Telemadrid, una televisión (y radio) que lucha para ser de nuevo pública

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Telemadrid inicia este lunes lo que pretende ser una refundación visual de la radio y televisión autonómica: nuevos decorados y presentadores, recuperación de la esencia del primitivo y exitoso Madrid Directo, más espacios dedicados a la actualidad madrileña... Por cambiar, cambia hasta la estrella que ha sido –con diferentes apariencias– la seña de identidad de la radio y televisión autonómica. Todo ello fue presentado el pasado jueves en una gala transmitida por La Otra, su segunda cadena televisiva.

Junto a estas novedades formales, desde mitad de la primavera se están produciendo cambios de índole interno para eliminar la desoladora imagen que vio el nuevo Consejo de Administración en su primera visita a la sede de la empresa: cámaras, estudios y aparato técnico de gran valor cubiertos de un polvo que evidenciaba su desuso. La actual dirección inició la puesta en servicio de todo el material, contrató personal entre los despedidos más de cuatro años antes y sacó a la calle los equipos necesarios para transmitir los eventos del Dos de Mayo y San Isidro, dos de las principales festividades de los madrileños . Era el embrión de un cambio radical: los trabajadores despedidos por decisión de Ignacio González, que habían denunciado, primero, la manipulación informativa y la externalización de la producción y habían llevado, después, las protestas por el ERE ante la sede de su Gobierno, pasaban de ser vetados a ejercer su trabajo en la empresa. Y a gozar de prioridad en cada convocatoria de nuevos empleos. A día de hoy, más de un centenar vuelven a ocupar su lugar en la redacción, en los estudios y controles, en las cámaras. O en la realización y producción.

Telemadrid es en la actualidad una televisión que no se ve y una radio que no se oye. Nacida a finales de los ochenta, tuvo en los últimos años del siglo un crecimiento espectacular que la llevó a ser un referente sobre todo lo que ocurría en Madrid. Sus informativos eran líderes y espacios como Madrid Directo eran copiados por cadenas autonómicas y nacionales. Pero en 2003, vía Tamayazo, llegó al Gobierno de la Comunidad Esperanza Aguirre y con ella una dirección empeñada en ser propagandista de la carrera política de la presidenta. Informativos y programas especiales dejaron de lado la actualidad madrileña para consagrarse a jugar el papel de oposición al Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, incluido el delirio conspirativo de situar a ETA como autora de los atentados del 11-M.

Partidismo primero y ERE después

En paralelo, se entregaba a productoras externas la realización de todo tipo de espacios, incluso la propia señal de la cadena que llegaba a los televisores. Mientras, se contrataba sin tasa a personal "de confianza", hasta llegar a una plantilla de más de 1.100 empleados, prácticamente al nivel de Antena 3 o Telecinco. En 2012, ya con Ignacio González como presidente y José Antonio Sánchez (actual presidente de RTVE) como director general, se acrecientan las protesta y huelgas masivas, promovidas por el Comité de Empresa y colectivos de defensa profesional como Salvemos Telemadrid. La respuesta de Gobierno y dirección es la puesta en marcha de un ERE que supone el despido de 861 trabajadores en enero de 2013. Con menos de 300 personas en la plantilla, la externalización de Telemadrid llega al paroxismo, y Telemadrid y Onda Madrid desaparecen de la vida madrileña.

La llegada de Cristina Cifuentes, apoyada por Ciudadanos, al Gobierno de la Comunidad de Madrid no ofrece mejores augurios. La nueva ley que ha de regir la radio y televisión autonómica tarda un año en ser aprobada y convierte al ente público controlado por la Asamblea en una Sociedad Anónima dependiente del Gobierno regional. El director general, que nombra el Consejo de Administración, llega bajo sospecha, al adelantar su nombre algún medio digital aun antes de constituirse el Consejo, órgano que elimina la presidencia rotaria y sitúa al frente a la consejera promovida por el socio de Gobierno de Cifuentes.

A pesar de lo anterior, el nuevo director general, José Pablo López, tiene un plan, que explica a infoLibre en conversación informal a principios de mayo y que es recibido entre la esperanza y el escepticismo por el Comité de Empresa y Salvemos Telemadrid. Pretende –aunque no utiliza la expresión– refundar la empresa con nuevos rostros en Informativos, recuperar la esencia del primer Madrid Directo, crear nuevos espacios y extender los dedicados a la región. Y lo quiere hacer con la reducida plantilla que se encuentra y con la incorporación de trabajadores afectados por el ERE.

Las primeras ocasiones para convertir en hechos los deseos se suceden con las celebraciones del Dos de Mayo y San Isidro y, efectivamente, las transmisiones de esos días se hacen con medios técnicos propios, manejados por despedidos a los que se incorpora con contratos temporales y de obra. Con las vacaciones de los periodistas de plantilla ocurre otro tanto: son sustituidos por una decena de profesionales afectados por el ERE elegidos por antigüedad en la empresa. En paralelo, se convocan 89 plazas de técnicos, realizadores y productores y 88 son ocupadas por antiguos trabajadores despedidos.

La esperanza parece convertirse en realidad. No obstante hay preguntas en el aire que este diario traslada a los responsables del presunto cambio. En la mañana de este jueves, y durante más de dos horas, infoLibre visita las instalaciones de Telemadrid en la Ciudad de la Imagen, habla con realizadores, productores, técnicos, periodistas, representantes de Salvemos Telemadrid y del Comité de Empresa, incluido su presidente, Luis Lombardo. Se encuentra con el director de Informativos, Ion Ariztimuño, y el de Onda Madrid, Alipio Gutiérrez. Y mantiene una conversación a tres en el despacho del director general con José Pablo López y Luis Lombardo. Con todo ello aparecen datos e impresiones: se confirma que el 35% de los hogares madrileños tienen desintonizada en su mando la señal de Telemadrid, que la lucha por recuperar audiencia va a ser larga y que ha de pasar por tener presencia continua en la vida de los madrileños y en todos los sectores, incluido el deporte regional. Con un presupuesto reducido a 67 millones de euros no se renuncia a la contribución de productoras externas, a las que se impele también a contar con los despedidos para las nuevas contrataciones. Pero se reduce esta participación externa en aquellos espacios que pueden realizarse dentro de la empresa y con personal propio –en este apartado Lombardo cita como ejemplo el de una empresa que obtenía 20.000 euros por programa, y que al pasar a producción propia duplica el número de directos en exteriores, aumenta la duración y supone un coste de 11.000–, y se intensifica el camino de las coproducciones.

Los Informativos como prueba del cambio

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Los Informativos fueron en las etapas de Aguirre y González los auténticos protagonistas de Telemadrid... para mal. La manipulación hasta el paroxismo provocó el sucesivo abandono de los espectadores y las denuncias durante una década de Salvemos Telemadrid y el Comité de Empresa, hasta desembocar en protestas y huelgas y en el despido masivo, declarado por la Justicia no ajustado a derecho. Por fortuna, la actual dirección se ha visto beneficiada por el periodo transitorio en el que Alipio Gutiérrez ocupó la cúpula de ese departamento y en la que salieron de la empresa los responsables editoriales de la censura y la manipulación. A día de hoy, todas las fuentes consultadas por infoLibre ponen sordina aquellos desvaríos: son como aquel pariente o amigo de cuya conducta nos avergonzamos y del que resulta embarazoso hablar. Ya no están, ya no pueden dar órdenes, ni siquiera una vez han aparecido en las conversaciones Aguirre o González, omnipresentes durante tanto tiempo. Todo el mundo parece mirar al futuro, pero la dependencia orgánica del Gobierno está ahí ¿Qué pasará cuando la actualidad aporte noticias perjudiciales para ese Gobierno? Se darán como cualquier otra, ni más ni menos, aseguran, mientras insisten en que la actualidad es mucho más que la política, que hay que contar todo y todo con profesionalidad y pluralismo. Veremos desde este mismo lunes.

Entretanto, sobre las relaciones personales en un departamento en el que conviven periodistas antiguos que se salvaron del despido, profesionales contratados en la etapa negra y readmitidos con la nueva dirección, la respuesta que proporciona una de las fuentes es la siguiente: "No ha pasado nada. Ni un reproche, ni una discusión; sí, quizás hubo alguna mirada atravesada el primer día, pero nada más... Todo el mundo sabe que es una situación nueva, y no conviene mirar demasiado hacia atrás". Y hablando de situaciones personales, ¿qué pasa con el resto de despedidos? "Una parte importante han llegado en estos años a la edad de jubilación, muchos están en otras empresas o trabajos. De hecho, en las convocatorias realizadas ha habido bastantes renuncias a la reincorporación. En este momento la plantilla supone algo más de 400 trabajadores, si hubiera algo más de dinero para llegar a la idónea, esto es sobre 600 personas, se podría readmitir, si no a todos, sí a una gran mayoría de los que aún esperan volver", responden quienes abanderaron las protestas.

Quizás la mayor novedad sea, al tiempo, el mejor augurio. Desde Salvemos Telemadrid y el Comité de Empresa se asegura: "Por primera vez desde hace 15 años sentimos que dirección y trabajadores luchamos por lo mismo, ser un medio de referencia para todos los madrileños. Aquello que fuimos y queremos recuperar". No obstante, lo ocurrido en estos años ha pasado factura a más de uno, tal y como refleja el testimonio de un veterano periodista: "No sé a estas alturas si no habré perdido para siempre mi oficio".

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