El futuro de la televisión pública
Rosa María Mateo, el "sueño de una RTVE de calidad" que dos años y medio después se ha convertido en una pesadilla
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Recibida con cierta esperanza, la máxima responsable de RTVE, Rosa María Mateo, se marcha con más sombras que lucesmás sombras que luces en su mandato. Un mandato que iba a ser de "dos o tres meses" y que ha prolongado durante más de dos años y medio, más tiempo que sus antecesores Luis Fernández, Alberto Oliart, o Leopoldo González Echenique. Entre medias, un conato de dimisión, ácidas críticas del PP y progresiva pérdida de apoyo interno por parte de sindicatos, periodistas y plataformas de trabajadores. También entre medias el escándalo alrededor de la fecha del debate electoral del 28A, el nombramiento de Enric Hernández, la clausura de La 2 Noticias y Los Desayunos, la nueva programación de las mañanas, o asuntos menores mal resueltos como el rótulo sobre la princesa Leonor. Todo ello han opacado meritorios esfuerzos como los realizados en la primera alerta por la pandemia, con la programación educativa e infantil, o la renovación técnica, estética y de contenidos de los telediarios y programas especiales.
"Una vez más vamos a perseguir un sueño: conseguir una radio y televisión pública de calidad al servicio de los ciudadanos". Estas eran las primeras palabras de Rosa María Mateo al tomar posesión en el Congreso del cargo de administradora provisional única de RTVE. Para ello se proponía "recuperar la credibilidad y volver a ser referente informativo". Ocurría el 30 de julio de 2018, tres días después de que fuera aprobada por mayoría la designación decidida por el Gobierno del PSOE. Ella, y solo ella, decidiría sobre cualquier aspecto de la radio y televisión pública estatal, al no existir un consejo de administración. Se habló entonces de un periodo de dos o tres meses hasta que las Cortes eligieran a los miembros de ese órgano de gobierno.
A pesar de la sorpresa inicial, la designación de Mateo no fue mal recibida. Se trataba de una figura popular para el público mayor de treinta años (ya se sabe que por debajo de esa edad la televisión cuenta poco y la pública, menos). Licenciada en Derecho, tenía estudios en periodismo e interpretación. Había llegado a RTVE en los sesenta, primero a RNE y enseguida a TVE. Pasó por la segunda cadena hasta que comenzó a presentar Informe Semanal, que había creado Pedro Erquicia, y del que se convirtió en imagen. En aquella televisión única era un espacio estrella en horario de máxima audiencia de los sábados, situado tras el telediario de la noche y el programa de variedades o el cine, que completaban la programación. La perfecta dicción de la presentadora, el tono y timbre de su voz, el énfasis en las frases claves y un aspecto serio y atractivo, convirtieron a Rosa María Mateo en un referente del programa y de los informativos en su conjunto, hasta el punto de ser elegida por los partidos políticos para leer el manifiesto al término de la manifestación unitaria contra el intento de golpe de Estado del 23F.
Posteriormente, Mateo pasó a copresentar el Telediario 2 hasta que, a principios de los noventa, fue fichada para los Informativos de Antena 3, que pretendía competir con el liderazgo indiscutible de los de TVE. En la cadena privada, Mateo fue paulatinamente relegada a los noticiarios de menor audiencia hasta que en 2003 se vio afectada por un ERE que supuso su abandono de la profesión, hasta la vuelta al primer plano con su designación para RTVE.
Mateo realiza al frente de RTVE todos los nombramientos de la primera hora entre el personal estable de la empresa: mantiene al director de TVE, Eladio Jareño, que ya lo era bajo el gobierno del PP, y se rodea de profesionales de amplia trayectoria como Elena Sánchez, María Escario, Fran Llorente... En Radio Nacional designa a Paloma Zuriaga en la dirección y a Raúl Heitzmann en Informativos, mientras para los de TVE elige a Begoña Alegría. Son nombramientos bien recibidos por el colectivo, al punto que Alegría recibe un 85 % de apoyo de la redacción en el referéndum consultivo; apoyo que, con porcentaje menor, también logra Raúl Heitzmann. La derecha política habla de "purgas profesionales", ante el cese de los principales directivos de Informativos de la anterior etapa, pero lo cierto es que Telediarios y noticieros de radio respetan el pluralismo político y retoman una independencia profesional ausente durante el Gobierno del PP. El termómetro lo marcan los Consejos de Informativos, órganos de control interno de las redacciones, que señalaron cientos de casos de censura y manipulación en la etapa anterior y que observan "algunos errores, pronto corregidos durante los primeros meses de la actual dirección".
El debate electoral que enfrentó a Mateo con los servicios informativos
Llega el mes de abril, mes de elecciones generales. A las doce y diez minutos de la mañana del día 18, Jueves Santo, la dirección de RTVE hace público un comunicado oficial en que fija el martes 23 como fecha del debate entre los principales candidatos, en plena coincidencia con el anunciado por Atresmedia, y con los deseos expresados por el presidente Pedro Sánchez de comparecer en un único debate. A las nueve de la noche, Ana Roldán, presentadora y número 2 del Telediario, asegura, ya en titulares, que "los Consejos de Informativos, que representan a los profesionales de la información de RTVE, no comparten la decisión de la Corporación de cambiar la fecha del debate. La dirección de Informativos de TVE se desvincula de la decisión de la administradora única". Mientras, en el seno de la empresa asoman las primeras repulsas de trabajadores a título individual. Al borde de la una de la tarde, el colectivo MujeresRTVE afirma: "Señora directora de RTVE, su responsabilidad es propiciar el debate y ubicarlo en una fecha en el que todos puedan ir, independientemente de que haya 1 o 100 en otras cadenas". Antes de las dos de la tarde, infoLibre tiene acceso al documento enviado por RTVE a la Junta Electoral, con la cobertura prevista para la campaña electoral, que sitúa en el lunes 22 la celebración del debate y afirma que "la fecha es la que propone TVE y podría modificarse en caso de acuerdo entre los partidos".
A esa hora, los Consejos de Informativos redactan el documento (hecho público minutos después de las tres de la tarde) en el que afirman no compartir la decisión de la dirección de RTVE, e insisten en que "RTVE debe apostar por la imparcialidad y no ajustar su programación a la propuesta de un único partido político, sea el que sea, sino favorecer que el debate a cuatro se celebre en la radiotelevisión pública conforme estaba previsto". Una horas después, la sección sindical de UGT dice que "si el presidente Sánchez quiere debatir el día 23, es su decisión; no la de RTVE" que lo tenía programado para el 22 y asegura que "cuando Rosa María Mateo y su equipo directivo se equivocan, es el papel público de RTVE el que se resiente, y estas no son las formas, ni el modo, ni la manera". En esos mismos momentos, se produce un testimonio individual muy significativo. Xabier Fortes, director y presentador de Los Desayunos y profesional elegido para moderar el debate en TVE, escribe: "Quiero expresar mi más absoluto desacuerdo con la decisión de la presidenta de RTVE de modificar la fecha fijada para el debate a 4 y pasarlo al día previsto por una cadena privada, poniendo así en entredicho la imagen de independencia de RTVE por la que tanto hemos peleado".
La ruptura entre Informativos y Mateo es ya un hecho que se visualiza cuando la máxima responsable del medio público recibe a los candidatos, flanqueada por el director de TVE, Eladio Jareño, y con la clamorosa ausencia de la directora de Informativos, Begoña Alegría, a pesar de que el debate está organizado, producido, y presentado por su departamento. Frente a los primeros augurios, Alegría no es destituida de su puesto, aunque la comunicación con Mateo se congela desde esa jornada.
Pasa el verano y a principios de septiembre se anuncia de manera oficial la creación de un puesto inexistente en toda la historia de RTVE: la Dirección de Información y Actualidad, que recae en el periodista Enric Hernández, hasta poco antes director de El Periódico de Cataluña, que ha cambiado de propietario y que se había distinguido por ser el único rotativo de amplia difusión opuesto a las tesis independentistas y cercano al PSC y el PSOE. Bajo su mando directo quedan las direcciones y redacciones de TVE, RNE, e Interactiva. De facto, Alegría ostenta la dirección de Informativos de TVE, pero la nueva organización provoca el anuncio de que "cesará, a petición propia el 31 de diciembre". A principios de ese último mes del 2019, Enric Hernández anuncia que la sustituta será Almudena Ariza, corresponsal en París. Ariza se reúne con la redacción, habla de proyectos para avanzar en la digitalización, pero se echa atrás al comprobar que en el referéndum en el que obtiene el apoyo de sus compañeros se produce una altísima abstención.
Los telediarios no remontan
Las audiencias, que han situado a los telediarios muy por debajo de los espacios equivalentes de Telecinco y Antena 3, no remontan. Cierto es que a las cifras de La 1 hay que sumar las obtenidas en emisión simultánea en el 24 Horas. Cierto también que las dos ediciones superan ampliamente los datos de los espacios que anteceden a su emisión, mientras en la competencia se igualan, o incluso bajan. Pero todo ello no oculta esa tercera posición. Más allá de las cifras, los Telediarios de los últimos meses se llenan de declaraciones políticas superpuestas, sin ofrecer datos objetivos, sin análisis, ni contexto, que permitan una información cabal: se emiten, sin comprobación alguna, afirmaciones ciertas, junto a exageradas, cuando no falsas, sin apostilla, ni explicación alguna. Hay testimonios plurales, sí, pero difíciles de entender. No hay censura, no hay manipulación, aseguran múltiples fuentes internas, pero tampoco dirección.
La impresión de muchos periodistas es que se pretende no dar motivos para las críticas de la oposición política, pero la asepsia no es cualidad necesaria ni conveniente para un periodismo independiente y profesional, y se traduce en información castrada, o lo que es lo mismo, en mala información. Ya en este mismo julio, Hernández ha nombrado a su adjunto, Pep Vilar, director de Informativos de TVE. A pesar del escaso apoyo obtenido en el referéndum entre la redacción (obtuvo tantos votos a favor como en contra y la participación fue muy baja) Vilar promueve una amplia remodelación técnica y estética de los telediarios que se estrenará ya en 2021. Mientras, algunas iniciativas como realizar ciertas ediciones alrededor del lugar de la noticia, caso del emitido desde el Hospital del Mar o desde un centro educativo, se suman a reportajes novedosos en fondo y forma, que parecen sacar a los Informativos de un cierto anquilosamiento.
Al margen de los Telediarios de La 1, la dirección había tomado decisiones drásticas que afectan a los Informativos de TVE. Así, suspende la emisión de La 2 Noticias al principio de la primera alerta pandémica. ha pasado casi un año y el espacio no ha vuelto a la pantalla; creado en 1994, se trata de un informativo alternativo, con un estilo cercano e informal y contenidos que rara vez aparecen en los noticiarios habituales. Aún mayor calado ha tenido la desaparición del programa Los Desayunos, que ha dejado de emitirse el 17 de julio mes, aunque su finalización fue anunciada en mayo. Se trata de un programa histórico, nacido también en 1994, y precursor en las mañanas televisivas de los espacios de entrevistas y comentarios sobre la actualidad política.
Creado por Julio César Iglesias, ha tenido en estos dos años como director y presentador al periodista Xabier Fortes, quien, tras unos comienzos titubeantes en audiencias, ha despedido el programa en un punto muy elevado de espectadores y de credibilidad. Esta desaparición corresponde a una apuesta de la dirección que revoluciona toda la mañana en TVE, elimina programas y se vuelca con la creación de La Mañana de La 1, y el posterior espacio Las Cosas Claras; entre ambos abarcan desde las ocho de la mañana hasta el primer telediario a las tres de la tarde. Ambos son realizados con coproducción externa y mantienen un innegable contenido informativo, por lo que suscitan un explícito malestar interno, ya que la normativa marca que todos los espacios informativos deben ser realizados con producción interna. Mateo defiende en el Parlamento que se trata de magazines de actualidad sin convencer ni a oposición ni a trabajadores, mientras unos y otros destacan los magros resultados de audiencia.
Vuelco en Radio nacional
Radio Nacional ha sido durante estos dos años un oasis de tranquilidad frente a las convulsiones en TVE. Pero llega el 30 de junio y estalla la crisis, con la destitución de la directora de RNE, Paloma Zuriaga, y el director de Informativos, Raúl Heitzmann. La decisión ha sido tomada por Rosa María Mateo, poco después de las doce de la mañana, tan solo unos minutos después de una reunión mantenida por los responsables de RNE con el director corporativo de RTVE, Federico Montero, en la que se habían negado a realizar la sustitución de los actuales responsables en tres centros territoriales. "No se realizan por criterios profesionales, sino por acuerdos con fuerzas políticas y sindicales", dijeron en esa reunión, según confirmaban a infolibre fuentes internas de la emisora pública, que aseguran que tras los ceses había un intento de frenar una serie de "dimisiones en cadena", tal y como habían afirmado en la citada reunión. Tras conocerse la decisión de la cúpula de RTVE, dimiten de sus puestos Cristina Ortiz, directora de Centros Territoriales, y su adjunta Alejandra Martínez. La primera se ocupaba hasta ese día sobre todo de los trabajos para TVE y la segunda de los realizados para RNE, aún cuando todas las tareas de Informativos fueron unificadas bajo el mando de Enric Hernández, como director de Informativos y Actualidad de RTVE. En las horas y días siguientes, todos los directores de cada delegación y todos los directores de Informativos firman cartas de apoyo a las jefas que han dimitido.
Mateo, tras recibir varias negativas, nombra a Ignacio Elguero nuevo director de RNE, mientras buscan completar el resto del equipo. Por fin, y con días de retraso entre ellos se designa a Mamen del Cerro para Informativos, Alfredo Laín para Programas, Elena Gómez al frente de Radio 1 y Óscar Torres para Radio 5. Se mantiene Tomás Fdo. Flores como director de Radio 3 y además se hace cargo del área de Innovación, Carlos Sandúa en Radio Clásica, Vicenç Sanclemente en Ràdio 4, y Antonio Buitrago en Radio Exterior. Significa toda una revolución, con ceses y dimisiones de profesionales muy valorados por sus compañeros, y unas sustituciones muy trabajosas ante la negativa de primeras y segundas opciones para ocupar sus puestos.
El relevo de Mateo encalla en el Parlamento
En paralelo a estos avatares internos, el nudo gordiano que nadie sabe deshacer, ni se atreve a cortar, procede de la ley aprobada en septiembre de 2017 que dictamina la elección de la cúpula de dirección de RTVE por medio de un concurso público y consenso político. Fue aprobada con la unanimidad de todos los grupos parlamentarios, que inmediatamente pretendieron arrimar el ascua a su sardina. Se sucedieron meses de conversaciones, de principios de acuerdo para la galería, que eran traicionados en las votaciones, filibusterismo parlamentario, "equivocaciones" al emitir el voto y un clima general de desconfianza, que evitaba solución alguna.
Todo ello amparó la designación gubernamental de la administradora provisional única. En ese mismo verano de hace dos años, un Comité de Expertos de 17 miembros examina los trabajos de 95 candidatos a formar parte del consejo de Administración de RTVE. Meses después elabora una lista con calificaciones numéricas en base a los historiales y proyecto para la empresa y ofrece a la Comisión de Control Parlamentario veinte nombres, encabezados por Alicia Gómez Montano, para su examen y selección de los diez que habrán de integrar el consejo y elegir entre ellos el nuevo presidente. A esta primera lista se presentan una treintena de recursos, que ni siquiera llegan a ser examinados al convocarse elecciones generales, primero en abril y al no obtener la investidura el candidato propuesto, Pedro Sánchez, de nuevo en noviembre.
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Tras estas últimas, Mateo declara que renunciará al cargo en cuanto se constituya el Gobierno. En enero presenta la dimisión, pero una fuente interna de absoluta confianza asegura a infolibre que se trata tan solo de un movimiento para que le sea rechazada y continuar en su puesto. En marzo estalla la pandemia del covid-19, se decreta el estado de alarma y todo queda en suspenso.
Tras la vuelta a una relativa normalidad, a la Comisión Mixta de RTVE llega un informe de los letrados del Senado que establece, contra el criterio y la protesta del Comité de Expertos, que son elegibles cualquiera de los 87 candidatos iniciales. De ese modo podrá cumplirse la relativa paridad entre hombres y mujeres, ya que en enero había tristemente fallecido Alicia Gómez Montano y solo hay tres mujeres entre los restantes 19 seleccionados. En definitiva un nuevo frenazo al proceso, a pesar de los requerimientos de trabajadores de la empresa, sindicatos y representación profesional. Por fin este jueves 25 de febrero se produce el acuerdo político que abre paso al cese de Mateo.
Han pasado dos años y medio, en los que RTVE no ha hecho más que ahondar en su crisis. Sin dinero para optar a compra de derechos deportivos y programas estrella que atraigan a la audiencia, desde que el Gobierno de Rajoy cercenara la cuarta parte de su dotación en 2012, nunca recuperada, la cadena pública sigue un lento, pero implacable, descenso de espectadores. Ahora, y a pesar de las críticas internas va a haber un nuevo consejo de administración, al que le corresponderá afrontar un muy incierto futuro de la radio y televisión pública estatal. Dos años y medio después nadie duda que la provisionalidad es insostenible a medio plazo en una empresa de estas características. El pasado septiembre Rosa María Mateo afirmaba en sede parlamentaria "me da igual cómo pase a la historia". Aunque no sea culpa exclusiva de ella, es de prever que ese juicio no será demasiado favorable.