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El 25N y sus campañas

Recientemente se han realizado dos campañas contra la violencia machista. Una por parte del Ministerio de Igualdad, promocionada con motivo del 25N y cuyo lema es “¿Entonces quién?”; y otra de la Xunta de Galicia, lanzada hace casi dos meses, pero promocionada en las redes sociales de la Xunta y del PP de Galicia el pasado 24 de noviembre, víspera del 25N, y cuyo lema es “No debería pasar, pero pasa”.

Ambas han recibido muchísimas críticas en medios de comunicación y redes sociales. Ahora bien, en ellas hay que reconocer una cierta coherencia, pues en cada caso las críticas han llegado por parte de los destinatarios configurados por cada campaña. En la de Igualdad, los hombres; en la de la Xunta, las mujeres.

El vídeo #EntoncesQuien, del Ministerio de Igualdad, recrea, sin dar ningún nombre, episodios machistas sucedidos en España y que fueron muy mediáticos, es decir, que están en la memoria de todos y que con tan solo ver unos pocos segundos del corto enseguida podemos relacionar (el youtuber elxokas legitimando la cultura de violación; Pablo Motos preguntándole a Elsa Pataky con qué tipo de ropa interior duerme; la afición del Betis defendiendo al jugador Rubén Castro, acusado de malos tratos; los recientes cánticos machistas de los estudiantes del Colegio Elías Ahúja). Asimismo, retrata la manera en la que los implicados se exculpan: “¿quién yo?”. Y termina con una voz masculina preguntándose: “Una de cada dos mujeres ha sufrido violencia machista a lo largo de su vida. Si ni tú ni yo hemos sido, ¿entonces quién?”

Por su parte, en cada una de las cuatro imágenes realizadas por la Xunta de Galicia aparece siempre una mujer sola haciendo aquello que indica el texto, ir a correr en mallas, no vigilar su copa, enviar fotos íntimas y caminar sola por la noche. A continuación, una pregunta intimidante y con una flecha acusatoria que señala directamente la (mala) acción realizada por la mujer: “¿Qué pasa ahora?”. Puntos suspensivos marcados por la distancia espacial con la siguiente frase: “No debería pasar, pero pasa”.  

La campaña del Ministerio de Igualdad está dirigida a los hombres, tanto a aquellos que han acosado, tal y como retrata el vídeo, y que lo hacen cotidianamente, como a aquellos que se ponen de perfil ante estas injusticias, ya sea permaneciendo en silencio, banalizando dichas situaciones, quitándoles peso, diciendo, cuando nunca es cierto y nunca es igual, que también les pasa a los hombres, etc.

Se puede debatir si ha sido una decisión acertada o no elegir casos acontecidos realmente y por parte de personajes públicos. Habrá quien piense que solo sirve para ahondar en la polarización, que se obtiene un efecto contrario al deseado, pues aquellos hombres, sobre todo jóvenes, que ya sienten un rechazo inicial y prejuicioso hacia el ministerio —y en concreto hacia la ministra Irene Montero, diana de toda bilis machista—, y una admiración por el xokas o Pablo Motos, se sentirán, en estos tiempos de exacerbación del “conmigo o contra mí”, llamados a defender a sus ídolos y a atacar al ministerio. Por otro lado, también se puede alegar que ha sido una óptima estrategia, pues no solo se personifican y ejemplifican actos machistas que aún se suelen contar como abstracciones, sino que, tanto Motos como el youtuber se sintieron aludidos y contestaron justo como sucede en el vídeo: “¿quién, yo?”, realizando a su vez otros vídeos en los que intentan exculparse. Movimiento que desde luego no les salió como planeado, pues promocionó tanto la campaña de Igualdad hasta el punto de convertirla en viral, hizo que aquellas personas que no les habían relacionado a ellos directamente ahora lo tengan claro y, en definitiva, se autorridiculizaron.

En este sentido, la Fundación Avon (Argentina) lanzó una campaña en noviembre de 2018 denominada “Cambia el trato” que se viralizó muchísimo en toda Hispanoamérica y que me parece incluso más acertada, en cuanto a su eficacia, que la del Ministerio de Igualdad. El destinatario de la misma también es el hombre, lo es hasta tal punto que la mujer que está siendo acosada ni siquiera aparece en el vídeo. Y también se refiere tanto al hombre que acosa como a aquel que lo presencia y no lo denuncia. En este vídeo se retrata una situación que, lamentablemente, es igual de cotidiana que aquellas que denuncia el ministerio, pero se hace sin señalar a nadie en concreto. No porque esas personas no merezcan ser señaladas (Motos, el xokas, los estudiantes del Elías Ahúja y todo aquel que realiza estos actos miserables), sino porque la finalidad de la campaña no es apuntar y acusar a quien lo ha hecho mal, sino persuadir y convencer de que esas acciones no son correctas, las haga quien las haga, que es de “boludo” (como se dice en el vídeo) acosar y también quedarse callado.

En cualquier caso, queda claro que a quien apela el vídeo de Igualdad es a los hombres. Así lo han declarado desde el ministerio, afirmando que la intención era manifestar que “Decir 'no violes' vale más que decir 'evita ser violada'", así lo han percibido los principales retratados que han salido corriendo a defenderse y esa ha sido la percepción general, más allá de que se pueda estar o no de acuerdo.

Mientras que en el caso de la campaña promovida por la Xunta no cabe duda de que el destinatario son las mujeres, cualquier mujer, pues en las imágenes nunca se le llega a ver el rostro, indicando que se está refiriendo, por ejemplo, a ti o a mí o a cualquier otra. Se trata de imágenes con una narración muy potente e intimidante, marcada incluso por la tipografía y la fuente de las frases. Primero, en cursiva, exponen cuál es la acción equivocada que realiza la mujer que aparece en la foto. A continuación, preguntan qué crees que va a pasar ahora, después de que la mujer haya realizado esa acción incorrecta que la flecha se encarga de señalar. Es una pregunta retórica, pues quien la realiza es sabedor de que todas conocemos la respuesta. Y, de una manera más que perversa, juega con ese miedo para terminar aclarando que “no debería pasar, pero pasa”, frase fatalista y derrotista que se encarga de remarcar en grande y en negrita al final de la imagen, es decir, al final de la narración, dando por hecho que no cabe otra respuesta posible. Algo que pasa por acto divino y que depende de ti, mujer, evitarlo, no del hombre que te acosa. Pues el hombre, por increíble que parezca, ni siquiera aparece en ninguna parte del mensaje.  

Hasta aquí un análisis meramente descriptivo de la campaña que indica que desde el punto de vista de su realización no ha sido eficaz, pues mientras sus promotores alegan que en ningún caso la intención era culpabilizar a la mujer víctima de acoso machista, a la vista del análisis queda que es justamente a ellas a quienes se interpela.

¿De verdad el PP no tiene asesores mínimamente sensibles e informados que le digan “esta campaña no va a funcionar”, “esta campaña es machista”?

Pero el problema ya ni siquiera está en que de buenas intenciones no se hace política, sino que directamente no son creíbles. Como tampoco es justificable que muchos medios de comunicación hayan calificado tal campaña de “desafortunada”. El Partido Popular realiza estas campañas machistas periódicamente, la Comunidad de Madrid, por ejemplo, difundió hace solo dos meses anuncios en los que literalmente fomentaba la cultura de la violación, dando instrucciones a las mujeres sobre cómo evitar la sumisión química. Consecuencias de dicha campaña institucional: si te pasa no es culpa del hombre que te ha drogado para violarte, sino tuya que no seguiste los consejos de la CAM.

Esto que escribo no es ninguna novedad, de hecho, se llevan ya muchos años denunciando todas estas campañas que se dirigen a las víctimas en vez de a los acosadores, reales, potenciales y cómplices. Este artículo de Verne (El País) o este de Mujeres para la salud, ambos de 2017, recogen muchos ejemplos de ello. Lo sorprendente es que las sigan realizando. ¿De verdad el PP no tiene asesores mínimamente sensibles e informados que le digan “esta campaña no va a funcionar”, “esta campaña es machista”? ¿O es que les da igual que lo sea y prefieren seguir culpabilizando a las víctimas?

Antes de que Pablo Motos decidiera inmolarse, comunicativamente hablando, con su vídeo en el que, acompañado de fieles escuderos, grita “yo no soy un baboso” a la vez que critica el dinero invertido (que no gastado) en la campaña de Igualdad, porque con la que está cayendo estamos como para gastar en tonterías, el vídeo del Ministerio de Igualdad en el que se interpela a los hombres había recibido tantas críticas como el de la Xunta que se dirige a las mujeres. Hecho que nos indica, una vez más, lo necesario que es este ministerio.

 Lecturas sugeridas:

-         Bernal-Triviño, A. (2019): Hacia una comunicación feminista: cómo informar e informarse sobre violencia machista. Barcelona, Ed. Universitat Oberta de Catalunya. (UOC). 

-         Parkas, V. (2019): Game Boy. Un libro de ficción, ensayo y privilegio. Barcelona, Caballo de Troya.

Recientemente se han realizado dos campañas contra la violencia machista. Una por parte del Ministerio de Igualdad, promocionada con motivo del 25N y cuyo lema es “¿Entonces quién?”; y otra de la Xunta de Galicia, lanzada hace casi dos meses, pero promocionada en las redes sociales de la Xunta y del PP de Galicia el pasado 24 de noviembre, víspera del 25N, y cuyo lema es “No debería pasar, pero pasa”.

Ambas han recibido muchísimas críticas en medios de comunicación y redes sociales. Ahora bien, en ellas hay que reconocer una cierta coherencia, pues en cada caso las críticas han llegado por parte de los destinatarios configurados por cada campaña. En la de Igualdad, los hombres; en la de la Xunta, las mujeres.

Publicado el
9 de diciembre de 2022 - 20:35 h
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