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Genocidio

Cinco claves para entender la catástrofe humanitaria del pueblo rohinyá

El éxodo rohinyá.

Un conflicto prolongado a lo largo de más de cincuenta años se recrudece estos días en el sudeste asiático. La Unión de Myanmar, antigua Birmania, persigue, mata, tortura y viola a la minoría étnica y religiosa llamada a sí misma rohinyá.

La represión redondea la historia de un pueblo apátrida que enfoca su éxodo hacia Bangladés. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un total de 370.000 rohinyá han huido de Birmania para refugiarse en el país vecino en las últimas dos semanas y el Estado birmano ha asesinado a 400 civiles desde entonces. ¿Pero qué hay detrás de esta catástrofe humanitaria que la que la ONU no ha dudado en calificar de "limpieza étnica"? Te lo explicamos en cinco claves.

1. Los 'rohinyá'

En la actual República de la Unión de Myanmar –antes Birmania– en torno al 85% de la población practica el budismo, por lo que los musulmanes son una pequeña minoría. La representación en el gobierno y en la economía estatal del resto de minorías étnicas y religiosas –unas 125– es un conflicto atemporal que ahora se está recrudeciendo. Una de estas minorías, que constituye alrededor de un millón de habitantes, son los rohinyás, un pueblo musulmán que habita principalmente el estado de Rajine (antiguamente, región de Arakán). Esta zona es una de las más pobres de Birmania y limita con Bangladés.

2. El detonante

El Ejército de Salvación Arakan Rohingya (ARSA) es la propia milicia que lucha por los derechos de los rohinyás. El pasado 25 de agosto se levantó en armas y quemó una veintena de comisarías, lo que ha producido una brutal represión estatal. A pesar de que la milicia declara mantener una independencia de otros grupos armados, el grupo islamista Al Qaeda amenazó a la Unión de Myanmar con "el castigo por sus crímenes" contra este pueblo de minoría étnica. "El trato salvaje dado a nuestros hermanos musulmanes no debe pasar sin castigo", afirmó el líder de la banda. 

ARSA ha declarado un alto el fuego unilateral desde el 9 de septiembre para dejar trabajar a las organizaciones humanitarias en la zona, aunque su líder, Ata Ulá, declaró a finales de marzo que seguirán luchando "incluso si mueren un millón de personas".

3. El papel de la Premio Nobel de la Paz

Aung San Suu Kyi es la consejera de Estado de la Unión de Myanmar. En 2015 ganó las elecciones de su país con el partido que ella misma fundó, la Liga Nacional por la Democracia (LND), pero no pudo ser presidenta porque sus hijos son de nacionalidad británica. Sin embargo, además de secretaria de Estado, es ministra de Exteriores, Energía y Educación, por lo que la comunidad internacional la ve como la presidenta "en la sombra".

La dama (daw, en birmano), como es conocida, ha sido detenida unas diez veces desde 1989 por defender los valores democráticos, es budista y está –según ella misma– muy influenciada por los valores pacifistas de Gandhi. En 1991 fue galardonada con el Nobel de la Paz y se ganó el respeto de Occidente por sus modernas ideas de democracia en un país controlado por militares desde su descolonización inglesa tras la Segunda Guerra Mundial. En silencio ante el sufrimiento rohinyá hasta el 7 de septiembre, tildó entonces a la minoría étnica de "terroristas que han masacrado a otras comunidades", los vinculó al Estado Islámico y los acusó de propagar desinformación.

El miércoles 13 de septiembre la dama canceló su próxima reunión en la Asamblea General de la ONU, donde había sido citada para declarar sobre el conflicto rohinyá,alegando que estaba centrada en “calmar la situación en Rajine”.

4. Consecuencias internacionales

Según Kitty McKinsey, una portavoz del Acnur, "los rohinyá son probablemente la gente con menos amigos del mundo". La situación es extrema y varios países del entorno intentan ayudar a la comunidad rohinyá en su éxodo, sobre todo los de mayoría musulmana.

Indonesia, Irán, Malasia y Tailandia han prometido cobijo y comida a los migrantes, pero el país donde recae el peso del conflicto es Bangladés, separado de la región de Rajine solo por el río Naf. El martes 12 de septiembre Bangladés propuso reubicar a los más de 400.000 desplazados en una inestable isla entre ambos territorios muy proclive a las inundaciones en la temporada del monzón.

La ONU ha pedido aumentar “masivamente” la ayuda humanitaria en favor de la minoría, pero tanto China como Rusia ya vetaron ante el Consejo de Seguridad en marzo una intervención internacional sobre el conflicto.

5. Recorrido histórico

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Además de las causas evidentes de odio etno-religioso, las consecuencias de una guerra civil prolongada durante más de cincuenta años aún colean. Durante la ocupación japonesa de Birmania en la Segunda Guerra Mundial, los ingleses se aliaron con los rohinyás y lucharon contra el gobierno de Birmania, entonces dirigido por japoneses. Finalmente, este último bando ayudó a establecer la organización militar que permaneció en el poder hasta 2013 y propició el contexto que ahora dirige Aung San Suu Kyi.

Más de 40 años de persecución, según el departamento de la Comisaría de Repatriación de Refugiados Rohingya (CRRR), divididos en una serie de "oleadas" de exilios y huidas que se han manifestado de manera irregular hasta nuestros días. Los rohinyás nunca han sido considerados ciudadanos bimanos, sino migrantes bangladesíes, a pesar de vivir por generaciones en el Arakán.

En 1978, cerca de 250.000 rohinyá entraron en Bangladés huyendo del Gobierno birmano. En 1982 se les denegó oficialmente la ciudadanía birmana. Entre 1991 y 1992 fueron otros 250.000 musulmanes los que cruzaron las fronteras de Cox's Bazar y Bandarban, donde el Gobierno levantó 21 campamentos temporales para ellos. Además de los 32.000 musulmanes rohinyá que viven en dos campamentos de refugiados del distrito de Cox's Bazar de Bangladés, existen unos 300.000 más que viven de forma ilegal en este distrito. Unos 100.000 rohinyás más huyeron de sus casas en 2012 hacia el país vecino y otros se concentraron en Rajine, uno de los estados más pobres de birmania.

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