El debate de investidura
Iglesias advierte a la derecha: "Los avances sociales se seguirán produciendo a pesar de ustedes"
Si no hay un giro inesperado, Pablo Iglesias saldrá el próximo martes del Congreso de los Diputados a un paso de ser vicepresidente del Gobierno de España. Uno de los vicepresidentes del Ejecutivo de coalición que presidirá el socialista Pedro Sánchez. Y sus primeras palabras, este sábado, en la primera sesión del Pleno de investidura, fueron para dar las gracias a su socio por su exposición y por haber definido "muy bien los retos de país" del futuro Gobierno.
"La nueva etapa ha de ser de avances sociales y avances democráticos", señaló antes de subrayar que "las cosas no salen a la primera", en alusión a la investidura frustrada de Sánchez tras las generales de abril.
Para Iglesias, ahora toca abandonar "una década que en muchos años ha sido de recortes sociales y corrupción" e inaugurar una nueva etapa. Un nuevo tiempo que llega con una advertencia a "la ultraderecha y la ultra-ultraderecha" -en alusión a PP y Vox-: "Los avances sociales se seguirán produciendo en este país a pesar de ustedes".
Iglesias censuró que los partidos de la derecha hablen de "traición" a España con la vista puesta en el nuevo Gobierno de coalición. "No entienden la diversidad de nuestra patria", les dijo.
"Ustedes desprecian a esa mayoría parlamentaria y al despreciar al Parlamento su problema es que desprecian a España", abundó.
Para el futuro vicepresidente del Gobierno, la verdadera traición a España está en la "corrupción", en "privatizar el patrimonio público", en "robar a manos llenas y financiarse ilegalmente en las campañas electorales".
En alusión a las duras intervenciones de Pablo Casado (PP) y Santiago Abascal (Vox), Iglesias confió en que ambas formaciones recurran a "medios legales para hacer oposición" en la XIV Legislatura y censuró que la derecha "siga oponiéndose a todos los avances sociales". Concretamente citó cómo el PP se opuso en su día a la ley del divorcio, al matrimonio entre personas del mismo sexo o cómo "se oponen al cambio climático".
Mención a los presos del 'procés'
El líder de Unidas Podemos no quiso cerrar su discurso sin tener unas "palabras hacia los que están en prisión y en el exilio [en el marco del caso del procés]procés". Sostuvo que en los últimos días han podido comprobar sus "convicciones democráticas" y aseguró que "algunos de ellos han trabajado para el acuerdo y el diálogo". "Quiero darles las gracias", apuntó.
Ni Sánchez ni Iglesias creen que lo que tienen por delante sea una tarea sencilla. El presidente del partido morado quiso verbalizarlo desde la tribuna de oradores del Congreso. "Hagamos política, señorías. El próximo Gobierno tendrá muchos enemigos [...] El próximo Gobierno deberá defender la democracia con la ley, con la ley y con la ley".
"Sí se puede, adelante presidente", cerró su intervención. Tras una breve réplica de Sánchez, en la que el presidente animó a PSOE y Unidas Podemos a demostrar que son una "izquierda que pudo y supo gobernar", ambos líderes políticos se fundieron en un abrazo.
Por parte de En Comú Podem, su portavoz, Jaume Asens, admitió que "la oposición es más cómoda". "Pero el momento es excepcional y nacimos arriesgándonos", mantuvo.
"A la ciudadanía le rogamos que no nos dejen solas frente a la derecha, los fondos buitre u oligopolios. Marcad el camino, vigilad de cerca. Tenemos un compromiso doble: deciros siempre la verdad e ir lo más lejos posible", dijo el portavoz de los Comunes.
El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, fue muy crítico con las fuerzas de la derecha: "Beben y se alimentan del conflicto, por eso no quieren que se abra paso un gobierno de coalición que resuelva los problemas de las familias trabajadoras y del país".
"Los elementos reaccionarios se han posicionado contra esta investidura. Eso no debería dificultarla, sino al contrario, demuestra lo necesaria que es", dijo en una línea similar a lo que minutos antes había sostenido Pablo Iglesias.
El camino recorrido
El Pablo Iglesias de este sábado nada tuvo que ver con el de la sesión de investidura fallida posterior a las generales del 28 de abril, cuando Sánchez no logró los apoyos necesarios por negarse de forma rotunda a poner en marcha un gobierno de coalición con Unidas Podemos.
El camino recorrido por el PSOE y por la formación morada para este pleno no se parece en nada al que recorrieron hace meses. Ahora, la discreción, las buenas palabras y los reconocimientos mutuos han conducido a un pacto de gobierno para los próximos cuatro años en los que se ve claramente el sello de Unidas Podemos.
Así, han logrado introducir en el acuerdo la "derogación" de la reforma laboral del Partido Popular y también la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como ley mordaza. Se trata de dos iniciativas de las que el partido morado hizo batalla desde la oposición.
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En el documento programático [aquí, en PDF], los futuros socios de Ejecutivo "comparten la importancia de asumir el compromiso en defensa de la libertad, la tolerancia y el respeto a los valores democráticos como guía de acción del Gobierno, de acuerdo con lo que representa la mejor tradición europea". "Por ello, los ejes prioritarios de actuación del Gobierno se centran en dar respuesta a los principales retos que tiene ante sí la sociedad española en su conjunto", completan.
Si no hay sorpresas de última hora, Sánchez superará este trámite parlamentario el martes 7, cuando se prevé que logre más votos a favor que en contra de los integrantes del Congreso de los Diputados. Y la alianza PSOE-Unidas Podemos se plasmará en la composición de un Ejecutivo en el que una vicepresidencia y cuatro ministerios corresponderían a Iglesias y su equipo.
Por muchos momentos, PSOE y Unidas Podemos se comportaron este sábado en el hemiciclo como un solo bloque. Al final de la intervención inicial de Sánchez pudo verse a los parlamentarios de Unidas Podemos aplaudiendo en pie. Durante la intervención no fueron pocas las ocasiones en las que también levantó aplausos en la bancada del partido de Iglesias.