Elecciones EEUU 2020
Trump fracasa en su intento de proclamar su falsa victoria en las redes sociales: "Han reaccionado rápidamente"
En Silicon Valley, la cuna de las tecnológicas en EEUU, lo tenían claro desde hace semanas, quizás incluso desde hace meses: el candidato republicano y aspirante a la reelección, Donald Trump, iba a salir durante la noche electoral del 3 de noviembre y, antes de tener los resultados definitivos, iba a asegurar que él había ganado y que iba a afirmar que se había producido "fraude" electoral. Facebook, Twitter y Google se habían preparado a conciencia con una serie de medidas que han tenido que poner en marcha para un escenario que, finalmente, se ha producido durante las elecciones presidenciales.
Minutos antes de las 7 de la mañana, hora española, el actual presidente compartía en sus perfiles de Facebook y Twitter que su candidatura iba "muy por delante pero están intentando robar las elecciones. Nunca se lo permitiremos". Ante este mensaje, ambas tecnológicas no dudaron en poner en marcha la maquinaria. "Todo es tan rápido que han reaccionado rápidamente", reconoce Miquel Pellicer, director de comunicación de Lavinia y profesor colaborador de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que apunta que no sólo son ágiles las plataformas a la hora de reaccionar ante una determinada publicación, sino también los usuarios. "La capacidad de la gente de crear nuevos contenidos, como los memes, es brutal", reconoce este experto.
Facebook, inicialmente, y según recoge The Guardian, etiquetó este primer post con un mensaje en la red social e Instagram que aconsejaba a los usuarios que consultaran "las últimas actualizaciones sobre las elecciones". No obstante, minutos más tarde, rectificaron y cambiaron el mensaje explicando que "los votos aún se están contando" y que, por tanto, aún no hay un vencedor oficial con un enlace a su centro de información sobre los comicios. Esta misma advertencia también apareció en todas las publicaciones recientes de Trump y de Joe Biden, incluso sin mensajes reclamando la victoria.
Además, en la cuenta de Facebook Newsroom, y citando directamente a Trump, la compañía explicó que "una vez comenzó a hacer afirmaciones prematuras de victoria, comenzamos a publicar notificaciones en Facebook e Instagram de que todavía se están contando los votos y todavía no hay un ganador". A lo largo de la noche, la tecnológica también añadió en la parte superior del muro de los usuarios estadounidenses de la red social e Instagram una notificación explicando que, por el momento, no había ganador.
Twitter, que lleva ya meses colocando advertencias sobre información errónea en las publicaciones de Trump sobre el voto por correo y el covid, tampoco titubeó a la hora de ocultar el tuit del presidente tras un aviso que explica que "alguna parte o todo el contenido compartido ha sido objeto y puede ser engañoso respecto de cómo participar en una elección u otro proceso cívico". El polémico mensaje sólo es visible tras aceptar la alerta de la red social y los usuarios no pueden ni darle me gusta ni responder. Además, la función de retuitear sólo es posible si se añade un comentario. Para adelantarse a posibles controversias, la cuenta de seguridad de la plataforma aclaró rápidamente que habían colocado esta advertencia ya que hacía "una afirmación potencialmente engañosa sobre una elección" y matizaron que esta decisión se encontraba en línea con su política de integridad cívica.
Twitter no se ciñó sólo al presidente e impuso previamente restricciones similares a un miembro del personal de Trump. Según recoge The Verge, el director de actividades del día de las elecciones, Mike Roman, publicó que se estaba produciendo un fraude electoral generalizado en Filadelfia. Y lo mismo sucedió ya durante el transcurso de la noche electoral con otro tuit de la campaña de Trump reclamando la victoria en Carolina del Sur sin vincularlo a una fuente oficial de noticias y con otro del gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, que confirmó la victoria del mandatario en su estado sin ser los resultados aún definitivos.
Facebook y Twitter lo tuvieron claro con este y con posteriores mensajes de Trump y también ocultaron bajo avisos su publicación ya en la mañana del día 4 en EEUU: "Anoche estaba liderando, a menudo sólidamente, en muchos estados clave, en casi todos los casos controlados y controlados por los demócratas. Luego, uno por uno, comenzaron a desaparecer mágicamente a medida que se contaban los vertederos de voto sorpresa".
En lo que no coincidieron las dos plataformas fue en un mensaje previo en el que Trump insinuaba un anuncio futuro: "Estaré haciendo una declaración esta noche. Una gran victoria". Facebook añadió la misma alerta, pero Twitter no. Desde medios estadounidenses se apunta que quizás no hayan tomado medidas contra esta publicación porque se podría referir al resultado en Florida.
Pasó algo similar con su comparecencia posterior en la que declaró desde la Casa Blanca que había ganado y que, sin aportar pruebas, se estaba produciendo un "fraude electoral". En el caso de Facebook sí que añadió el mensaje, pero Twitter no. Según The Washington Post, la red social asegura que el video no viola sus políticas y que se permite informar sobre una conferencia de prensa.
Algo parecido les ocurrió a las cadenas de televisión estadounidenses. Aunque NBC News cortó a Trump para verificar sus palabras en tiempo real, fue una de las pocas cadenas que lo hizo así. La presentadora Savannah Guthrie explicó con voz en off por encima del mandatario que estaba haciendo "declaraciones que, francamente, no son ciertas". La CNN, según The Verge, no interrumpió en ningún momento el discurso del presidente, aunque al finalizar sí que señalaron claramente que algunas de sus afirmaciones eran falsas y que aún no había un ganador. "Las rutinas de producción de los medios son las que son. Hay que transcribir, verificar,... Lo que no podemos exigirle al periodismo es que tenga el mismo papel que las redes sociales ya que no se puede ser tan inmediato", admite Pellicer.
El propio día de las elecciones, CNN explicó que los principales canales de noticias iban a transmitir en directo el discurso de Trump y, citando a fuentes de varias cadenas, aseguró que cualquier afirmación de los candidatos estarían enmarcadas en un contexto con correcciones y pruebas visuales de que la carrera aún estaba abierta. En declaraciones a The Hollywood Reporter, el presidente de NBC, Noah Oppenheim, ya advirtió que estaban listos para verificar "agresivamente" cualquier noticia falsa, aunque procediera del propio Trump.
Google a través de YouTube también ha movido ficha durante el transcurso de la noche electoral. En su caso, ha eliminado vídeos en directo con resultados electorales falsos ya que "violan las normas de la comunidad". Asimismo, también han anunciado que han establecido medidas que prohíben "el spam, las prácticas engañosas y los montaje" y siguen vigilando el contenido "relacionado con las elecciones en los periodos previo y posterior a las votaciones".
Según publica este mismo miércoles The New York Times, YouTube redujo sus recomendaciones a canales marginales para combatir la información falsa. El gran beneficiado de este cambio de algoritmo provocó que durante la noche electoral se promovieran especialmente vídeos de Fox News sobre los comicios, aunque también se colaron MSNBC y CNN entre los más recomendados. Según una investigación de Guillaume Chaslot, un ex ingeniero de Google que ayudó a construir la fórmula que recomienda vídeos a los usuarios en YouTube, el canal más recomendado en 2016 fue el Alex Jones, el periodista de conspiranoico vetado por la propia plataforma pero también por Facebook y Apple, mientras que ahora es Fox News, la cadena de noticias vinculada al partido Republicano, y, en concreto, vídeos a favor de Trump y que, a veces, difunden información poco fiable sobre las elecciones y el coronavirus.
Más de 200 millones de dólares en anuncios en Facebook
Lo que ya estaba anunciado antes de la cita electoral era que tanto Facebook como Google van a mantener suspendidos indefinidamente los anuncios políticos. Paralizados ya desde el pasado 27 de octubre, eso no impidió que, durante los últimos 90 días -y sólo en la página oficial del candidato en la red social e Instagram-, el partido demócrata gastara 76,1 millones de dólares en la de Joe Biden y 5,1 millones en la de Kamala Harris. Por su parte, los republicanos desembolsaron 58,6 millones en la de Trump y 6,7 millones en la de Mike Pence. "Llevamos varios años hablando de que Facebook está muerto. Sin embargo, los candidatos se han gastado más de 200 millones de dólares en anuncios", admite Pellicer, que recuerda que esta plataforma sigue siendo "un arma política".
Twitter, por su parte, no permite este tipo de publicidad desde octubre de 2019. Sin embargo, la plataforma no se ha resentido porque se ha consolidado como un canal social relevante, sobre todo con un presidente que lleva gobernando casi a golpe de tuit. "Hace años no teníamos claro si tenía viabilidad económica, pero ha demostrado que es un canal relevante para políticos y medios de comunicación", afirma Pellicer.
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Este profesor de la UOC también deja claro que Facebook, Twitter y Google no son los únicos protagonistas entre las tecnológicas durante estas elecciones. "Hay que tener en cuenta para el futuro a TikTok y a Twitch", explica este experto.
Pero, lo que ha dejado claro esta noche electoral es que las redes sociales son, según admite Pellicer, "un reflejo de la polarización que existe en la sociedad de EEUU y en el mundo". Las plataformas llegaban a estas elecciones presidenciales aún con la sombra de lo sucedido hace cuatro años. Y, por el momento, en 2020 sacan mejor nota que en 2016.
Aquellos comicios fueron un punto de inflexión en la opinión que el público tenía de estas redes sociales y en la forma en que la gente y los Gobiernos podían usarlas para hacer daño. Desde 2016, prácticamente todas las tecnológicas, la gran mayoría con pasaporte estadounidense, llevan soportando el sambenito de ser las culpables de permitir injerencias extranjeras en las elecciones de su propio país y la expansión de las fake news.