su abultada deuda. De hecho, ha firmado un contrato de compromisos básicos, ya aceptado por todos los acreedores del banco, para reestructurar 400 de los 1.148 millones que debe, ampliar hasta 2025 sus plazos de vencimiento y obtener una liquidez de 275 millones, a cambio de reducir su apalancamiento neto un cuádruplo en 2023. El grupo llevaba años intentando vender Santillana. En 2017 incluso recibió ofertas de tres fondos de inversión, Rhone Capital, Carlyle y Pai Partners, pero por un precio inferior al que pretendía Prisa, 1.500 millones de euros por todo el conglomerado editorial, que tiene en América Latina la parte del león de su negocio. De momento, sólo ha vendido su sección española, con la que el grupo pierde la fuente de más de la mitad de sus ingresos y de 175 de los 242 millones de su resultado bruto de explotación.

Al anunciarse estas operaciones, la acción de Prisa se revalorizó sustancialmente, hasta un 22%, pero no ha abandonado la zona más baja de las cotizaciones. Más aún subió cuando se conoció la oferta del empresario asturiano Blas Herrero, finalmente rechazada, para comprar los medios de comunicación del grupo. Pero sólo superó el euro la pasada semana, cuando la junta de accionistas destituyó a Javier Monzón de la presidencia. Esta semana ha vuelto de nuevo a los 90 céntimos.

La propuesta del consejo de administración aprobada el pasado viernes en la junta no detalla cómo cobrará el incentivo la alta dirección de Prisa ni qué miembros concretos de ésta tendrán acceso al nuevo bonus. Según el último informe anual del gobierno corporativo que el grupo remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), once altos directivos no son a la vez consejeros ejecutivos –el único es Manuel Mirat–. Todos ellos, miembros del comité de dirección, cobraron en 2019 la suma de 4,22 millones de euros: el director editorial, Augusto Delkáder; el director financiero, Guillermo de Juanes; el director de Control de Riesgos, Jorge Bugía, el de Comunicación, Jorge Rivera, y los consejeros delegados de Prisa Radio y Prisa Noticias, Pedro García Guillén y Alejandro Martínez Peón son algunos de ellos.

Un máximo de 1,89 millones

Como consejero delegado, Manuel Mirat percibe medio millón de euros de retribución fija, más otra variable a corto plazo de 300.000 euros, que puede elevarse a 390.000 euros si cumple los objetivos marcados –cuantitativos y cualitativos– en un 130%. Además, tiene por contrato otra compensación variable a medio y largo plazo que recibe en acciones hasta un máximo de 2,8 millones de títulos. Esta parte de su remuneración depende de lo que suban las acciones del grupo en un determinado plazo, así como de si alcanza los objetivos de Ebitda (resultado de explotación) y de cash flow. Es decir, sumadas la parte fija, más el máximo de la variable a corto y el nuevo incentivo extraordinario, sin contar las acciones, en 2021 Mirat puede llegar a percibir hasta 1,89 millones de euros

Este año recibirá 462.500 euros, tras recortar su retribución fija y renunciar a la parte variable. En 2019 cobró 506.000 euros y en 2018, 858.000. Su contrato, de septiembre de 2017, le permite también disfrutar de un blindaje en caso de que se le despida de 18 meses de su retribución fija y variable, así como de un pacto de no competencia de seis meses de su último salario fijo. Además de un seguro de vida, otro de salud y un coche con chófer.

Por su parte, el presidente ejecutivo de Prisa tiene estipulada una retribución fija de entre 300.000 y 500.000 euros. Manuel Polanco, que ocupó el cargo entre enero y diciembre de 2018, ingresó medio millón; Javier Monzón, su sustituto hasta el pasado viernes, 400.000 euros, que se quedaron finalmente en 340.000 euros tras rebajárselo un 15% por el covid.

Por debajo de la mediana del ÍBEX 35

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En total, las retribuciones de los consejeros no ejecutivos de Prisa en 2019 sumaron 1,508 millones de euros, 77.000 euros menos que en 2017, de acuerdo con las cifras aportadas en el informe remitido a la CNMV. Si a ese número se le añade la remuneración del consejero delegado, la nómina completa se eleva a 1,96 millones. Cuando dejó el cargo, Polanco recibió además otros 230.000 euros por el pacto de no competencia, que le impide trabajar en empresas de la competencia durante seis meses.

Cada consejero no ejecutivo cobra 70.000 euros al año –en 2020 se recortaron hasta 59.505–, más otros 30.000 los consejeros que participan en la comisión delegada o bien 20.000 más si son miembros de la comisión de retribuciones o de auditoría. Los que las presiden doblan su remuneración hasta los 40.000 euros anuales. Pero no ingresan dietas por asistir a las reuniones.

En su informe a la CNMV, Prisa se remite a un estudio elaborado por la consultora estadounidense Korn Ferry para asegurar que las retribuciones percibidas por su consejero delegado se sitúan por debajo de la mediana de otras empresas con ingresos y capitalización bursátil similares. Es más, destaca que la remuneración fija de sus consejeros no ejecutivos se encuentra por debajo de la mediana de los consejeros de las compañías del ÍBEX 35.

La Junta General de Accionistas del Grupo Prisa aprobó el pasado viernes crear un nuevo bonus, una retribución variable más, para su consejero delegado, Manuel Mirat, y los miembros de su alta dirección. Se trata de un “incentivo extraordinario” que la empresa vincula al “éxito de operaciones estratégicas clave para los intereses del grupo”. En concreto, menciona la venta del negocio en España de Santillana y la renegociación de la deuda, que también fueron aprobadas en la misma reunión virtual de la junta de accionistas. A Mirat se le podrá retribuir por este nuevo concepto hasta un máximo de dos veces su remuneración fija anual, que asciende a 500.000 euros. Mientras, Prisa ha aplicado ERTE, suspendiendo contratos y reduciendo jornadas y sueldos hasta un 11%, a las plantillas de sus dos medios de comunicación más importantes, El País y la Cadena Ser. Hasta septiembre, el grupo sufre unas pérdidas de 209 millones de euros, tras reconocer que la pandemia del covid-19 le ha supuesto una merma de 166 millones de euros en sus ingresos.

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